Á tí, querido Vulgo, que de todo lo malo te enamoras, va dedicado este librito. Para ti lo he compuesto, conociendo por experiencia el grande apego que tienes á los disparates. Bien sé que no has de agradecerme este trabajo, y así te advierto que me cuesta muy poco; pues no he necesitado, para darle cima, registrar archivos, ni empolvarme las cejas: á las manos me han venido, sin irlas á buscar, las flores que forman este ramillete; y diariamente puedes encontrarlas tú mismo en el Teatro, en libros y periódicos, en órdenes y leyes, en discursos de grandes y pequeños oradores, y en disertaciones de pulcros académicos, aun de aquéllos que tienen á su cargo la limpieza del habla castellana.
De algún provecho puede servirte, sin embargo, el Vocabulario que te presento, Vulgo ingrato. Recopilados en un pequeño volumen los desatinos más usuales y corrientes, los galicismos más admitidos, las palabras y frases más pedantescas, los modismos más zurdos y extravagantes de que hacen gala frecuente los escribidores, podrás ¡oh Vulgo! aprenderlos de memoria, y ahorrarte la molestia de andar á caza de esas preciosidades, para repetirlas como un papagayo, según tu costumbre. Al menos, esto me debes; pues, haciendo lo que te aconsejo, á muy poca costa serás doctor en disparates, y te acreditarás de vulgo ilustrado. Adiós.
P. D. Cuando se imprimió por primera vez este librito, me despedí de tí diciendo “Aquí doy fin hasta la segunda edición.” Desde entonces acá he recopilado unas doscientas voces y acepciones nuevas; con las cuales, si las aprendes bien, puedes hacerte doble más disparatador que antes. — Vale.