Poner límites a los niños es otra de las modas en puericultura. Se escriben libros enteros dedicados a esta nueva ciencia. Desde luego, los límites se imponen por el bien del niño:
Claro, es importante poner límites a los niños porque si no, no tendrían límites. ¿Se imagina qué terrible situación?
Un niño sin límites les sacaría los ojos a todos sus amigos, se comería 200 caramelos en cinco minutos, se tiraría por el balcón. Un niño sin límites sería una cosa tan terrible, escalofriante, repugnante, que…, que… ¿Cómo es que nunca hemos visto a uno? ¿Cómo sería un niño sin límites?