Quiero dar las gracias, sin un orden concreto, a: Bill Schafer, Yanni Kuznia, Patrick Nielsen Hayden, Cherie Priest, Eliani Torres, Heather Saunders, Irene Gallo, Peter Lutjen, Kekai Kotaki, Wil Wheaton, Devin Desai, Doselle Young, Justine Larbalestier, Mary Robinette Kowal, Regan Avery, Karen Meisner, Cian Chang, Anne KG Murphy y John Anderson.
Quiero expresar también mi agradecimiento a Penguin, en concreto a John Schline y Susan Allison, así como para los herederos de H. Beam Piper.
Querría destacar de nuevo el especial aprecio que siento por la labor de mi agente literario, Ethan Ellenberg, que emprendió un problemático y potencialmente poco provechoso proyecto con entusiasmo e inventiva. Es estupendo contar con un buen agente.
Como siempre, dejo constancia del amor y el agradecimiento que siento y debo a mi esposa Kristine, así como a nuestra hija, Athena.