Que el lector imagine, si tiene suficiente estómago, dos bandos enzarzados en una reyerta fenomenal: una gigantesca melé de mostrencos descerebrados haciéndose pulpa con ejes de carro, estufas de hierro, mangos de hacha y, en su defecto, a brazo partido; que se coloque además en la tesitura de introducirse en semejante carnicería y machacar bien, sin mirar a quién, y tendrá una idea bastante aproximada de lo que le aguarda, una página sí y otra también, en la novela que tiene entre manos —una de las cuatro escritas por el texano Robert E. Howard (1906-1936).
Su protagonista, Breckinridge Elkins de Bear Creek, Nevada, es uno de los personajes cómicos más logrados y celebrados de su autor: una montaña de músculos de dos metros de altura, vestido de piel de ante y más terco que la mula de un buscador de oro; una explosiva mezcla de L'il Abner, Davy Crockett y John Wayne. Breck no tiene que esforzarse mucho para encontrar el infierno; éste parece cabalgar a su vera esperando un inocente malentendido para desatarse. Breckinridge es una fuerza de la naturaleza, él mismo lo admite: «Cualquiera en las Humbolts puede atestiguar que cuando pierdo los estribos los efectos sobre la población suelen incluir incendios, terremotos y ciclones».
H. P. Lovecraft, en el panegírico póstumo[1] que dedicó a su corresponsal y colega fantasista, escribió que «Al margen del campo de la fantasía, Howard fue sorprendentemente prolífico y versátil [...]. Sus novelas cortas de ambiente oriental muestran de forma precisa su maestría en lo tocante a alardes románticos, en tanto que sus cuentos del Oeste —como los de la serie de Breckinridge Elkins— evidencian una creciente habilidad e inclinación a reflejar los ambientes a los que estaba más estrechamente ligado».
Aun suscribiendo sin reservas este dictamen, a muchos de los lectores familiarizados con la escritura y los personajes del de Cross Plains, aún les cuesta reconocer la enorme importancia que lo frívolo y lo humorístico tienen en su obra. De hecho, hay menos historias completas protagonizadas por el popular bárbaro de Cimmeria (veintiuna) que de sus personajes cómicos de mayor éxito: el marinero Steve Costigan (veinticinco) y Breckinridge Elkins (veintidós).
Ya en sus primeros pasos como escritor, Howard demostró una gran habilidad para la creación de piezas cortas de carácter ligero, tal y como destaca un artículo editorial de The Tattler (El Chismoso), periódico de la Escuela Secundaria de Brownwood, en el número de marzo de 1923: «Sus cuentos están escritos al estilo de los de O. Henry, Bret Harte y Mark Twain, y son tan interesantes como los de estos tres autores. Hay en ellos gran cantidad de acción, chispeante y colorista, narrada con un lenguaje que en ocasiones emplea el argot popular».
Precisamente en esta revista escolar había visto Howard sus primeros trabajos publicados; el número 7 (de diciembre de 1922) incluía «Navidad Dorada Esperanza»[2] —por el que recibió una pieza de oro de 10 dólares— y «West is West», un western cómico sobre un novato que monta un caballo salvaje que bien podría haberse llamado Capitán Kidd. A esta feliz combinación de western y comedia recurrió a largo de su carrera hasta convertirse, al final de su vida, en su principal y más estable fuente de ingresos.
Estos westerns vodevilescos, extraordinariamente demenciales aun para los estándares howardianos, poseen una fuerza y vitalidad asombrosas; una mezcla de acción trepidante y gruesas bufonadas los propulsa como una locomotora de vapor a plena presión hacia una conflagración inevitable. Howard creó tres personajes para ellos: Breckinridge Elkins de Bear Creek, Nevada —para Action Stories—, Buckner J. Grimes de Knife River, Texas —para Cowboy Stories— y Pike Bearfield de Wolf Mountain, Texas —para Argosy—. Podría parecer que los dos últimos son meras réplicas comerciales del producto original (Elkins), pero lo cierto —y esto dice mucho en favor de la profesionalidad de su autor— es que sus andanzas se diferencian razonablemente de las de su patrón.
