Los lectores que se impresionen o escandalicen por el tema de este libro no deben caer, también, en el error de considerarlo como algo nuevos. El estudio físico del cerebro se está desarrollando desde hace más de un siglo; la tecnología de la modificación de la conducta ha ido progresando durante más de cincuenta años. Es un tema que se ha investigado y que cualquiera ha visto discutir, defender o impugnar a lo largo de varias décadas.

Tampoco ha faltado la publicidad. La investigación en neurobiología es lo suficientemente espectacular como para aparecer regularmente en los suplementos dominicales. Pero la realidad es que la opinión pública nunca la ha tomado muy en serio. Se ha abusado durante tantos años de las habladurías y la especulación frívola, que ahora el público piensa en el «control de la mente» como en un problema relegado a un futuro remoto: puede llegar a ser una realidad, pero no inmediata, no de un modo que afecte a la generación actual.

Los científicos dedicados a esta investigación han tratado de comunicarse con el público. James V. McConnell, de la Universidad de Michigan, dijo hace algunos años a sus estudiantes: «Compréndanlo, somos capaces de hacer estas cosas. Podemos controlar la conducta. En tal caso, ¿quién decidirá lo que debe hacerse? Sí ustedes no se interesan y no me indican cómo debo actuar, tendré que imponerles mi criterio. Y entonces será demasiado tarde».

Actualmente mucha gente piensa que vivimos en un mundo predeterminado que sigue un derrotero fijo y establecido. Las decisiones pasadas nos han legado la polución, la despersonalización y la suciedad urbana; alguien decidió por nosotros y ahora nos enfrentarnos a las consecuencias.

Esta actitud representa una negación de la responsabilidad, infantil y peligrosa, y es preciso que todos la reconozcamos como tal. En este espíritu presentamos la cronología siguiente:

Historia de la terapia de la epilepsia psicomotora
1864 Morel Fairet y otros neurólogos franceses describen algunas características de la epilepsia psicomotora.
1888 Hughlings Jackson (Gran Bretaña) da la descripción clásica de la epilepsia psicomotora y el aura que la precede.
1898 Jackson y Colman (Gran Bretaña) localizan la enfermedad en el lóbulo temporal del cerebro.
1908 Horsley y Clarke (Gran Bretaña) describe: las técnicas de cirugía estereotáxica a utilizar con animales.
1941 Jasper y Kershman (EE.UU. y Canadá) demuestran que el electroencefalograma de pacientes con epilepsia psicomotora se caracteriza por descargas procedentes del lóbulo temporal.
1947 Spiegel y colaboradores (EE.UU.) informan sobre la primera cirugía estereotáxica practicada en un ser humano.
1950 Penfield y Flanagan (Canadá) realizan cirugía ablativa para la epilepsia psicomotora, con buenos resultados.
1958 Talairach y colaboradores (Francia) inician la implantación estereotáxica crónica de electrodos a profundidad.
1963 Heath y colaboradores (EE.UU.) permiten a sus pacientes estimularse a si mismos, a voluntad, mediante electrodos implantados.
1965 Narabayashi (Japón) informa sobre 98 pacientes de conducta violenta tratados con cirugía estereotáxica.
1965 Hasta la fecha se han practicado ya en diversos países más de 24.000 procedimientos estereotáxicos en seres humanos.
1968 Delgado y colaboradores (EE.UU.) conectan el «estimulorreceptor» (un estimulador de radio provisto de receptor) a pacientes de ambulatorio que sufren de epilepsia psicomotora.
1969 En Alamogordo, N. M., un chimpancé es conectado directamente por radio a un ordenador que programa y transmite sus estímulos cerebrales.
1971 El paciente Harold Benson es operado en Los Ángeles.

M. C.

Los Ángeles

23 de octubre de 1971.