Ignoro la antigüedad que pueda tener la «teoría pansexual». No cabe duda de que Freud no ha sido el primero en generalizar con tanto radicalismo la importancia del acto sexual. He aquí un texto chino, del siglo II d. C., extraído de un tratado alquímico (Ts’an T’ung Ch’i) de Wei Po-Yang, y que transcribo aquí tanto por su originalidad como por su escasa circulación (la traducción sigue la versión inglesa de Lu Ch’iang-Wu, publicada en Isis, octubre 1932, pp. 231-262; nuestro fragmento está en la página 254).
El hombre ha nacido para estar sobre el vientre y la mujer sobre la espalda. Estas formas de conducta están predeterminadas desde el tiempo de su existencia prenatal. Ellos se comportan de esta manera no solamente durante su vida, sino también después de la muerte. [Nota: Los chinos creían que una ahogada flotaba sobre la espalda y un ahogado sobre el vientre.] Pero no han aprendido de sus padres a colocarse así. El origen de todo esto es el acto sexual.