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Escuela elemental de Stebbins

—¿Estás seguro de que esto va a funcionar? —preguntó J. T. mientras Trout montaba el equipo vía satélite.

—Cabra me dijo que funcionaría, y él conoce muy bien estos aparatos —contestó Trout—. A mí las peleas se me dan fatal, así que o hago esto o me escondo en el armario.

Trout le tendió el equipo a J. T. y le enseñó cómo funcionaba. Luego dio un paso atrás, se peinó el pelo mojado con los dedos y se alisó la camisa empapada.

—¿Qué tal estoy?

—Como un golden retriever ahogado —contestó Dez.

—¡Vaya!, gracias.

—Pero como un golden retriever ahogado muy guapo —añadió ella, lanzándole una sonrisa maliciosa aunque escueta.

Trout esbozó una sonrisa brillante.

—Creo que eso es lo más bonito que me has dicho en dos años.

Trout esperaba que Dez sonriera, pero en lugar de ello captó un destello de dolor en sus ojos. Se sintió como un imbécil por hacer una broma tan mala en un momento tan inoportuno. Así que intentó mantenerse ocupado, enganchándose el clip del micrófono a la camisa.

—Listo —dijo Trout.

J. T. cruzó los dedos. Dez simplemente asintió con una expresión neutral pero escéptica. Trout se aclaró la garganta y asintió en dirección a J. T. para que comenzara a grabar.

—Me llamo Billy Trout. Soy reportero de Noticias Regionales por Satélite en el condado de Stebbins. Por favor, vean este documental. No se trata de ningún engaño, no son efectos especiales ni una broma de mal gusto. Todo esto es real. La gente se está muriendo, y hay muchas personas más que van a morir. Yo seguramente voy a morir. Y muy probablemente todo eso ocurra hoy mismo.

Trout hizo una pausa y tomó aliento. Estaba sudando, así que se enjugó el sudor de los ojos con los dedos. Dez, situada detrás de J. T., levantó ambos pulgares en dirección a Trout, y este continuó:

—Si han estado ustedes al tanto de las noticias, sabrán que en este momento hay una gran tormenta centrada sobre el sudoeste de Pensilvania. Puede que hayan oído hablar también de ciertos problemas aquí, en Stebbins. De saqueos y disturbios. Nosotros sin embargo estamos aquí grabando esto para que en el futuro quede constancia de que en Stebbins no se ha producido ningún saqueo. No hay disturbios. Y sin embargo la gente está muriendo. Voy a contarles toda la verdad de lo que está sucediendo en Stebbins. Si consigo sobrevivir, probablemente iré a la cárcel. Pero no me importa, con tal de que se haga pública esta historia. Por favor, vean este vídeo. Cuélguenlo en YouTube. Pónganle un enlace en Twitter, en Facebook y en todos los sitios en los que se les ocurra.

»Ahora mismo estoy en el colegio elemental de Stebbins, al noroeste del condado. Hay ochocientas personas en este edificio, conmigo. Más de la mitad de ellos son niños. Mucha gente ha muerto ya aquí hoy, pero a menos que nos pongamos a trabajar y todos colaboremos, van a morir muchos más. Lo repito: esto no es una broma. No es un engaño. Es real, y está ocurriendo ahora mismo.

Trout se tomó un descanso. Le temblaban las manos.

—Aquí Billy Trout, informando en directo desde el apocalipsis…