* * *
En la primavera de 1933, Howard contrató los servicios de Otis Adelbert Kline como agente literario. Éste lo animó a ampliar su repertorio como estrategia de entrada a nuevos nichos de mercado: western, historias picantes y detectivescas... Entre los primeros resultados de este acuerdo se encontraba un western cómico: «Mountain Man» («Un hombre de las montañas»); vio la luz en el número de marzo-abril de 1934 de Action Stories —una revista «multigénero» fundada en 1921— y en ella debutaba Breckinridge Elkins, el «oso humano» de las Humbolts. «Mountain Man» es un barril de pólvora rodando cuesta abajo; combina las multitudinarias carnicerías de los cuentos del marinero' Costigan con el humor disparatado y el exceso de los tall tales o «cuentos chinos» del suroeste, tal y como Howard confiesa a August Derleth en una carta de diciembre de 1933: «Mi nuevo personaje es un tal Breckinridge Elkins, un gigantón de las montañas Humbolt cuyas hazañas son del estilo de las de Pecos Bill».
Howard colocó un cuento de Elkins en todos los números de Action Stories que aparecieron antes de su muerte en junio de 1936; de hecho continuaron apareciendo durante varios meses después. En total, dieciocho entregas consecutivas de esta publicación llevaron una historia del caballerete de Bear Creek —de Conan aparecieron diecisiete en vida de su autor.
Estas ventas, regulares y seguras, constituyeron una importante inyección económica en un momento en el que el agravamiento de la tuberculosis que padecía su madre, exigía costosos tratamientos. Weird Tales, la cabecera con la que más se le asocia, le debía más de 1.000 dólares por historias que, supuestamente, debían ser pagadas en el momento de su publicación... lo que no siempre era el caso. Action por el contrario, pagaba a la entrega y le «exigía» una aventura de Elkins en cada número. En una carta a H. P. Lovecraft de mayo de 1936, Howard confesaba: «Si puedo conseguir una serie regular en Argosy manteniendo la de Elkins en Action Stories y los cuentos de Buckner J. Grimes en Cowboy Stories, considero justificada la dedicación prácticamente completa de mí tiempo a la escritura de westerns».
Mas a pesar de tener una historia prácticamente asegurada en cada entrega de Action Stories, se tomó su tiempo para hacerlo bien. Sus cuentos de Elkins —que firmaba como «Rob't E. Howard»— se cuentan entre los mejores de su obra; y no se relajó lo más mínimo, como demuestra esta carta a Otis Kline del 8 de enero de 1936: «He intentado también acabar un cuento de Breck Elkins, pero después de escribirlo no quedé satisfecho con él, viendo que no tenía suficiente acción ni complejidad de trama, así que lo estoy reescribiendo. Probablemente te lo enviaré la próxima semana».
Breckinridge Elkins, como todas aquellas criaturas más necesitadas de fuerza que de velocidad, es poseedor de una musculatura masiva y una maciza osamenta. Su pegada es brutal y dispara mejor dormido que todos los pistoleros de Nevada despiertos. Al igual que los «hombres de hierro» del ring que tanto admiraba Howard, es un rudo fajador capaz de encajar los golpes más demoledores.
Tan grande y noblote como es, nuestro abominable hombre de las Humbolts es sin embargo algo merluzo: «¡Lo que te falta de cerebro te sobra de corazón!», dice su amiga y vecina de Bear Creek, Gloria McGraw; y es la cantinela de Jacob Grimes, uno de sus numerosos tíos, que «Cuando la naturaleza le dio un cuerpo de gigante se olvidó de darle algo de cerebro para que acompañara a sus músculos». Él mismo lo reconoce: «siempre he sido lento de entendederas; no soy como esos tipos espabilados de mente lúcida».
En «Guns of the Mountains»[3] («Plomo en las montañas»), segunda entrega de las aventuras del plantígrado vestido de piel de ante, Howard introduce un personaje fundamental: Capitán Kidd. Decir que se trata simplemente del «caballo de Breck» es subestimar enormemente su contribución a la calidad de la serie. En algunas historias, Capitán Kidd tiene una presencia casi tan dominante como la de su jinete. «Es un pinto, blanco y negro —asegura Elkins—, pero tiene sangre de pantera y el instinto de un tiburón».
