Nota editorial

La obra de Ireneo Paz (1836-1924) es muy amplia —como enlista Napoleón Rodríguez en el prólogo de esta edición— y, salvo dos o tres títulos (Amor de viejo, Algunas campañas…), no ha sido vuelta a editar. En realidad, gran parte del valor de sus libros radica más en lo que puedan tener de aportación de datos e informes que en una apreciable distinción literaria.

Manuel Lozada (El tigre de Alica) pertenece a la segunda serie de sus Leyendas históricas. Desde una apreciación actual, más debería pensarse en una aceptable recreación histórico-literaria o lo que, sin mayor precisión, podría denominarse «una novela-histórica-periodística» en la que esos tres propósitos se conjugan para dar al lector actual una idea veraz de la existencia del bandido Manuel Lozada y de su entorno humano más inmediato. Para Paz, el activista social, el indígena que luchaba para ayudar a los suyos frente a la voracidad de los hacendados y que en cada pueblo que ocupaba imponía normas de carácter agrario, no existe o, por lo menos, no es recalcado o acentuado en su narración que, prioritariamente, describe a un individuo sanguinario, analfabeto, codicioso y desorientado políticamente. La historia, aunque acepta también esta faceta de su vida, se empeña en evocar al líder social en busca de justicia para los indios de su zona, al reivindicador de los derechos indígenas sobre la tierra, al cacique que durante 10 años dominó en una parte del territorio occidental del país, que tuvo un órgano periodístico para difundir sus ideas, promovió reuniones de representantes pueblerinos para solucionar problemas agrarios y expuso un proyecto revolucionario: «Plan Libertador de los Pueblos de la Sierra de Alica» (1873).

Esta edición sigue, fielmente, el texto de la segunda de esta leyenda histórica de Ireneo Paz, aunque pueda sorprender al lector la dejadez de la prosa y el caprichoso manejo de puntuación. Es mucho más que probable que el texto, tal como se reimprime ahora, reproduzca fielmente el estilo literario del autor. La segunda edición de Manuel Lozada (El tigre de Alica) fue impresa en la Imprenta, Litografía y Encuadernación de Ireneo Paz, Segunda del Relox, número 4, con pie de imprenta de 1895 y que constaba de 209 páginas más dos de índice.