CRONOLOGÍA

1811:

15/II: «Yo he nacido en 1811, el noveno mes después del 25 de mayo, y mi padre se había lanzado en la revolución, y mi madre palpitado todos los días, con las noticias que llegaban por momentos sobre los progresos de la insurrección americana» (Recuerdos de Provincia).

«He nacido en una familia que ha vivido largos años en una mediocridad muy vecina de la indigencia, y hasta hoy es pobre en toda la extensión de la palabra» (Mi defensa).

Es el quinto hijo de Paula Albarracín y Oro y de José Clemente Sarmiento Funes.

Nombre de bautismo: Faustino Valentín Sarmiento.

Asume el del santo de la familia: Domingo.

1816:

«Balbuciente aun, empezaron a familiarizar mis ojos y mi lengua con el abecedario, tal era la prisa con que los colonos, que se sentían ciudadanos, acudían a educar a sus hijos, según se ve en los decretos de la junta gubernativa y los otros gobiernos de la época» (R de P). «De edad de cinco años entré a una escuela, que cuando he leído las obras de M. Cousin, he visto en ella un dechado de perfección… Se enseñaba a leer muy bien, a escribir, aritmética, álgebra y los rudimentos de religión» (MD). Ingresa, efectivamente, a la Escuela de la Patria, el 22 de abril, en San Juan. Su padre acompaña al ejército de San Martín, que cruza los Andes para atacar a los españoles en Chile.

1817:

Tras la victoria de Chacabuco, José Clemente Sarmiento es elegido para volver con la noticia y los prisioneros de guerra. Es objeto de una manifestación popular.

1821:

Domingo Faustino viaja con su padre a Córdoba, para ingresar en el Seminario de Loreto, pero regresa al no lograr su propósito.

1823:

Por una proclama, Rivadavia anuncia que el gobierno central costeará la educación de seis jóvenes de cada provincia en colegios porteños. Enviada la lista de San Juan, Sarmiento ocupa el primer lugar en la clasificación escolar de la Escuela de la Patria. Pero las autoridades cambian el procedimiento y sortean diez nombres: Sarmiento no resulta favorecido. «…Una rara fatalidad ha pesado siempre sobre mí, que parecía cerrarme las puertas de los colegios» (MD). Su padre solicita para Domingo una vacante en el Colegio de Ciencias Morales. La petición no es tomada en cuenta.

1825

Sarmiento se emplea con Víctor Barreau, ingeniero francés al que se le había encomendado el trazado de un plano de la ciudad de San Juan. Se convierte en su ayudante y aprendiz, recibiendo conocimientos de ingeniería y agrimensura. José Félix Aldao llega de Mendoza con su ejército de gauchos y derriba al gobierno de Maradona. Asume la gobernación José Navarro, con poderes dictatoriales, y destierra a los jefes de una reciente revuelta. Uno de los desterrados es José de Oro, tío de Sarmiento. El muchacho parte con él, y ambos se instalan en la pequeña aldea de San Francisco del Monte, en la provincia de San Luis, donde viven más de un año. «Introdujimos flores y legumbres que nosotros cultivábamos, pasando horas enteras en derredor de un alhelí sencillo, el primero que nos nació» (R de P). José enseña a Sarmiento latín y doctrinas bíblicas; éste organiza una escuela y enseña a leer a pobladores de la comarca. «¡Por qué rara combinación de circunstancias mi primer paso en la vida era levantar una escuela y trazar una población, los mismos conatos que revelan hoy mis escritos sobre Educación popular y colonias!» (R de P).

1826:

«En 1826 entraba tímido dependiente de comercio en una tienda, yo, que había sido educado por el presbítero Oro en la soledad que tanto desenvuelve la imaginación, soñando congresos, guerra, gloria, libertad, la república, en fin» (R de P). «Desde la temprana edad de quince años he sido el jefe de mi familia. Padre, madre, hermanas, sirvientes, todo me ha estado subordinado, y esta dislocación de las relaciones naturales ha ejercido una influencia fatal en mi carácter. Jamás he reconocido otra autoridad que la mía, pero esta subversión se funda en razones justificables» (MD).

