AGRADECIMIENTOS

Al recuerdo de mis padres: Augusto Miguel Cruz Pérez y Alicia G. García Mora. A mi hermano Gustavo, por su apoyo incondicional.

A Elisa Berzunza Castilla y a Carlos Augusto, sin cuya paciencia y comprensión este camino difícilmente hubiera llegado a buen fin, va dedicada esta novela.

Por ser como una segunda familia, mi gratitud a Florentino Terán Álvarez y Alejandra García, Adriana Terán García, Alejandro Terán, Florentino Terán y Luz Ariadna, Daniel Terán y Alexandra Ochoa, y a las familias Solares Heredia y Berzunza Castilla: Concepción Castilla, Alejandro, Mabel y Carlos.

A Susana Patrón Moreno: por la amistad que desconoce las distancias, y a Evelyn Laboy Patrón. A Karen Chacek: la Agente K, por la complicidad de la literatura, la amistad y las tres palabras que incendiaron la novela; a Verónica Vega: por la primera entrevista, Janice Orozco: por la semblanza, y a Juan José Villela. Gabriela León Vázquez y a la Pocha Nostra: Guillermo Gómez Peña el Mexterminator, Roberto Sifuentes, Violeta Luna, Lula Chapman, Laura Milkins y Emilienne Temples, Milú. A los compañeros del taller de novela de Oaxaca, Fernando Ortiz Márquez, Jessica Gracia, Nancy Fuentes Blanco, Iny Arenas Aguilar: por las amistades que los caminos bifurcan y Who’s gonna ride your wild horses?, Melissa González L., Rocío Garza Morales, Blanca Garza Peña, Jill Begovich y Elizabeth Márquez Maldonado. A todo el personal de Bisquetcity. A Nicolás Echevarría, Mario González Suárez, Alejandra Hernández Linares, Juanita Saldívar Padilla, Francisco Barrenechea, María Sol Infante Pérez, Adolfo Ríos Molina, Gabriela Cantú Westendarp. Paco Ignacio Taibo II, Estefanía Vicencio, Eko de la Garza, Mayte Holguera y Ana Flores J. Rosario Raudales, Silvia Enciso, Crista Bel Reyes y Fernanda Solórzano. Nelly Díaz, Mariana H, Adriana Díaz Enciso, Anne Wakefield y Katia Escalante Vera. Cinthya Cy-Fi Barrón, Ana M. Morlet, Evelyn Bricaire, Dulce Esmeralda Vizcaíno, Marcela Flores R. Natalia Téllez, Hellen Amione, Arlett Fernández y Suri Cruz H. Adriana Enciso, Mariangela Meotti, Cecilia Guerra, Karina Dalmás y Priscila de Alba, exploradora polar. Blanca Estela Cruz, Cendy Robles, Claudia Ramírez, Linda J. Villaverde, Priscila Cantú, Sophie Gewinner y Karina Gómez Q. Graciela V. Flores, Sergio Aragonés, Laura Amelia Rodríguez P. y Daniela Liebman. Luciano Berriatúa, J. M. Ana Silvia Pérez M. Gabriela Cuevas B. Jessica Schneider y sus seres abisales. Francisco Toledo, Natalia Toledo, Joaquín Bissner, Andrea Damián, Ralph Bakshi, Claudia Lizaldi, Guillermo Olguín, Agar, José Luis Terán Álvarez y familia, Adolfo Cabal Cuervo y Marcela Ruiz Villegas, Adolfo Cabal Ruiz y Marcela Cabal Ruiz.

Parte de esta novela fue escrita con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación de Desarrollo Artístico, del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes del Gobierno del Estado de Tamaulipas y del I y II Taller de Novela del Centro de las Artes de San Agustín Etla, en Oaxaca. Mi agradecimiento a los escritores invitados a ambos talleres por sus generosos comentarios y compartir sus experiencias y visión de la novela: Hugo Hiriart, Ricardo Yáñez, Francisco Goldman, Mario Bellatin, David Toscana, Álvaro Uribe, Elmer Mendoza, Leonardo Da Jandra, Jorge Volpi, Daniel Sada, Margo Glantz, Juan Villoro, Sergio Pitol, Alberto Chimal, Francisco Hinojosa. A Julio Villanueva Chang, por hacer que Forrest Ackerman tuviera más vida que nunca a través de la crónica. A Jorge Ayala Blanco, por los datos del estreno de Londres después de medianoche y su seminario de cine. A Rafael Álvarez Díaz y Miguel Álvarez Díaz. A Freddy Domínguez y Cuitláhuac Barajas, por la hermandad literaria y sus generosos comentarios, y a Rubem Fonseca: por revelar las tres cosas que se necesitan para escribir una novela, prometiéndome no divulgarlas.

A los amigos de Ackerman, tan numerosos como las estrellas con las que siempre soñó: Joe Moe, Margaret y Ron Borst, Kevin Burns, David Skal, Philip J. Riley y todos quienes alguna vez visitaron la Ackermansión. A Bela Lugosi Jr, Lynne Lugosi Sparks, Richard Sheffield y Gary D. Rhodes, por mantener vivo el espíritu del señor Blasko. A Lupita Tovar, Carla Laemmle y Diana Serra Cary (Baby Peggy), protagonistas de la época mágica del cine: cuando las divas bajaban por majestuosas escaleras sin mirar los peldaños.

Este texto no sería posible sin el testimonio ni la labor de reconocidos historiadores de cine, biógrafos, periodistas y críticos, cuyo trabajo en libros, revistas y redes sociales fue de gran ayuda para la investigación de esta novela, entre los que destacan: Dark Carnival (con Elias Savada), Hollywood Gothic, Monstershow, de David J. Skal, London After Midnight: A Reconstruction, de Philip J. Riley, J. Edgar Hoover: The Man and the Secrets, de Curt Gendry, Official and Confidential: The Secret Life of J. Edgar Hoover, de Anthony Summers, y la crónica de Wilbert Torre sobre un personaje tan misterioso como fascinante.

Esta novela tiene una deuda de gratitud con Martín Solares, amigo y editor, sin cuyo apoyo, consejo y solidaridad, Londres después de medianoche no existiría.