Cuando Jonstone me vio al día siguiente a las 5 de la mañana, giró sobre su silla y su cara mostraba el mismo color que su camisa. Pero no dijo nada. No me importaba. Habla estado hasta las 2 de la madrugada bebiendo y follando con Betty. Me eché hacia atrás y cerré los ojos.
A las 7 de la mañana, Jonstone se volvió de nuevo. A todos los otros auxiliares se les habla asignado trabajo o hablan sido enviados a otras estafetas que necesitaban ayuda.
—Eso es todo, Chinaski. No hay nada hoy para ti.
Observó mi cara. Mierda, no me importaba. Todo lo que quería era irme a la cama y dormir un poco.
—Vale, Roca —dije. Entre los carteros se le conocía como «La Roca, pero yo era el único que me dirigía a él de esta forma.