1827:

Vuelve a San Juan debido a los cambios políticos imperantes (José Sánchez en el gobierno) y pasa a trabajar en el comercio de su tía Ángela Salcedo. Sánchez es derrotado y Facundo Quiroga domina la situación política.

1828:

Lo nombran subteniente de la Segunda Compañía del Batallón de Infantería Provincial de San Juan, El gobernador Gregorio Quiroga lo nombra alférez de un batallón de la milicia provincial. Después de la tercera guardia renuncia y es arrestado. Se lo somete a un consejo de guerra pero el tribunal abandona la causa. Sarmiento pide perdón al gobernador Quiroga y es puesto en libertad. «A los dieciséis años de mi vida entré a la cárcel y salí de ella con opiniones políticas, lo contrario de Silvio Pellico, a quien las prisiones enseñaron la moral de la resignación y del anonadamiento» (R de P).

1829:

«…Me informé de las tendencias y objetos de los partidos, y no me fue difícil escoger el que me convenía. Veía en uno a los viejos retrógrados, a los antiguos godos, y a los gauchos ignorantes; en otro a los jóvenes, a los antiguos patriotas y a los que abogaban por la libertad. Nada más necesitaba, fui unitario desde entonces» (MD). Participa en el combate de Niquivil y lucha en el combate de Pilar. Los unitarios son derrotados, Sarmiento cae prisionero pero al poco tiempo recupera la libertad, «Pero la guerra, con todas las ilusiones que engendra, y el humo de la gloria que ya embriagaba a un capitán de compañía, no me ha dejado impresiones más dulces, recuerdos más imperecederos que aquella campaña de Mendoza, que concluyó en la tragedia horrible del Pilar. Fue para mí aquella época la poesía, la idealización, la realización de mis lecturas» (R de P). Permanece en San Juan, con la «casa por cárcel y el estudio del francés por recreo». Traduce doce volúmenes, entre ellos las Memorias de Josefina.

1830:

Reanudada la lucha entre unitarios y federales, Sarmiento y un grupo de jóvenes unitarios cruzan los Andes y pasan a Chile. San Juan se rebela contra el gobierno federal: Juan Aguilar, gobernador. Enterado del triunfo unitario, vuelve Sarmiento. Se lo nombra ayudante del Escuadrón de Dragones de la Escolta y es promovido a tercer ayudante del primer escuadrón de la milicia de caballería provincial.

1831:

Facundo Quiroga entra en Mendoza, cae el gobierno de San Juan y Sarmiento emigra a Chile. Con su padre, se aloja en casa de un primo de éste, gobernador de la población fronteriza de San Antonio de Putaendo. Pasan luego a Santa Rosa de los Andes; Domingo se hace cargo de la escuela municipal. Adopta el nuevo método de enseñanza lancasteriana y establece una serie de reformas de los textos. Pronto es destituido y abandona la localidad.

1832:

Llega con su padre a Pocura, pequeña aldea dos leguas al sur de los Andes. Organiza una pequeña escuela. Instala también un bodegón barato. El 18 de julio nace su primera bija, Emilia Faustina, la identidad de cuya madre no ha sido demostrada, si bien podría tratarse de María de Jesús del Canto, cuya casa frecuentaba Sarmiento. A fines de ese año deja Pocura y viaja a Valparaíso.

1833:

«En 1833 estuve de dependiente de comercio en Valparaíso, ganaba una onza mensual, y de ella destiné media para pagar al profesor de inglés Richard, y dos reales semanales al sereno del barrio para que me despertara a las dos de la mañana a estudiar mi inglés. En 1833 yo pude comprobar en Valparaíso que tenía leídas todas las obras que no eran profesionales, de las que componía un catálogo de libros publicados por Mercurio. Estas lecturas, enriquecidas por la adquisición de los idiomas, habían expuesto ante mis miradas el gran debate de las ideas filosóficas, políticas, morales y religiosas, y abierto los poros de mi inteligencia para embeberse en ellas» (R de P). Viaja al centro minero de Copiapó. Su ex-jefe militar, gral. Vega, lo emplea en su mina El Colorado, Dos años después asciende a capataz.

