Berlín, 24 de diciembre de 2014
El hombre observó el cordón policial delante de la casa de Moisés Peres y se asustó. ¿Qué le había pasado a Haddon? Cuando llegó a Berlín desde Roma estaba seguro de que el bueno de Moisés lo ayudaría a ponerse en contacto con el antropólogo, pero ahora no sabía lo que había sucedido.
La policía comenzó a abandonar la zona y el hombre se quedó unos segundos mirando la fachada y preguntándose adónde iría ahora. El único sitio en el que Allan podía estar era en Oxford. Se apretó el abrigo y caminó por la calle nevada. La temperatura bajaba con rapidez y el frío comenzaba a instalarse en sus huesos.
Tuvo ganas de regresar a Roma y postrarse a los pies del papa, él sabría comprenderlo, pero era demasiado tarde.