Dos clímax

Cada una de estas dos historias es post Susan Calvin. Son los relatos largos más recientes que he escrito acerca de robots, y en cada uno de ellos intento adoptar una óptica generalizada y ver cuál puede ser el final definitivo de la robótica. Y con ello llego a cerrar el círculo…, puesto que aunque me adhiero estrictamente a las tres leyes, la primera historia, «Qué es el hombre», es claramente una historia de Robots-como-amenaza, mientras que la segunda, «El hombre del bicentenario», es incluso más claramente una historia de Robots-como-Pathos.

De todas las historias de robots que he escrito, «El hombre del bicentenario» es mi favorita y, creo, la mejor. De hecho, tengo la terrible sensación de que es probable que no me importe pararme definitivamente aquí y no escribir nunca más ninguna otra historia seria sobre robots. Pero, de nuevo ahí, eso es solamente posible. ¿Saben?, yo nunca soy predecible.