1834:

Escribe un folleto sobre un plan para colonizar el valle del río Colorado con emigrantes de San Juan y Mendoza.

1835:

Enferma gravemente. El diagnóstico es fiebre tifoidea. Atraviesa una crisis de melancolía, postración, tristeza, extrema debilidad, delirios. Sus amigos solicitan permiso al gobernador Benavídez para que regrese a San Juan.

1836:

«…en 1836 regresé a mi provincia, enfermo de un ataque cerebral, destituido de recursos y apenas conocido de algunos, pues con los desastres políticos, la primera clase de la sociedad había emigrado» (R de P). Se hace amigo de Manuel Quiroga Rosas, portador de las nuevas ideas del mundo literario y filosófico francés. Juntos leen las obras de Villemain, Schlegel, Lerminier, Guizot, Cousin, Leroux. Con un grupo de jóvenes se reúne en la biblioteca de Quiroga; organiza también una sociedad teatral.

1837:

Escribe un poema satírico contra el tratado de Pancarpata entre Chile y la Confederación Peruano-Boliviana.

1838:

Envía a Juan Bautista Alberdi un poema descriptivo, «Canto a Zonda», en el que reconoce la influencia de Byron y Lamartine.

1839:

Publica un folleto titulado Prospecto de un establecimiento de educación para señoritas dirigido por D. Domingo F. Sarmiento. Logra el apoyo de las personas más importantes de la sociedad sanjuanina para la fundación del colegio, el que se inaugura el 9/VII: Colegio de Santa Rosa de América. El 20/VII aparece el primer número de su periódico El Zonda. Benavídez le impone una fuerte multa, ya que no la clausura, que lo obliga a suspender la impresión. «La provincia de San Juan (…) es la que más hondamente ha caído porque Benavídez le ha impreso su materialismo, su inercia, su abandono de todo lo que constituye la vida pública, que es lo que el despotismo exige. Coman, duerman, callen, rían si pueden, y aguarden tranquilos, que en veinte años más… sus hijos andarán en cuatro pies» (R de P).

1840:

Viaja a Chile, visita numerosas escuelas y compra material para su colegio. En noviembre, una revolución unitaria derriba en Mendoza al gobernador Correas y coloca a Pedro Molina. Bcnavídez ordena la detención de todos los unitarios, entre ellos Sarmiento. La multitud incita a los guardias de la prisión a lancear a Sarmiento: «Mueran los salvajes unitarios». La mediación del gobernador lo salva y marcha como desterrado a Chile. Al pasar por los baños de Zonda escribe la célebre frase: «On ne tue point les idées».

1841:

Radicado en Santiago en compañía de Manuel Quiroga Rosas, vende libros para subsistir. Conoce a Manuel Montt, uno de los jefes del partido conservador. El 14 de febrero publica en El Mercurio, de Valparaíso, un artículo sobre la batalla de Chacabuco, que recibe el inmediato apoyo de Montt y Las Heras. «Mi curiosidad, mi aislamiento, me anonadaban menos que la novedad del teatro, y esta masa enorme de hombres desconocidos que se me presentaban a la imaginación cual si estuvieran todos esperando que yo hablase para juzgarme» (R de P). Ingresa como redactor en El Mercurio, apoya a los conservadores, dirige El Nacional, apoya la candidatura presidencial de Bulnes.

1842:

Con su iniciativa se crea en Santiago la primera Escuela Normal de Sudamérica, de la que es nombrado rector. Inicia este año una de las más famosas polémicas de la literatura chilena, a través de El Mercurio. Su contrincante es Andrés Bello y, después de retirarse éste, uno de sus discípulos, José María Núñez, «…Los gramáticos son como el senado conservador, creado para resistir a los embates populares, para conservar la rutina y las tradiciones»; por eso, «…cuando sintáis que vuestro pensamiento a su vez se despierta, echad miradas observadoras sobre vuestra patria, sobre el pueblo, costumbres, las instituciones, las necesidades actuales, y en seguida escribid con amor, con corazón, lo que os alcance, lo que se os antoje, que eso será bueno en el fondo, aunque la forma sea incorrecta; será apasionado, aunque a veces sea inexacto; agradará al lector, aunque rabie Garcilaso; no se parecerá a lo de nadie, pero bueno o malo, será vuestro, nadie os lo disputará. Entonces habrá prosa, habrá poesía, habrá defectos, habrá bellezas». La oposición se hace violenta. Es llamado «extranjero» y «devorador de pan». Un golpe afortunado para Sarmiento pone fin a la polémica, al revelar que sus ideas provienen de Larra.

