La vida de Isabel de Baviera no fue un romántico cuento de hadas y estuvo marcada por las desgracias familiares y su delicada salud. Su excéntrico comportamiento era debido a una enfermedad entonces desconocida: la anorexia nerviosa. La actriz Romy Schneider interpretó a Sissi en varias películas y su rostro quedó para siempre asociado a la bella emperatriz de Austria.