Estoy enormemente agradecida a las siguientes personas…
A Amanda Coppedge, Saundra Mitchell, Mahtab Narsimhan y Robin Prehn, por ser los primeros lectores de esta trilogía y por velar porque los primeros borradores no se extraviaran.
A Jacqueline Houtman, porque sin sus conocimientos científicos mis explicaciones sobre virus y vacunas tendrían mucho menos sentido.
A mi editora, Catherine Onder, que insistió en sacar lo mejor de mí en cada libro y creyó en esta trilogía desde el principio.
A mi agente, Josh Adams, por ser siempre el primer defensor de mis libros y por guiar hábilmente mi carrera, antes y después.
A los lectores de aquí y de todo el mundo que me han hecho saber que mis libros han logrado hacerse un hueco en sus corazones.
A mis amigos y familiares, por estar ahí cuando los he necesitado y por saber desaparecer cuando necesitaba encerrarme a escribir.
Y a mi marido, Chris, al que espero saber transmitir la misma paciencia, confianza y amor que me inspira.