Abandona El Mercurio y funda su propio diario, El Progreso, así como El Heraldo Argentino, con Vicente Fidel López, del que aparecen sólo dos números. «Si a alguna escuela pertenecía, es a la socialista, que no escribe para escribir como la romántica, ni para imitar maquinalmente como la clásica, sino para servir los intereses de la sociedad».

1843:

En enero publica una hoja suelta, defendiéndose de las calumnias de Domingo Godoy, ex-cónsul chileno en San Juan. El 25 le entabla pleito por libelo criminal, en febrero publica Mi defensa, en marzo queda absuelto de las acusaciones y la ley castiga a Godoy: «…Mis pobres estudios han sido pues desordenados e incompletos; pero a este desorden mismo debo grandes ventajas, pues, que no teniendo maestros ni más guía que mi propio juicio, yo he sido siempre el juez más bien que el admirador de la importancia de un libro, sus ideas, sus principios, De esta falsa posición ha nacido la independencia de mi pensamiento, y cierta propensión a crearme ideas propias sin respetar la autoridad de los otros». Se lo designa miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, a la cual propone su plan de reforma ortográfica. Con V. F. López abre una escuela privada para niños de familias ricas de Santiago.

1844:

Interviene en otra notoria polémica, apoyando a Francisco Bilbao (liberal y anticlerical). Los padres retiran a sus hijos de la escuela, que debe cerrar.

1845:

Presenta a la Universidad su Método de lectura gradual. Comienza a publicar en El Progreso un folletín con la biografía de Aldao, inmediatamente después de la muerte del fraile-caudillo, y que rápidamente se populariza. Se inicia en El Progreso el folletín Civilización y Barbarie, Vida de Juan Facundo Quiroga, a lo largo de tres meses. Es editado como libro el 28 de julio. En octubre, Sarmiento se embarca en el paquebote Enriqueta, rumbo a Montevideo, a donde llega en diciembre. Allí conoce a Bartolomé Mitre y Florencio Varela, y establece gran amistad con Esteban Echeverría.

1846:

Llega en febrero a Río de Janeiro, donde permanece dos meses. Conoce allí a José Mármol. En mayo desembarca en Le Havre. Visita al general San Martín en Grand Bourg; lo decepciona la admiración con que éste se refiere a Rosas. Conoce y entrevista a Thiers y a Guizot. Traba amistad con Julio Belin, futuro marido de Faustina. En octubre, la Revue des Deux Mondes publica un extenso artículo en el que Charles de Mazade elogia el Facundo. Parte hacia España: Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca.

1847:

«Tengo una curiosidad insaciable, inextinguible; nadie habrá visto más que yo, aunque muchos habrán viajado más» (Carta a Posse). En Italia: Roma, Bolonia, Florencia, Padua, Venecia, Milán. En Suiza y Alemania estudia métodos docentes, considerando los de Prusia los más avanzados de Europa. Visita también los Países Bajos. Vuelto a París, lo nombran miembro correspondiente del Instituto Histórico de Francia, donde lee una disertación sobre las relaciones entre San Martín y Bolívar. En setiembre llega a Norteamérica: Montreal, Quebec y, después, Boston, donde visita a Horace Mann y su escuela práctica para maestros de East Newton. Obtiene de Mann cartas de presentación para docentes, intelectuales y políticos del país. Visita Filadelfia, Baltimore, Washington, Pittsburgh, Nueva Orleans. En noviembre llega a La Habana; en Panamá, cruza el istmo a caballo y desciende por el Pacífico hasta Lima, Arica y Valparaíso.

