Los príncipes y princesas son simplemente esclavos de su posición; no deben seguir las inclinaciones de su propio corazón.

Proverbio antiguo

No tengo por muy feliz la condición de reina: en mi vida habría querido serlo. Se padece la mayor de las coacciones y no se disfruta de ningún poder. Una es como un ídolo; debe aguantarlo todo y encima mostrarse contenta.

ELISABETH-CHARLOTTE, cuñada de Luis XIV, Palacio de Versalles, 1719

Las reinas de los libros de historia no pueden confundirse con las de los cuentos de hadas. Los diamantes que lucen en sus coronas nos ciegan acerca de la realidad de las transacciones políticas que su matrimonio sanciona, y de las cuales unos prudentes amoríos raramente las consuelan.

CHANTAL THOMAS,
La reina desalmada, 1993