De un tiempo… fue escrito entre 1979 y 1981, y tuvo grandes dificultades de publicación, pese a desvelar, entre otras cosas, un supuesto misterio que parecía intrigar, y hasta obsesionar, a la prensa y a parte de la opinión pública. Casi dos años pasé en busca de editor, hasta tener la gran suerte de dar con José María Gutiérrez, de la editorial De la Torre, que lo publicó fuera de catálogo, y a quien expreso mi agradecimiento. Luego, por distintos problemas, salió plagado de erratas, y yo mismo, falto de medios, lo difundí «a mano» con ayuda de mi hermana Begoña y de mi primo Manuel Vera por diversas librerías, dejándolo en depósito. Se vendió, por tanto, sólo en Madrid y un poco en Galicia. Pese a ello, quedó agotada la mayor parte de los 2000 ejemplares, a costa de un gran esfuerzo y tensión para mí, pues me hallaba todavía en la clandestinidad, aunque, evidentemente, ya no perseguido, o apenas. Los últimos dos o trescientos ejemplares los tiré, un poco harto, en un contenedor de hojarasca en la Universidad Complutense. El libro se ocupa fundamentalmente de la época en que florecían en la universidad y en zonas fabriles una multitud de pequeños y en general impotentes grupos de extrema izquierda, época hoy muy olvidada y, sin embargo, no falta de interés. También de la etapa digamos idealista del PCE(r)-GRAPO. El lector interesado debiera completar este libro con El tazón de hierro, de Félix Novales, centrado, también autobiográficamente, en la fase de descomposición de aquel grupo, cuando la acelerada pérdida de los ideales que parecían justificar su lucha dejó al desnudo, inapelablemente, la sordidez brutal de sus actos y de las relaciones personales en su interior.
Esta edición reproduce tal cual la primera, si bien he procurado corregir sus incontables erratas y he hecho algunas ligeras correcciones de estilo. También he suprimido los «ladillos» o subtítulos dentro de cada capítulo. Los añadidos van a pie de página, mayormente aclaraciones sobre referencias del texto que la mayoría de la gente no entendería ya, aunque entonces estuvieran claras. También amplío a pie de página breves noticias de personas, si me acuerdo de ellas, pues mi memoria para los nombres es bastante mala. En la primera edición las restringí mucho, por pensar que «no agradaría a la mayoría verse mencionados». Error, porque suele ser al revés y, en todo caso, el tiempo transcurrido vuelve inocuas las menciones. Asimismo he cambiado de lugar una especie de autoentrevista antes incluida en el capítulo IV de la tercera parte, convirtiéndola en el apéndice tercero, y he añadido un epílogo. Parte de las informaciones sobre los pasos posteriores de diversos militantes se la debo a Lorenzo Castro, que ha escrito una tesis sobre la OMLE-PCE(r ).
No me cuesta nada suponer que esta segunda edición del libro hubiera sido imposible sin la buena acogida de Ediciones Encuentro. Cuando escribí Los orígenes de la guerra civil española, envié el original a siete u ocho editoriales, la mayoría de las cuales no se dignó contestarme, y el resto lo hizo negativamente. De no haber dado con Encuentro, es probable que aquel libro y los siguientes permanecieran inéditos aún hoy. Por suerte, Luis García Moreno, catedrático de Historia Antigua, me encaminó a José Andrés Gallego, director de esta colección. Les doy las gracias muy expresamente, así como a José Miguel Oriol, sobrino de aquel otro Oriol a quien secuestramos en otro tiempo, pensando en asestar un tremendo golpe al «fascismo». José Miguel tuvo también su experiencia revolucionaria, y conoce los ambientes izquierdistas de la época, porque dirigía la editorial ZYX, que tantos libros anarquistas y marxistas puso en manos de obreros y estudiantes «concienciados» o a concienciar. La vida da muchas vueltas.