EL CORNUDO TROMPETA
Es quien va, con tono lastimero, a hacer pública su confidencia, diciendo: “Pero, señor, yo los pesqué in fraganti”. A lo que se le responde que quizá era una broma y que no hay que apresurarse a pensar mal. No por eso deja de desquitarse contando el ultraje a cualquiera. Y voluntariamente se valdría de una trompeta para reunir más gente y sublevarla contra la injusticia de su mujer.