[1] El Congreso Nacional, convocado durante el gobierno de Martín Rodríguez, se instala el 16/XII/1824. <<
[2] Gregorio Aráoz de Lamadrid (1795-1857), pertenecía a una poderosa familia tucumana. Luchó en el Ejército del Norte hasta 1818. En 1821 combatió contra los caudillos del Litoral, López y Ramírez, enfrentándose luego a los del Interior, para ser vencido por Quiroga. Regresó de su destierro en Bolivia en 1828, combatiendo con Paz en la Liga Unitaria. La derrota definitiva de La Ciudadela lo lleva nuevamente a Bolivia. Reconciliado con Rosas, es enviado por éste en misión a Tucuman en 1840, circunstancia que conduce a un nuevo cambio de partido: se une a los unitarios de la Coalición del Norte y combate hasta ser derrotado en Rodeo del Medio, Chile, donde se alía a los emigrados. Bolivia y Montevideo son sus sucesivos lugares de exilio. Incorporado al Ejército Grande de Urquiza, lucha en Caseros, esta vez entre los triunfadores, que deponen a Rosas. En sus Memorias intenta justificar su acción y rectificar los juicios vertidos por el general Paz. <<
[3] Galicismo (carré): fornido, categórico, entero. <<
[4] Bandera que Quiroga llevaba en sus campañas: tenía una calavera, tibias cruzadas (en algunos casos ensangrentadas) y la inscripción Rn. o M. (Religión o Muerte). Parte de la campaña militar de Facundo contra el unitarismo rivadaviano se apoyó en la reivindicación de ciertas formas de religiosidad arraigadas en las masas campesinas del norte. <<
[5] Facundo Quiroga derrota a Lamadrid en El Tala, el 27/X/1826. <<
[6] Lamadrid. <<
[7] Se refiere al Escudo Nacional Argentino. <<
[8] Durante su segundo gobierno, Rosas convierte al rojo en color oficial. Una cinta roja o un moño en el vestido o en el sombrero, con diferentes inscripciones basadas en el lema «¡Viva la Federación! ¡Mueran los unitarios!», profusamente adjetivado, que se denomina el «cintillo federal» o «la divisa punzó», es de uso obligatorio para empleados, maestros y estudiantes en una primera etapa, imponiéndose rápidamente al resto de la población. El 22/V/1835, decreta que las notas oficiales se encabecen con el lema «¡Viva la Federación!» «en señal de fidelidad a la causa del orden y del bienestar», y aconseja a los caudillos del interior la imposición de ambas divisas. El celeste, considerado el color de los unitarios —también el verde—, es reemplazado en la bandera nacional por el azul.
En la Campaña del Ejército Grande, Sarmiento insistirá en señalar el uso de la divisa punzó —como signo federal— conservado por el general Urquiza como un modo más de igualarlo a Rosas. <<
[9] Galicismo, por sobretodo o gabán. <<
[10] La bandera de los «Pueblos Libres», creada por Artigas en 1815, tenía una banda blanca central, dos azules a ambos lados «y en medio de éstos unos listones colorados, signos de nuestra grandeza, de nuestra libertad e independencia». <<
[11] Rosas contaba en 1820 con un cuerpo de milicianos integrado por peones de la campaña, destinado a guardar la seguridad de la frontera. Son los llamados Colorados del Monte. Con ellos secunda a Martín Rodríguez en 1820. Los famosos Colorados vestían chiripá, casaca y gorro de manga rojo e iban armados con sable, tercerola, boleadoras y lazo. <<
[12] Juan Bautista Alberdi (1810-1884), es una de las figuras más interesantes y solitarias de la generación del 37. Abogado, se inicia en la filosofía del derecho con Fragmento preliminar del estudio del Derecho (1837) así como en la discusión sobre la institucionalización del país y la cultura nacional en sus discursos del Salón Literario. Seguidor de Larra en la crítica de costumbres, publicó artículos de igual tono en el periódico La Moda (1837-38), del que fue fundador. En 1838 emigra a Montevideo. Continúa allí en el periodismo, combatiendo a Rosas, pero teniendo como meta fundamental la elucidación de los problemas argentinos y la búsqueda de las soluciones adecuadas a su realidad. Redacta el punto 13 («Confraternidad de principios») del Dogma socialista. En 1841 sostiene una polémica con Florencio Varela defendiendo los principios del romanticismo. En 1845 se radica en Chile. Continúa su labor política y periodística. Sus Bases… aparecieron en 1852. Ellas constituyeron un aporte relevante para los constituyentes de 1853. Brinda decidido apoyo al vencedor de Rosas, el general Urquiza. Responde a los ataques de Sarmiento contra Urquiza en sus célebres Cartas Quillotanas. Urquiza lo nombra enviado extraordinario de la Confederación ante Francia e Inglaterra (1854) y luego ministro plenipotenciario en París, Londres, Madrid y Roma (1856). Aunque Mitre prescinde de sus servicios en 1861, continúa en Europa, donde publica varias obras (Organización política y económica de la Confederación Argentina, etc.). Fue severo crítico de la guerra contra el Paraguay (El crimen de la guerra, etc.). En 1878 regresa a Buenos Aires como diputado al Congreso Nacional. Tres años más tarde abandona definitivamente el país y vuelve a establecerse en París, donde muere.