En la carta a August Derleth que hemos mencionado más arriba, Howard indicaba el parentesco de su Elkins con Pecos Bill, arquetipo del vaquero indómito. Las primeras historias de este personaje fueron escritas en 1917 por Edward O'Reilly para The Century Magazine, y recogidas y reimpresas en 1923 en el libro Saga of Pecos Bill. Según O'Reilly formaban parte de una tradición oral transmitida por los vaqueros durante la expansión hacia el Oeste y la colonización del Sudoeste, incluyendo Texas, Nuevo México y Arizona. Cuenta la leyenda que el pequeño Bill se cayó de la diligencia en la que viajaba, siendo encontrado y criado por una manada de coyotes cerca del río Pecos, al suroeste de Texas. Widow-Maker (hacedor de viudas) era su caballo, y se llamaba así porque ningún hombre, salvo Pecos Bill, podía montarlo y sobrevivir. Se decía también que a veces cabalgaba un león de montaña y que la dinamita era su comida favorita. Pecos Bill tenía un romance con una muchacha llamada Slue-Foot Sue, que montaba un siluro gigante a largo del Río Grande.
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Breckinridge Elkins, lo acabo de apuntar, posee más de un punto en común con el fogoso marinero Steve Costigan del Sea Girl, ambos son hombres membrudos, habitualmente equiparados o confundidos con animales grandes y salvajes. En el caso de Elkins debe ser cosa de familia: «Por más feroz y peludo que te parezca —avisa el muchacho—, lo más probable es que se trate de un honrado ciudadano de Bear Creek». Costigan es frecuentemente comparado con un gorila, mientras que Breck lo es, generalmente, con un oso pardo en casi todas las entregas. Sin embargo, en una historia escrita en el verano de 1935 especialmente para la novela que presentamos[4], Breckinridge es llamado «Mi musculoso aunque débil mental gorila de las cumbres» y «Orangután esgrimidor de cuchillos de las serranías», por uno de los personajes secundarios.
Estas ocasionales identificaciones «simio-muchachote de Bear Creek», llegan a su extremo más delirante en una historia escrita en febrero de 1935, reconvertida posteriormente en el capítulo IX de esta novela. En ella Breckinridge es perseguido por unos forajidos a través de un tronco tendido sobre un profundo barranco, y para zafarse de ellos, lo levanta y, después de menearlo un poco, lo arroja al torrente con los malhechores aún agarrados a él como garrapatas.
Por supuesto, el lector habrá notado la similitud de esta escena —que difícilmente puede ser casual— con otra muy célebre de la película King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, 1933); aquí Jack Driscoll (Bruce Cabot), Cari Denham (Robert Armstrong) y varios miembros de la tripulación del Venture son los perseguidores, y Kong quien zarandea y envía finalmente el «tronco puente» al abismo.
Con su firma adquiriendo prestigio rápidamente en el panorama editorial, Howard empieza a plantearse el libro como un deseable y alcanzable formato de publicación. Ya desde finales de 1932, había tratado de entrar en el mercado británico buscando vender material previamente aparecido en su patria. En el verano de 1933 presentó una colección de ocho relatos fantásticos al editor londinense Denis Archer; éste rechazó la idea a principios del año siguiente, alegando que ese tipo de material no resultaba atractivo en Gran Bretaña en ese momento y proponiendo en su lugar una novela que sería publicada por la firma filial Pawling and Ness Ltd. Howard escribió The Hour of the Dragon —la novela de Conan— con ese propósito, pero el proyecto se malogró al entrar la compañía en quiebra técnica.
El siguiente asalto se inicia en el verano de 1935, cuando Howard reúne una serie de historias de Breckinridge Elkins —publicadas unas, nuevas e inéditas otras— con el propósito de amalgamarlas en una novela. Es significativo que estando ya dañada de forma permanente su relación con su amiga N'ovalyne Price desde junio de ese mismo año, los celos y los desengaños amorosos hagan las veces de hilo conductor del relato así pergeñado.
La idea de buscar un soporte de mayor prestancia para las aventuras del cráneo más duro de las Humbolts, le fue sugerida por su colega E. Hoffmann Price —quien por cierto en 1936 creó un avatar de Elkins para Spicy Western llamado Simón Bolívar Grimes—. Así se desprende de una carta de Howard a H. P. Lovecraft de julio de 1934: «Action Stories está publicando una serie de westerns humorísticos sobre las hazañas míticas de un tal Breckinridge Elkins; E. Hoffmann Price ha leído algunas de estas historias y parecen haberle gustado. Me ha aconsejado buscar un mercado de mayor nivel para este personaje y creo que lo haré».
