Ahora, en el 80.º aniversario del estallido de la revolución alemana, y casi 80 años después del asesinato de Rosa Luxemburg, ésta sigue siendo una figura clave, pero poco conocida, de la historia del movimiento revolucionario.
En la primer edición en inglés, el autor comentó que «pocos de sus escritos han sido traducidos». Ahora, casi 40 años más tarde, se pueden leer obras de Rosa Luxemburg en castellano. No obstante, esto sólo sucede en el caso de sus escritos más conocidos, como ¿Reformismo o revolución? y Huelga de masas, partido y sindicatos. Los muchos artículos donde iba desarrollando sus posiciones todavía son desconocidos en inglés y aún más en castellano.
Por lo tanto, el primer objetivo de la obra de Cliff, el de dar a conocer lo que dijo esta revolucionaria —en vez de los mitos que han crecido, o que se han creado, acerca de ella—, sigue vigente.
El segundo objetivo, el de hacer una evaluación de su obra, y de la importancia de ésta para las luchas actuales, es aún hoy más relevante. Luxemburg se destacó por su lucha contra la guerra. Si bien el peligro de una tercera guerra mundial entre los EEUU y la URSS ya no quita el sueño a millones de personas, como hizo en la crisis de los misiles de Cuba —sólo 3 años después de la publicación de este libro— la paz está muy lejos.
El dilema de «socialismo o barbarie» ahora no se refiere únicamente a la matanza en las trincheras, como en la época de Luxemburg, ni a la conflagración nuclear, como en 1959, sino a las muchas guerras locales, a la limpieza étnica, a los «bombardeos inteligentes» de la OTAN, y a la lenta muerte debido al desastre medioambiental.
Por otra parte, lo que Luxemburg criticó dentro del movimiento obrero, los burócratas sindicales y dirigentes reformistas, tampoco han desaparecido. De hecho, la letanía de traiciones que empezó en los tiempos de Luxemburg sigue, y es cada vez más vergonzosa. Después de la caída del estalinismo el mundo está más lleno que nunca de ex «revolucionarios» que se han vuelto devotos al sistema. Pero, por suerte, también está más lleno que nunca de huelgas de masas, de revueltas populares, de «encrespadas olas de acción política» que fueron las que tanto inspiraron a Luxemburg.
Así que, para luchar contra la guerra, para relacionar las ideas políticas con las luchas espontáneas de masas, y mil cosas más, la contribución de Rosa Luxemburg es indispensable. Si queremos aprender de ella, tanto de sus aciertos como de sus errores, este folleto es un excelente punto de partida.
En lucha, noviembre 1998