—Así que ya has cortado con la sueca, ¿no?
—¿De qué te sorprendes, Juanito, cielo? Ya te dije que era cuestión de tiempo. Además, era un pasatiempo por ambas partes. Si ella tampoco quería seguir. Por navidades se iba a ver a sus padres y a su novia a Estocolmo.
—¡Ah! Pero ¿qué tenía novia?
—Sí, hijo, a ver si te vas a creer que lo de la pareja abierta es patrimonio exclusivo de los maricas.
—¿Te lo dijo antes o después de que la dejaras?
—Después, claro. Aunque si me lo hubiese dicho antes tampoco me hubiese importado. De todas formas, la cosa ha quedado muy bien. Probablemente vendrá a mi fiesta de cumpleaños.
—Hablando de la fiesta, por mi parte sabes que no hay problema pero a lo mejor Diego no se puede pasar.
—¿Y eso?
—Pues porque si el pobre tenía poco curro con lo de ir buscando chaperas por la calle para repartirles condones, ahora le han encargado supervisar un folleto sobre salud y VIH en lesbianas para el GYLA. Es que por lo visto, les han concedido una subvención para no sé qué de la visibilidad lésbica…
—Sí, me enteré el otro día… ¿O sea que va en serio?
—Sí, hija. Van a hacer una campaña de la leche. Se plantean incluso hacer un anuncio para televisión.
—Pues como no tengan un respaldo oficial, lo llevan crudo. Con lo que cuesta colocar spots de ese tipo en televisión. Les han dado mucha pasta pero no es suficiente para eso.
—No, si ya lo saben. Pero si no pueden colarlo en las cadenas normales, se van a ir a las televisiones locales. Chica, menos da una piedra.
—Ya, pero es que me sigue pareciendo mucha pasta como para que quieran invertirla íntegramente en los temas de visibilidad lésbica y no quieran escaquear algo para otras cosas.
—Pues de momento tienen a Diego y a su compañero trabajando más de doce horas diarias. El pobre está reventado. Y bastante quemado.
—Normal, con los sueldos de mierda que pagan en los colectivos… Por el mismo trabajo en otro sitio estaría cobrando el doble.
—Ya, pero sabes que cuando ha intentado buscar algo fuera lo ha tenido bastante chungo. Hay mucha gente y muy pocos puestos de lo suyo… Pero bueno, ya le preguntaré qué horario tiene la semana que viene y si no está muy hecho polvo, seguro que también se apunta a la fiesta. Por cierto, ¿tienes algún capricho en especial este año?
—¿Caprichos? ¿Yo? A diario pero suelen ser casi siempre heterosexuales.
—Digo para tu regalo, cachonda, para los otros te bastas y te sobras tú sólita.
—Pues no, la verdad. Ya sabes que me conformo con que vengáis. Pero como sé que no podréis resistir la tentación de comprarme algo, menos bolas chinas cualquier cosa servirá.
—¡Hija, qué bruta eres!
—No, es que como ya tengo varios modelos te lo digo para evitar que me regaléis uno que ya tenga…
—Eres incorregible…
—Ya lo sabes, cielo.
—Por cierto, ¿quiénes irán?
—Las de siempre. Pilar, mi tocaya Ruth, María, Ángela y la petarda de su novia, Susana, Marta, Bea y Pedro si no le toca currar.
—¿Con uniforme?
—Yo le he sugerido que se lo traiga para acojonar a los vecinos pero creo que no le ha parecido buena idea…
—¡Mecachis! ¿Y Dani y Cosme?
—No pueden.
—¿Por?
—Tienen otro cumpleaños y habían quedado hace tiempo, ya sabes, no soy la única que decidió alegrar al mundo con su presencia por estas fechas.
—Siempre tan humilde…
—Hijo, si ninguna me lo dice me lo tendré que decir yo…
—¡Pero es que ninguna te dura el tiempo suficiente para que te lo diga!
—Echa el freno, cariño, que ya te veo venir.
—Y me seguirás viendo hasta que dejes de fingir que te encantaría enamorarte.
—No lo finjo pero sabes que siempre he dicho que enamorarse en el ambiente es más peligroso que conducir un coche por la M-30 a ciento ochenta y en dirección contraria.
—Pues búscalas fuera del ambiente.
—Lo hago, lo hago, pero el peligro sólo se reduce a conducir el mismo coche pero a ciento treinta. Y ahora mismo yo prefiero ir en moto, es más fácil esquivar los golpes.
—Bueno, bueno… Oye, que te dejo, que ya va siendo hora de que yo también finja que estoy currando.
—Venga, yo seguiré fingiendo que busco inspiración mientras navego por Internet… Un besito.
—Adiós, pendón.