1848:

Aparece La Tribuna: Sarmiento, redactor responsable; su yerno, editor. El 19 de mayo se casa con la sanjuanina Benita Martínez Pastoriza, viuda de Castro y Calvo, y adopta a Dominguito, nacido en 1845. La mayoría de los biógrafos atribuyen a Sarmiento la paternidad. Muere su padre a los setenta años, en San Juan.

1849:

Funda en Santiago La Crónica. Se publica De la educación popular, bajo la influencia de las ideas de Mann y basado en el informe oficial presentado al gobierno chileno a su regreso.

En abril, Rosas reclama la extradición de Sarmiento, que reiterará en julio. Así establece Sarmiento el paralelo entre ambas personalidades: «Ambos son testarudos. Rosas se propone llevar adelante sus antojos por medio de la tenacidad, la astucia, la intriga y la opresión; el otro lleva adelante sus ideas a la luz del día, por la prensa, por los libros, por los periódicos, por la discusión (…). Ambos son envidiosos. Rosas le envidia a su enemigo la mansa y quieta reputación que se ha hecho entre los argentinos de querer el bien para su país. (…) Sarmiento le envidia el puesto admirable que ocupa, y si pudiera suplantarlo, lo que se promete para dentro de diez años, se forma mil castillos de todas las grandes cosas que realizaría con el concurso de todos sus compatriotas» (La Crónica).

En abril aparece el primer volumen de sus Viajes en Europa, Africa y América.

1850:

Se interrumpe la publicación de La Crónica. Aparece en Santiago Recuerdos de Provincia, «documento de un pasado irrecuperable y, por lo mismo, grato, ya que nadie soñaba que sus rigores pudieran regresar y alcanzarnos… Negador del pobre pasado y del ensangrentado presente, Sarmiento es el paradójico apóstol del porvenir. Cree, como Emerson, que en el centro del hombre está su destino; cree, como Emerson, que la evidencia de que se cumplirá ese destino es la esperanza ilógica» (J. L, Borges, prólogo).

Se publica también, en la misma ciudad, Arigirópolis, ensayo de propuesta de un programa de acción concreto para sustituir a la confederación rosista.

1851:

Comienza a publicar el periódico Sudamérica. Sarmiento ayuda al Ministro Varas a redactar un decreto contra la rebelión militar que estalla en ese momento. Tras el triunfo de Montt, se embarca con Bartolomé Mitre y otros militares rumbo a Montevideo, para incorporarse al ejército de Urquiza, quien lo nombra cronista militar.

1852:

El 3 de febrero participa en la batalla de Caseros, Ese mismo mes es condecorado en Petrópolis por Pedro II. Comienza a organizar la oposición a Urquiza y emprende el regreso a Chile, donde publica su Campaña del Ejército Grande. Abre así la polémica con Alberdi e inicia su violento ataque público a Urquiza. «Soldado, con la pluma o la espada, combato para poder escribir, que escribir es pensar, escribo como medio y arma de combate, que combatir es realizar el pensamiento…». Es elegido representante de San Juan en el Congreso Constituyente de Paraná.

1853:

Alberdi le remite sus Cuatro cartas sobre la prensa y la política militante en la República Argentina, escritas en Quillota. «Lo presenta como un caso típico de inadaptación al orden posterior a la caída de Rosas. A fuerza de pelear contra la tiranía, no sabe hacer otra cosa. Es un caudillo de la pluma, “producto natural de la América despoblada” (…). Libre como el centauro de nuestros campos, embiste a la Academia española con tanto denuedo como a las primeras autoridades de la República» (Alberto Palcos: Sarmiento).

Sarmiento responde con la serie de artículos Las ciento y una: «Yo me rebajaré poniendo escritos inmundos contra usted».

1854:

Llega a Mendoza con toda la familia y es detenido, acusado de conspiración, y absuelto. A mediados de año vuelve a Chile, donde emprende una campaña para aumentar el número de bibliotecas públicas.

1855:

Procedente de Chile, y tras una breve estadía en San Juan, se instala en Buenos Aires con su familia. Bartolomé Mitre, ministro de Guerra y Marina, lo nombra Director del diario El Nacional. El gobernador Obligado le da un puesto en el consejo consultivo del gobierno. Se le nombra profesor de derecho constitucional de la Universidad de Buenos Aires.