Otis Kline trató de vender la novela de Elkins a varios editores estadounidenses, pero tras el rechazo de éstos se la envió a un agente inglés amigo suyo a finales de junio de 1936, quien finalmente consiguió venderla a la firma Herbert Jenkins de Londres. La obra revisada no había sido enviada aún a Inglaterra cuando Howard se quitó la vida, pero a finales de ese mismo año llegó un contrato con un adelanto de 150 dólares. El libro, con el título de A Gent from Bear Creek, apareció en 1937 y se vendió lo bastante bien como para justificar una reedición en tapa blanda.
En cierta ocasión[5], Don Herron le preguntó a Glenn Lord —máxima autoridad mundial en la vida y obra de Robert E. Howard— cuál de los artículos impresos de howardiana en su poder era el más difícil de conseguir. «Sin lugar a dudas, A Gent from Bear Creek —respondió—. A pesar de haber sido publicada en el Reino Unido en 1937 por una importante editorial británica, con una edición barata lanzada en 1938, resulta prácticamente imposible de encontrar. Tal vez los libros fueran usados como combustible durante la guerra».
De la «edición barata», que según los archivos de la editorial apareció en 1938, no existe ninguna copia conocida; ni Lord, ni nadie con quien él haya hablado en 50 años de coleccionista ha visto un ejemplar de la misma. La versión en tapa dura de 1937 no es mucho más abundante. Herron cifra en seis los ejemplares cuya existencia es positivamente conocida; éstos pertenecen a colecciones privadas, a la del Ranger Júnior College (Texas) dedicada a Robert E. Howard y a dos bibliotecas públicas del Reino Unido, y ninguno de ellos conserva la sobrecubierta original. El ejemplar mejor conservado de la edición de Jenkins es propiedad de Glenn Lord; no es una copia retirada de biblioteca y es el único conocido con sobrecubierta. Lord se lo compró a August Derleth por cuatro dólares y éste, a su vez, lo consiguió a través de G. Ken Chapman, el agente británico que gestionaba las ventas internacionales de los títulos de Arkham House.
La primera edición americana publicada por Donald M. Grant en 1965 —limitada a 732 ejemplares—, fue impresa a partir de la copia de cortesía que Kline envió al doctor Isaac Mordecai Howard, padre de Robert E. Howard.
Ya he dicho que el «núcleo» de A Gent from Bear Creek lo conforman relatos independientes de Breckinridge Elkins, previamente publicados en la revista Action Stories. Dos razones nos han llevado a preferir la publicación de la novela a una antología de los relatos «originales» que la componen. Una es que la primera incluye tres historias nuevas que difícilmente sobrevivirían fuera de su elemento natural; otra es que al ser convertidas en capítulos, las historias aumentaron significativamente de tamaño. La intención es, por tanto, ofrecer la mayor cantidad posible de material en éste nuestro primer volumen dedicado al mocetón de Bear Creek.
Para que el lector tenga una idea más precisa de las diferencias entre las versiones «novela» y «revista» de cada capítulo, incluyo el siguiente cuadro cuyo contenido desarrollo a continuación.
