LA HISTORIA DEL SOSTÉN

Doña Margarita Belén, de Madrid, me escribe preguntándome cuál es el origen de tan sugerente prenda femenina, porque ha leído en un libro norteamericano que fue inventada a comienzos de este siglo, y ella cree que data de mucho tiempo atrás.

Creo que el libro que doña Margarita ha leído es el Almanaque de lo insólito, de Irving Wallace y David Wallechinsky que, en su tomo 2, pág. 280, afirma que el año 1912, un tal Otto Titzling en Estados Unidos inventó el sostén.

El libro añade que «hacia 1929, Philippe de Brassière, un francés, as de la aviación durante la guerra y diseñador de modas en París», se apoderó de la idea, le dio un aire más coqueto y lo transformó en una invención francesa, de lo que se siguió un pleito y otras zarandajas. Por esto, añade el libro, «en los países anglosajones a los sostenes se los llama “brassières” o “bra”».

Todo eso es muy bonito, pero no me acaba de convencer del todo. Verá usted, señora, ya las mujeres romanas usaban para sostener el pecho unas fascia pectoralis, mamillares o strophium. Además, se sabe que algunas damas de la alta sociedad empleaban unas redecillas sutiles de hilos argénteos o de oro para sujetar los pechos y que dejaban pasar por un agujero de tal redecilla a los pezones que eran pintados de carmín, oro o plata para resaltarlos y que hicieran juego con el strophium en cuestión.

Por otro lado, la palabra soutiengorge, o sostén en francés, aparece en 1905 en el vocabulario de la lengua de nuestros vecinos, lo cual indica que antes de 1912 ya se conocía dicha prenda en Francia; la palabra queda registrada en el diccionario Larousse, en 1925, es decir, cuatro años antes de que el tal Philippe de Brassière descubriese el sostén en Norteamérica.

Más aún, del tantas veces citado Philippe de Brassières, no he encontrado dato alguno en las dos o tres historias de la primera guerra mundial que he consultado. No digo que no haya existido, digo solamente que no lo he encontrado citado. Pero la palabra brassière como nombre común sí se encuentra en los diccionarios. Concretamente en el Petit Robert, que tengo ante mí, se dice que es palabra que data del siglo XIII derivada de bras, o sea brazo, y una de sus acepciones es la de tirantes de una camisa, un jubón, etc. En 1863 se llamaba brassière a un tipo de camisa de mujer muy ajustada o de niño muy corta. De todo ello deduzco que en los países anglosajones se llama brassière al sostén para las cintas que le sujetan por sobre los hombros.

Añadamos a todo ello que el modista[22] Paul Poiret afirma en su libro En habillant l'époque, que él fue quien, al desterrar al corsé como prenda femenina, inventó el sostén para los pechos de sus clientas.

Creo, por todo lo expuesto, que el sostén, tal como hoy lo concebimos y admiramos, es de invención francesa, reciente, y nada tiene que ver con lo expuesto en el libro de Wallace y Wallechinsky.

Y permítame una última apostilla: cada vez se usa menos la palabra sostén y más la de sujetador. Creo que está muy puesta en razón. Es mucho más bonito imaginar algo que sujeta lo que tiende a escaparse, que algo que sostiene lo que tiende a caer. Maravillosas sutilezas de la coquetería femenina.