Agradecimientos

Este libro es pura ficción. Los pocos hechos que aparecen en él proceden de personas que me contestaron un montón de preguntas tontas. De modo que quisiera dar las gracias a: los subinspectores Jacky Davidson y Matt MacKay de la Grampian Police por esclarecer el procedimiento policial en Aberdeen; a la doctora Isobel Hunter, técnica superior de patología anatómica del departamento de patología de Aberdeen Royal Infirmary, por sus consejos gráficos relacionados con las autopsias; a Brian Dickson, jefe de seguridad de Press and Journal, por la visita guiada.

También le debo un agradecimiento especial a mi agente Philip Patterson por haber camelado a las encantadoras Jane Johnson y Sarah Hodgson de HarperCollins para que publicaran el libro. Y a la magnífica Lucy Vanderbilt, a Andrea Joyce y al resto del equipo por haber llevado a cabo un trabajo tan espectacular con los derechos internacionales. Y a Andrea Best, Kelly Ragland y Saskia van Iperen por haberlo aceptado.

Gracias también a James Oswald por sus aportaciones al principio de todo y a Mark Hayward, mi primer agente en Marjacq antes de que se largara para hacerse inspector fiscal, que me aconsejó que me olvidara de tanta porquería de ciencia-ficción y probara de escribir una novela acera de un asesino en serie.

Por encima de todo, gracias a mi traviesa esposa, Fiona: por las tazas de té, las correcciones gramaticales y ortográficas, por haberse negado a leer el libro por si no le gustaba y por haberme aguantado a lo largo de todos estos años.

Para acabar, Aberdeen no es una ciudad tan mala como quizá parezca. Confiad en mí…