Alberdi refutó las ideas expuestas por Sarmiento en el Facundo en varias oportunidades. En las Bases, en la tercera carta Quillotana y en el ensaño Facundo y su biógrafo, escrito al aparecer la edición de 1874. En el capítulo XIV de las Bases rechaza la antítesis entre hombres de la ciudad y hombres de la campaña como representantes de la civilización y la barbarie, considerando que la única división válida es entre hombres del litoral y hombres del interior: «Esta subdivisión es real y profunda. El primero es fruto de la acción civilizadora de la Europa de este siglo, que se ejerce por el comercio y por la inmigración en los pueblos de la costa. El otro es obra de la Europa del siglo XVI, de la Europa del tiempo de la Conquista, que se conserva intacto como en un recipiente, donde lo colocó España con el objeto de que se conservase así. De Chuquisaca a Valparaíso hay tres siglos de distancia: y no es el Instituto de Santiago el que ha creado esta diferencia en favor de esta ciudad. No son nuestros pobres colegios los que han puesto el litoral de Sud-América trescientos años más adelante que las ciudades mediterráneas. Justamente carece de universidades el litoral. A la acción viva de la Europa actual, ejercida por medio del comercio libre, por la inmigración y por la industria, en los pueblos de la margen, se debe su inmenso progreso respecto de los otros». <<
[13] Días después de haber asumido Rosas como gobernador, es presentado a la Legislatura (18/XII/1829) un proyecto para declararlo «Restaurador de las leyes e instituciones de la Provincia de Buenos Aires». Después de largos debates en los cuales se oponen los representantes Irigoyen y García Valdez, el proyecto es aprobado el 25/I/1830. Rosas había declinado otros homenajes propuestos (grado de brigadier y condecoración con un sable y una medalla de oro y brillantes). <<
[14] Dalmacio Vélez Sarsfield (1800-1875), abogado cordobés, partidario de los unitarios, fue diputado al Congreso Nacional (1824-1827). Con el triunfo federal vivió desterrado en Córdoba, aunque por breve tiempo, pues volvió a instalarse en Buenos Aires en 1830, dedicado a su profesión. En su prestigioso estudio conoció a Facundo Quiroga. Alejado nuevamente de Buenos Aires se radicó en Montevideo, de donde regresó en 1846. Con frecuencia asesoró a Rosas en asuntos de su especialidad. Luego de Caseros, integró las filas porteñas. Desde su banca en la Legislatura de Buenos Aires impugnó el Acuerdo de San Nicolás (1825). Fue redactor, con Tejedor, del proyecto de Constitución para Buenos Aires (1854) y del Código de Comercio para esa provincia, más tarde nacionalizado, con E. Acevedo. Fue ministro de Hacienda de B. Mitre (1862) y Ministro del Interior de Sarmiento (1868), a quien lo unía una profunda amistad. Su obra fundamental es el Código civil argentino, que comienza a regir en 1871. <<
[15] Salvador María del Carril (1798-1883), unitario, perteneciente al grupo rivadaviano, gobernó su provincia natal, San Juan, entre 1823 y 1825. Sancionó la Carta de Mayo, de corte liberal. Ministro de Rivadavia, consejero de Lavalle luego de 1828 —influyó en la decisión de Lavalle de fusilar a Dorrego— y su Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores; abandonó el país con el triunfo federal, instalándose en Montevideo. Formó parte de la denominada Comisión Argentina, luchó junto a Lavalle y junto a Paz en el sitio de Montevideo. Después de Caseros apoyó a Urquiza, con quien compartió la fórmula presidencial en carácter de vicepresidente. <<
