Notas del «Capítulo 2» (autor)

[*] No es fuera de propósito recordar aquí las semejanzas notables que representan los argentinos con los árabes. En Argel, en Oorán, en Mascara y en los aduares del desierto vi siempre a los árabes reunidos en cafés, por estarles completamente prohibido el uso de los licores, apiñados en derredor del cantor, generalmente dos, que se acompañan de la vihuela a dúo, recitando canciones nacionales, plañideras como nuestros tristes. La rienda de los árabes es tejida de cuero y con azotera, como las nuestras; el freno de que usamos es el freno árabe, y muchas de nuestras costumbres revelan el contacto de nuestros padres con los moros de la Andalucía. De las fisonomías, no se hable: algunos árabes he conocido que jurara haberlos visto en mi país. (N. del A.) <<