EL CORNUDO EN SU SALSA
Es el que acumula en masa todas las dignidades de la orden. Comenzó por ser cornudo en ciernes; después figuró necesariamente entre los simpáticos, los ortodoxos, los hechizados y las otras especies risibles por el engaño, conservando siempre una serenidad inalterable a través de todas las vicisitudes. Y para completar la obra encontrará, si muere a tiempo, una Corte de Justicia que le adjudicará un póstumo un año después de su muerte, a fin de que no le falte el último grado de la orden, que es el de cornudo de los dos mundos.