[16] Félix Aldao (1775-1845), sacerdote capellán del Ejército de los Andes, luchó en Guardia Vieja, Chacabuco, Curapaligüe, Cancha Rayada, etc. Combatió junto a las fuerzas federales al mando de Pacheco y Oribe. Fue gobernador y comandante de armas en Mendoza. Apoyó a Rosas. Se lo denomina comúnmente como «fraile Aldao» y de él escribió Sarmiento una biografía. <<
[17] En la década de 1820 se registra un marcado incremento de la población extranjera en Buenos Aires, que, según los cálculos oscila entre 15.000 y 20.000 habitantes. Hacia mediados de la década del 30 se calculan unos 30.000 extranjeros, distribuidos de la siguiente forma: 8.000 ingleses, 6.000 italianos, 5.000 franceses, 4.000 españoles y portugueses y 3.000 alemanes. <<
[18] En 1840, Rosas decretó la expulsión de los jesuitas. <<
[19] Cuarteles de Rosas situados a 17 Km. de la ciudad de Buenos Aires. <<
[20] Vivienda de los indígenas de las regiones pampeana y patagónica (pampas, ranqueles, araucanos, etc.) confeccionada con varios cueros cocidos sostenidos por ejes de madera. La sencillez del toldo permitía trasladarlo fácilmente de un sitio a otro en busca del ganado, la aguada, el alimento. <<
[21] Triunfo de Quiroga sobre Lamadrid (16/VII/1827). <<
[22] Agüero fue gobernador de La Rioja. Fundó la Casa de Moneda en la cual tenía acciones Facundo Quiroga. <<
[23] Culmina en El Tala, con la derrota de Lamadrid en 1826. Quiroga parte de Catamarca y, vencido Lamadrid, entra en la ciudad de Tucumán. <<
[24] Manuel Dorrego (1787-1829), adhirió al movimiento revolucionario en Chile, donde se hallaba estudiando Derecho. En 1811 regresó a la Argentina para incorporarse a las fuerzas patriotas. Luchó en el Ejército del Norte (Suipacha, Salta, Tucumán) y luego contra la disidencia artiguista del Litoral, siendo derrotado en Guayabos (1815). El Director Supremo Pueyrredón lo destierra a Estados Unidos, donde toma contacto directo con el federalismo norteamericano. Regresa al país en 1820 y es elegido gobernador de Buenos Aires el 4 de julio. Combate con éxito contra Alvear y Carrera en San Nicolás y contra Estanislao López en Pavón, pero es vencido por éste en Gamonal. Superado el conflicto con el Litoral, es desplazado del poder por el partido directorial, que impone a Martín Rodríguez. Entre 1823 y 1827 defiende el federalismo tanto desde su tribuna parlamentaria como desde el periodismo, en tanto crece su popularidad entre los gauchos en la campaña porteña, a favor de quienes había presentado el proyecto de supresión de levas. En 1827 es elegido gobernador de Buenos Aires, encarnando durante su gestión el intento de continuar la guerra con el Brasil para impedir que quede en manos brasileñas. Presionado por hacendados y comerciantes, perjudicados por el bloqueo, y por los ingleses, carente de recursos y en medio de una seria crisis económica, con prensa adversa, Dorrego pacta finalmente la independencia del Uruguay. Intenta sofocar, con el auxilio de Rosas, la revolución de las tropas que regresan de la Banda Oriental al mando de Lavalle (1°/XII/1828), pero es vencido en Navarro y fusilado. <<
[25] Manuel Antonio Gutiérrez, comandante de armas y caudillo de Ancasti, reemplazó al gobernador de Catamarca, Ruzo. Mostró signos de independencia frente a Ruzo y a la legislatura que éste controlaba, disolviéndola. Ruzo se refugió en La Rioja, bajo la protección de Quiroga. Éste derribó a Gutiérrez en 1826, reemplazándolo por su enemigo, el coronel Figueira Cáceres. Pero Gutiérrez, apoyado por el gobernador de Tucumán, Aráoz de Lamadrid, reconquistó su puesto e hizo fusilar a su rival. <<
[26] Portadores de correspondencia, mensajes y dinero. Desempeñaban este oficio veloces y arriesgados jinetes, capaces de sortear los innumerables peligros de los solitarios caminos. <<