1856:

Es miembro del Concejo Municipal. Como jefe del Departamento de Escuela crea 36 escuelas nuevas. Hace traducir obras sobre doctrina religiosa, ortografía, gramática, aritmética, etc. Inicia la enseñanza de idiomas extranjeros en las escuelas públicas (-61), «Y a esta educación que tiene por base el haber sido estimulado a leer bien y mucho cuando chico, mi decidida persuasión de que, reformando los métodos y sistemas de educación primaria, puede civilizarse un pueblo más bien que con colegios y universidades».

1857:

Enfrenta al famoso orador y poeta José Mármol sobre la enmienda constitucional que éste propone. Patrocina tres disposiciones legislativas sobre educación: dos procuran fondos para construir escuelas (venta de propiedades municipales, multas, impuestos a las herencias, loterías); la tercera atañe a la jubilación de los maestros.

1858:

Redacta la ley para la construcción de nuevas escuelas. Renuncia a la dirección de El Nacional para dedicar su tiempo a las actividades políticas y pedagógicas. Es nombrado Jefe de Estado Mayor del Ejército de Reserva de la provincia de Buenos Aires y Segundo Jefe de las líneas de fortificación en las afueras de la capital.

1859:

Tras la Batalla de Cepeda, «aquel día de desazones, Don Domingo, lleno de indignación, recorre las calles de la ciudad, salta al balcón de alguna de esas casas y arranca el símbolo forastero. Esta conducta aumenta su fama de loco, pero contribuye a devolver la calma a la ciudad nerviosa» (AP: S).

1860:

«…Esos señores (los opositores) son tan puros como el agua que contiene este cristal, pero por la sencilla razón que ellos no han servido para nada. A los hombres que han vivido al sol de la revolución y en la polvareda de las luchas políticas, de la lucha y del destierro, ¿es a los que se viene a decir, nosotros estamos puros? Un poco de polvo en los vestidos y alguna vez las manos un poco sucias, he aquí lo que pueden echarnos en cara, pero se las lava uno para volver a principiar de nuevo» (Discurso en el Parlamento).

1861:

Renuncia a su puesto como Ministro en el gobierno de Buenos Aires. Muere su madre a los 93 años.

1862:

Se le designa gobernador interino y luego gobernador constitucional de San Juan. En febrero reaparece El Zonda. Funda una Quinta Normal de Agricultura para mejorar y perfeccionar los métodos agrícolas. En junio, en su mensaje a la Asamblea Legislativa Provincial, propone varios proyectos: sistema de canales de riego y represas para controlar los ríos, mejor explotación de tierras hasta entonces no utilizadas productivamente. Patrocina leyes para fundar colonias agrícolas con inmigrantes extranjeros.

1863:

Sarmiento es acusado del sangriento asesinato del Chacho, pero declara no haber ordenado su ejecución. «Desde ese día (en que, derrotado en Córdoba, va a refugiarse a La Rioja) principia el acto más heroico, más romanesco que las crónicas de la montonera, tan intangible, tan rápida y fugaz, recuerdan. Alguna cualidad verdaderamente grande debía de haber en el carácter de aquel viejo gaucho, si no era nativa estolidez, como la terquedad brutal que a veces pasa plaza de constancia heroica» (El Chacho).

Rawson, ministro del Interior de Mitre, señala que es inconstitucionalmente irregular que un gobernador declare el estado de sitio. Enconada polémica, las relaciones entre los gobiernos nacional y provincial se hacen muy tensas. «Doctor, tiene usted la inteligencia de un sabio alemán, el corazón sano, pero rotos los brazos. Ud. no hará nada en su vida». Mitre, vistas las dificultades de Sarmiento, le da una oportunidad de abandonar airosamente el cargo: lo nombra enviado extraordinario y Ministro en los EE.UU.

