Prefacio


A mi juicio hay dos maneras de acercarse a este extraño asunto de «Pale Horse»[1]. No resulta fácil nunca simplificar ciertas cosas. No cabe decir: «Comience usted por el principio, diríjase hacia el fin y al llegar a éste deténgase». En efecto, ¿dónde radica ese principio?

Se trata de la dificultad fundamental con que siempre se enfrenta el historiador. ¿En qué momento se inicia determinada porción de la historia?

En este caso uno podría comenzar con el episodio del padre Gorman en el instante de abandonar su iglesia para atender a una moribunda. O con el que tuvo por marco un café de Chelsea cierta noche.

Sí. Tal vez sea eso lo más adecuado, teniendo en cuenta que la mayor parte de la narración corre a mi cargo.

MARX EASTERBROOK