A los que me empujaron a saltar por el precipicio, porque
consiguieron que me estrellara contra mi propio éxito.
A los que quisieron quererme y no se lo permití.
Y a los que quise y sólo me utilizaron.
A los que se empeñaron en convertirme en una puta,
porque fueron los primeros que corrieron a pagar por mí.
A ti, que me cuidas desde el cielo.
A ti, seas quien seas, por estar ahí perenne.