Habían muerto todas las personas que más amaba en este mundo: su marido, su hijo y su hermana Paca, y a partir de ese momento ya sólo viviría como guardiana de sus tumbas. «Diríase que Dios quiso darme todas las cosas que se pueden desear en este mundo, para luego quitármelas una a una, hasta dejarme solamente los recuerdos».