Notas

Notas

[1] Contingente o unidad de soldados dentro del ejército carolingio. El término es una forma latinizada de un vocablo antiguo alto alemán que significa grupo. (La palabra alemana schar, que también significa grupo, es un descendiente moderno del mismo término). Los miembros de la scara eran denominados seariti, escariti y scarii.

Varios historiadores modernos creen que las scarce eran cuerpos permanentes de caballería de élite. Esta creencia se apoya en que, según se cita en las fuentes primarias, generalmente se les asignaba misiones de importancia que requerían gran movilidad. <<

[2] Véanse Apéndices al final de este tomo: Nota sobre el nombre: Widukind, Vidukindus, Viduquindo. <<

[3] Schieldmaiden: «Muchachas de los escudos», jóvenes que acompañaban a los hombres a la batalla en la tradición bélica de los pueblos germanos. <<

[4] Ulfhéðnar, Ulfserkr, wúlfserkr, hombre-lobo. Por extensión, guerreros que en la tradición germánica y escandinava combatían semidesnudos, cubiertos de pieles de lobo, bajo cierto trance de perfil psicótico en el que eran insensibles al dolor. <<

[5] Berserkr, hombre-oso. Del germánico serkr (prenda de vestir, camisa, manto) y del germ. Berr (oso) ya que solían usar pieles de animales. Por extensión, guerreros que en la tradición germánica y escandinava combatían semidesnudos, cubiertos de pieles, bajo cierto trance de perfil psicótico en el que eran insensibles al dolor. <<

[6] La «Cacería Salvaje» («Wildejagd», «Wilde Heer», «Wütende Heer»), Se conoce con este nombre un mito europeo que se presentó en distintas variantes, nombres y protagonistas, pero con igual argumento, en la zona norte y occidental del continente. El hecho principal en todos los casos ha sido siempre una misma escenificación de la leyenda y del cuento: una algarabía fantasmal de guerreros vestidos con indumentaria de caza y precedidos por caballos, canes y alimañas, en una desenfrenada persecución a través de los cielos, aterrorizando la tierra en medio de una enorme tormenta. El mito claramente desciende de las cabalgatas de Odín en la mitología escandinava.

Los cazadores eran comúnmente muertos, almas perdidas, deidades o espíritus de ambos sexos, y podían estar liderados por una figura histórica o legendaria como Teodorico el Grande, tal como lo menciona Angus de Metz en su manuscrito, aunque en una Edad Media posterior a menudo la cacería sería atribuida al propio Carlomagno o al rey Arturo, o al rey danés Valdermar Atterdag, el Wödinaz de los germanos occidentales (u otras derivaciones del dios supremo del panteón germánico, como el alemán Wuodan).

La cacería ha tenido diversos nombres según los lugares y tiempos en que se ha referido la leyenda. La cacería salvaje era vista también como un presagio de alguna catástrofe venidera. <<