La guerra creó penalidades inenarrables entre los civiles: separaciones, hambre, indigencia y la pérdida de seres queridos en las sociedades de toda Europa. Aquí, una familia —entre los millones de refugiados franceses, belgas, polacos, serbios, prusiano-orientales y galizianos— huye de un campo de batalla cuando, por detrás de ellos, se acercan los artilleros.