Entonces empecé a volver a casa malhumorado.
—¿Qué es lo que te pasa, Hank?
Tenía que emborracharme todas las noches.
—Es Freddy, el encargado. Ha comenzado a silbar esa maldita canción. Ya la está silbando cuando entro por las mañanas y no para nunca, sigue silbándola cuando me voy por las noches. ¡Lleva así dos semanas!
—¿Cuál es el titulo de la canción?
—La vuelta al mundo en ochenta días. Nunca me ha gustado.
—Bueno, busca otro trabajo.
—Es lo que haré.
—Pero sigue trabajando hasta que encuentres otro empleo. Tenemos que probarles que…
—¡Está bien, está bien!