1864:

Renuncia ante la Asamblea Legislativa; se lo nombra Ministro Plenipotenciario ante Chile y Perú. En Chile, se pronuncia con vehemencia contra la flota española que ataca las Islas Chincha. También en el Congreso Americano, reunido en Lima, reitera su posición contra la agresión española, yendo más allá de las instrucciones otorgadas por su gobierno. Mitre y Elizalde, Ministro de Relaciones Exteriores, protestan enérgicamente por su conducta.

1865:

A instancias de su gobierno, abandona el Congreso y parte para Nueva York, donde es recibido por el presidente Andrew Johnson. Funda un periódico propio, Ambas Américas, a través del cual defiende la posición de su país en la Guerra de la Triple Alianza. Afirma respecto al poderío norteamericano: «Me creo llamado a fijar la opinión de los Estados Unidos sobre la América del Sur, y me considero el único de sus hijos que se halla preparado para contener los progresos y tentativas de despotismo imperial (…). Me dará aquella colosal empresa pábulo a la necesidad de acción inteligente que me consume; y el género de gloria a que puedo con más derecho aspirar. Irradiar la libertad, la educación y el gobierno sobre toda la América» (Carta a Mitre).

1866:

Muere su hijo Dominguito en la Guerra del Paraguay. «De una arcilla generosa yo había moldeado una estatua, según bello ideal que había formado».

Visita a la viuda de Horace Mann, conoce a Emerson, George Ticknor, Longfellow. Bartolito Mitre, hijo del presidente, es su secretario y constante compañero.

1867:

Traduce y edita Vida de Horace Mann. Viaja a París, a la Exposición Internacional. Se entrevista con Thiers. Conoce, a su vuelta en N. York, a Ida Wickersham, con quien vive un romance y mantiene luego una prolongada correspondencia. Le escribe a Juan Carlos Gómez: «Montevideo es una miseria, Buenos Aires una aldea, la República Argentina una estancia. Los Estados del Plata reunidos son un casco de potencia de primer orden, un pedazo del mundo, un frente de la raza enfrenada en América, la tela para grandes cosas».

1868:

La Asamblea Legislativa de San Juan lo elige para el senado nacional. Tras la muerte de Paz, Mitre acepta la renuncia de su gabinete y nombra a Sarmiento Ministro del Interior, cargo que éste rechaza. Nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Ann Arbor, vuelve a Buenos Aires al mes siguiente. El Congreso Nacional lo nombra Presidente de la República Argentina por 79 votos de 131. El 12 de octubre se hace cargo de la presidencia.

1869:

«Sarmiento, carente de partido propio, no se pliega al alsinismo ni al mitrismo. Destaca su autoridad y desinterés político. Atacado alternativamente por una y otra agrupación, a medida que va produciendo sus actos, o por ambos a la vez, si no puede más bien, la contemporización; lo guía el agudo sentido de la realidad» (AP: S).

1870:

«¿Quién en fin, sin injusticia, dará el nombre de asesinato a actos cometidos en medio de la exaltación ardiente de una larga y prolongada lucha de partidos?».

1871:

«Soy un ente raro. Otros lo son mucho más, sin apercibirse de ello. Soy un intermediario entre dos mundos distintos. Empecé a ser hombre entre la colonia española que había concluido y la República que aún no se organizaba; entre la navegación a vela y el vapor que comenzaba. Mis ideas participan de esos dos ambientes. Yo soy el único que quedó todavía gritando: ¡mueran los godos! Pertenezco a los viejos revolucionarios de la independencia, y voy con la teoría de entonces y la práctica norteamericana, contra lo que queda de la vieja colonia» (Diario del Merrimac).

1872:

«Aquí continúo con las tareas de Presidente, trabajo de mula. Mas lastimosa cuenta tengo que darte de tu pedido tan cariñoso, tan de amigo, de venir unos días a pasarlos conmigo, en mi cuarto, para hablar de cama a cama. Ven, si quieres aceptar esta precisa condición, pues en la casa en que vivo no hay una sola pieza de que disponer. Mi sirviente sale a dormir a la calle. He aquí a un Presidente en condiciones bien estrechas» (C a P).

