PRÓLOGO
Escribí la primera versión de este libro hace veinte años. Mi intención entonces era proporcionar al nuevo lector una guía manejable que lo condujera por el laberinto bibliográfico creado por el hecho de que la Guerra Civil española seguía librándose sobre el papel. La consecuencia es que ha habido miles de libros sobre la Guerra Civil, algunos de ellos muy extensos. Como el flujo de libros no menguaba, rescribí el libro en 1996 para dar cuenta de lo que se había publicado en los diez años posteriores a su primera edición. En aquel momento no podía imaginar la gran cantidad de trabajos que aún habían de aparecer. Así pues, esta versión ampliada es un intento de ponerse al día con el considerable corpus académico que se ha publicado en castellano, catalán e inglés desde 1996, y se beneficia de mi propia y continua investigación sobre Franco, la represión franquista y el papel desempeñado por Mussolini en la Guerra Civil.
Este texto, de forma inevitable, es mucho más largo: un cincuenta por ciento más extenso que la versión de 1996. Al igual que las dos versiones anteriores, este nuevo libro es más interpretativo que descriptivo, a pesar de que he usado más citas contemporáneas para transmitir el ambiente de la época. Éste no es un libro que se proponga encontrar un perfecto equilibrio entre ambas partes. Viví durante bastantes años bajo la dictadura de Franco, y era imposible no ser consciente de la existencia de la represión de obreros y estudiantes, de la censura y las cárceles. Hasta 1975 seguían ejecutando a los presos políticos. A pesar de lo que proclamen los seguidores de Franco, yo no creo que España consiguiera nada bueno con el alzamiento militar de 1936 y la victoria de los nacionales de 1939. Los muchos años de estudio dedicado a la España de los años treinta, y anteriores y posteriores a ese decenio, me convencieron de que, a pesar de los muchos errores que se cometieron, la República española fue un intento de dar una mejor calidad de vida a los miembros más humildes de una sociedad represora. Cuando fracasó, la venganza de Franco y sus seguidores fue brutal y despiadada. Así pues, el lector encontrará aquí poca simpatía por la derecha española, pero espero que exista un cierto entendimiento.
Mi temprano interés por España se vio estimulado por un seminario para posgraduados que dirigían Hugh Thomas en la Universidad de Reading y Joaquín Romero Maura en la de Oxford. Durante muchos años aprendí muchísimo durante mi amistad con Herbert Southworth, quien siempre fue muy generoso en su hospitalidad y sus conocimientos. Cuando escribí la versión de 1996, era muy consciente de lo mucho que debía a las conversaciones que durante años mantuve con Raymond Carr, Norman Cooper, Denis Smyth, Ángel Viñas, Julián Casanova, Jerónimo Gonzalo y Martin Blinkhorn. Durante los noventa, la historiografía de la Guerra Civil cambió profundamente con las investigaciones llevadas a cabo por Ángela Cenarro, Helen Graham, Gerald Howson, Enrique Moradiellos, Alberto Reig Tapia e Ismael Saz. Continúo aprendiendo muchísimo al leer sus libros y conversar durante horas con ellos.
Mis amigos Paul Heywood y Sheelagh Ellwood constituyeron un maravilloso apoyo durante la redacción de la primera versión; su papel en la segunda lo asumió Helen Graham, y en este tercer intento, a mis inacabables conversaciones con Helen Graham se han sumado los intercambios constantes de ideas e información con Hilari Raguer y Francisco Espinosa Mestre. Me gustaría agradecer a Francisco Moreno Gómez, Isabelo Herreros y Luis Miguel Sánchez Tostado su ayuda en algunos aspectos concretos.
Mi esposa Gabrielle es, como siempre, mi crítico más perspicaz. Con un equipo de amigos como éste, parece imposible que ningún libro tenga fallos. Por desgracia, éste sí los tiene, y son míos. Está dedicado a la memoria de Jerónimo Gonzalo, compañero de alegrías y sinsabores, de quien aprendí tanto y a quien echo de menos más de lo que puedo decir.
Londres, 8 de enero de 2006