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Bruselas, 23 de diciembre de 2014

El candidato se puso en pie frente al Parlamento Europeo. Las bancadas estaban repletas para escuchar al que con toda probabilidad sería el líder de Europa durante los próximos cuatro años. Alexandre von Humboldt miró a los eurodiputados e intentó disimular la euforia que sentía. En quince días se convertiría en uno de los hombres más poderosos del mundo y tendría en su mano las herramientas para cambiar las cosas.

—Señorías, es un honor dirigirme a esta cámara. Muchas veces se han tomado decisiones desde este hemiciclo que han afectado a millones de personas. Desde su creación, los destinos económicos de algunos de los países más importantes del mundo se dirigían desde aquí, pero seguíamos divididos en lo político, aunque la crisis nos ha hecho cambiar a todos. Una Europa unida será una Europa fuerte. China es una de las potencias mundiales más importantes, Estados Unidos continúa siendo la gran potencia militar, pero ¿cómo responderemos a las continuas amenazas de Rusia? ¿Cómo defenderemos Europa del terrorismo internacional? Los flujos migratorios convirtieron a este continente en un coladero de terroristas e indeseables. No podíamos acoger a los parias de toda la tierra. El camino de Europa es glorioso, pero hasta que una mano poderosa controle los destinos de este gran continente, Europa no volverá a ser lo que fue. Imagino que algunos me acusarán de fascista o totalitario. Muchos periódicos dicen que mi partido es una organización criminal encubierta, pero ¿quién está sacando de la crisis a Europa? ¿No es el PGE en sus diferentes ramas nacionales?

Los eurodiputados se pusieron en pie y aplaudieron. Alexandre von Humboldt hizo un gesto con la mano y todos se sentaron de nuevo.

—Muchos quieren ver una Europa débil, dividida, que se preocupa más de los derechos de la humanidad que de sus propios intereses, pero eso se terminó, primero Europa y los europeos.

La sala rugió ante las palabras del candidato. Los mismos eurodiputados que un año antes habían conseguido lo impensable, crear una constitución que uniera políticamente al continente, comenzaron a vitorear al futuro presidente de los Estados Unidos de Europa.