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EL CORNUDO LOBISÓN

Es quien convierte su casa en una ciudadela inexpugnable, monta guardia más severamente que un eunuco negro alrededor de las odaliscas, trata brutalmente no sólo a los galanes, sino, por miedo a equivocarse, también a la gente ajena al debate. Pero ninguna fortaleza es inexpugnable, decía el padre de Alejandro, siempre y cuando un mulo cargado de oro pueda treparla; de la misma manera el galán, provisto de una buena billetera, logra cerrar los ojos a algún centinela y penetrar en la fortaleza del lobisón.