INCISO 2

TENDRÍAIS que escuchar todas las canciones de la historia del rock.

Tendríais que mamar todas las letras de las canciones de la historia del rock.

Lo que hemos sido, lo que somos, lo que seremos, está ahí.

Envuelto en música.

A la mierda lo del sexo, drogas y rock and roll. A la mierda porque eso solo sirve para las estrellas. A nosotros nos quedan las migajas del pastel, pero son suficientes si sabes usarlas, si tienes justo el apetito necesario como para que te basten. Buscad vuestra canción, encontrad vuestra letra. Hay una para cada uno. Da igual que seas alto, bajo, guapo, feo, listo, tonto, flaco, gordo, interesante, ignorado, blanco, negro, peludo, calvo, sano, enfermo, especial o indiferente. Da exactamente igual. Mirad bien la historia. Lo único bueno de ese maldito siglo XX que dejamos atrás fue la música. Yo tenía unos pocos años cuando escuché el Working class hero de John Lennon.

Yo también soy un héroe de la clase obrera.

Sacudido, masacrado, golpeado, puteado, maleado, aplastado, humillado, y casi, casi, vencido, porque los héroes de las clases obreras de verdad nunca se rinden aunque casi, casi, les venzan. Por eso son héroes.

Aquel día escuché eso, y leí la letra traducida, y me quedé atónito, y flipé en colores, y levanté la cabeza, y miré al mundo, y grité: «¡Eh, habla de mí!», y me di cuenta de que hablaba de todos, y eso fue todavía más acojonante, y pegué el culo en la silla, y pensé, y comprendí que todos éramos héroes, y que nadie nos lo decía para que no lo supiéramos, y que sin esas canciones seguiríamos ignorándolo todo.

Nada más nacer te hacen sentir pequeño,

no dándote tiempo en lugar de dártelo todo.

Hasta que el dolor es tan fuerte que no sientes nada.

Te hieren en casa y te pegan en la escuela.

Te odian si eres listo y desprecian al tonto.

Hasta que estás tan jodidamente loco

que no puedes seguir sus reglas.

Te drogan con religión, sexo y tele

y tú te crees tan listo, independiente y libre.

Pero, por lo que veo, sigues siendo un jodido paleto.

Te dicen que hay sitio en la cumbre,

pero antes has de aprender a sonreír mientras matas

si quieres ser un tipo como los de la cima.

Un héroe de la clase obrera es algo que ser.

Un héroe de la clase obrera es algo que ser.

Está esa línea, ¿la veis? Esa… exacta y precisa línea: «Has de aprender a sonreír mientras matas».

Cuando te apuñalan lo hacen por la espalda. Pero cuando te disparan a los ojos, al corazón, los tienes de cara, viendo su desprecio.

Por eso te mataron a ti, John.

Sonreías sin matar.

No encajabas.

Nadie encaja cuando está solo, y va a contracorriente, y sueña y dice que imagina cosas. Nadie encaja cuando deja que los demás oscurezcan el cielo y tapen las bombillas. Nadie se pertenece a sí mismo, pertenece al Sistema, así, con mayúscula. El Sistema, con sus ruedas y engranajes, sus leyes y sus normas, sus mecanismos y sus consecuencias.

Eh, chico, no salgas de la línea.

¿Qué línea?

Golpe.

¡Esa línea!

No es más que un trazo en el suelo, una palabra en un libro, una ley humana hecha para fastidiar a los humanos. Las líneas no son más que fronteras vacías.

Otro golpe.

Calla, obedece, estudia, trabaja, cásate, ten hijos, paga impuestos, disfruta del paro, vive un poco, envejece, no des la lata y muérete rápido para no cargar al Sistema con gastos innecesarios.

La Gran Línea.

Te dan ganas de echar a correr.

Aunque te persigan.

Aunque te persigan y te echen los perros y te apaleen y te encierren aquí.

Soy un héroe de la clase obrera prisionero.

Porque maté, aunque no sé si sonreí.