1873:

Es objeto de un atentado programado por López Jordán, en plena ciudad, y del que sale ileso. «En las dos cámaras nadie levanta la voz para condenarlo y algunos opositores lo atribuyen a una maniobra política. Los propios ejecutores materiales son los que señalan el hecho, cuando, años después, le escriben a Sarmiento pidiéndole que interponga su influencia a fin de que se les conmute la pena» (AP: S).

1874:

Entrega la presidencia a Nicolás Avellaneda.

«He quedado sordo rematado, con ocho meses de tensión cerebral, requerida por Jordán, Segovia, los integrantes del Congreso, los enfants terribles de la prensa, etc.» (C a P).

1875:

El gobierno alsinista de la provincia de Buenos Aires lo nombra Director General de Escuelas de la Provincia. Funda una revista pedagógica, La Educación en la Provincia de Buenos Aires. Representa a San Juan ante el Congreso Nacional, después de la muerte de José María del Carril. Sarmiento es el encargado de redactar el informe de amnistía a los revolucionarios del 74. Polémica con Rawson, quien le enrostra la responsabilidad de la muerte del Chacho y la instigación a violar la Constitución, de que hizo objeto al Presidente Mitre desde Washington

1876:

«Asistiendo a la inauguración del ferrocarril a Tucumán advierte, de golpe, muy sorprendido, cómo las piernas se le hinchan: acaba de declarársele la enfermedad cardíaca que, poco a poco, minará su organismo y lo llevará a la tumba» (AP: S).

1877:

Desarrolla su teoría del Poder Ejecutivo fuete como impugnación a un proyecto de Rawson, que es finalmente rechazado. Ataques en la prensa y en las Cámaras. «Cuando me operaba el médico sentía el escalpelo, manejado por mano culta y profesional. Esta vez era el alfajor del desollador del saladero que sentía correr por mis costillas».

1878:

«Tengo una enfermedad de desencanto de nuestro país y de nuestra capacidad gubernativa que, al aplicarla y fundarla, te haría caer las alas del corazón. No creas que es la vejez» (C a P).

1879:

Avellaneda le ofrece el cargo de Ministro del Interior y jefe de su gabinete. Renuncia a su banca en el Senado y acepta el nuevo nombramiento, pero en octubre lo abandona.

1880:

La Asociación de Jóvenes para la Unión Nacional proclama su candidatura para la presidencia.

1881:

El gobierno nacional lo designa Inspector General de Escuelas.

1882:

Al llegar la noticia de la muerte de Darwin, el Círculo Médico Argentino lo invita a disertar sobre su obra, junto a Eduardo Ladislao Holmberg. Sarmiento retoma y desarrolla los argumentos que en 1876 habían motivado su fantasía científica Dos partidos en lucha.

1883:

Escribe el primer volumen de Conflictos y armonías de las razas en América. Es propuesto para la elección del Concejo Municipal de la Capital Federal.

1884:

Solicita a Roca lo envíe a los países vecinos, con el objeto de suscribir un convenio internacional para trabajar conjuntamente en la traducción de las principales obras de la civilización occidental.

1885:

Funda, en diciembre, el diario El Censor, como forma de fustigar a Roca y las amenazas de candidatura oficial de Juárez Celman.

1886:

Publica Vida y escritos del coronel don Francisco J. Muñiz y Vida de Dominguito. Con motivo de la epidemia de cólera, se le designa presidente de la Comisión Nacional de Ayuda al Interior. Cumple 75 años. Ésta es su respuesta ante una felicitación: «¡Pero que vengan a mí a decirme ahora que yo he muerto! ¡A mí que recibo en este día los honores que no siempre me prodigaron en mejores tiempos; a mí que tengo todavía en la mano, a falta de espada que no sustentaría ya mi débil brazo, el buril, la pluma y el látigo que fijan las ideas, cuando no sea más que para dar fe de hallarme en mi puesto, cuando las andan buscando para encadenarlas!».

1887:

«En el último año de su existencia se afilia a la Liga Internacional de la Paz y la Libertad, organización que acaba de descubrir y cuya sede reside en Ginebra» (AP: S).

1888:

Acompañado de su hija y su nieta María Luisa viaja a Asunción, donde muere el 11 de setiembre.