CAP. | VERSIÓN NOVELA (PALABRAS) | VERSIÓN REVISTA (PALABRAS) | VERSIÓN ORIGINAL (PALABRAS) |
---|---|---|---|
I. | 3.982 ("Striped Shirts and Busted Hearts") | NO EXISTE | NO EXISTE |
II. | 6.012 ("Mountain Man") | 5.779 | NO EXISTE |
III. | 7.018 ("Meet Cap'n Kidd") | NO EXISTE | NO EXISTE |
IV. | 5.771 ("Guns of the Mountains") | 5.394 | NO EXISTE |
V. | 8.559 ("A Gent from Bear Creek") | 7.442 | NO EXISTE |
VI. | 6.305 ("The Feud Buster") | 5.952 | NO EXISTE |
VII. | 7.536 ("The Road to Bear Creek") | 5.807 | NO EXISTE |
VIII. | 7.920 ("The Scap Hunter") | 6.632 ("A Stranger in Grizzly Claw") | NO EXISTE |
IX. | 5.810 ("Cupid from Bear Creek") | 5.810 | 6.808 ("The Peaceful Pilgrim") |
X. | 5.759 ("The Haunted Mountain") | 5.395 | NO EXISTE |
XI. | 4.357 ("Educate or Bust") | 6.889 ("Sharp Gun's Serenade") | NO EXISTE |
XII. | 7.650 ("War on Bear Creek") | 7.212 | NO EXISTE |
XIII. | 12.145 ("When Bear Creek Came to Chawed Ear") | NO EXISTE | NO EXISTE |
Dos nuevas historias fueron escritas para abrir y cerrar la novela; en ellas se introduce y resuelve, respectivamente, el conflicto amoroso que sirve de trabazón de las piezas intermedias. Son los capítulos I («Camisas a rayas y corazones rotos») y XIII («Cuando Bear Creek desembarcó en Chawed Ear»). Adicionalmente, Howard creó una tercera historia para presentar a Capitán Kidd con todos los honores, pues su origen no había sido explicado en la serie de Elkins para Action Stories; es el capítulo III («Aparece Capitán Kidd»). Esta última recuerda poderosamente a una de las obras juveniles de Howard mencionadas al principio, West is West, sobre un bronco indomable por nombre Torbellino.
Todos los relatos, empero, fueron reescritos en su totalidad para su inclusión en la novela, aunque en general las diferencias respecto a la «versión revista» son mínimas: alteración de los nombres de algunos personajes secundarios, o aparición de otros nuevos —normalmente parientes de Breck— que, mencionados a lo largo de la novela, refuerzan la sensación de continuidad. Entre uno y otro cuento, Howard intercala un entremés que sirve de ligazón entre ambos; en ellos se narran las peloteras de Elkins con Gloria McGraw o las otras chicas a las que pretende arrimarse para mortificarla. Así, los affaires amorosos de las historias «originales» de Elkins: Ellen Reynolds, Dolly Rixby y la remilgada sita Margaret Ashley —que en la novela es Margaret Devon— se reciclan en ardides para provocar los celos de su verdadero interés sentimental. De la longitud de estos interludios cómicos dependen las diferencias de extensión recogidas en el cuadro[6].
El capítulo IX merece explicación aparte. Las versiones «novela» y «revista» de «El Cupido de Bear Creek» son prácticamente iguales; la casualidad ha querido que ambas coincidan en número de palabras, aunque no son idénticas. Sin embargo, existe una versión «original», titulada «The Peaceful Pilgrim», que fue rechazada por John Byrne, editor de Action Stories, en una carta al agente de Howard del 1 de marzo de 1935: «Me parece que la trama es bastante floja, y no me gusta nada ese asunto del arsénico: me parece demasiado bufonesco. Creo, sin embargo, que Howard puede usar los mismos elementos y crear con ellos una historia mucho mejor, conservando gran parte de la acción actual. He reunido algunas ideas al respecto; Howard puede extraer de ellas algunas sugerencias». Howard reescribió la historia basándose en las sugerencias —¿exigencias?— de Byrne, y apareció como «Cupid from Bear Creek» en el número de abril de 1935, aunque sólo un 15 por ciento es material procedente del original rechazado. Este último aparecerá en el segundo volumen que dedicaremos al ladrón de miel de Bear Creek.
Otro caso especial lo constituye el capítulo XI. Su versión «revista», con el título de «Sharp's Gun Serenade», fue la última historia independiente de Elkins en ser publicada. Sin embargo, no está claro cuál de las dos versiones es la «original». Mark Finn[7] sostiene que Howard vendió el cuento a Action Stories, y que posteriormente lo incluyó en la novela con severos recortes como «Educado o palurdo»; de hecho, sólo conservó la escena del asalto a la diligencia que, dicho sea de paso, es una de las más trepidantes y desternillantes de la serie. «Sharp's Gun Serenade» apareció póstumamente en el número de enero de 1937. Bien pudo tratarse de la última historia que Howard envió al editor Jack Byrne, quien poco después tomaría las riendas de Argosy. Ésta incluye un diálogo muy significativo en torno al suicidio, y aun cuando el asunto se toca muy por encima es, sin embargo, un aspecto importante de la trama; pues bien, no hay en él ni rastro de defensa o justificación de este acto, desprendiéndose por contra que quienquiera que recurra a ello no está en su sano juicio. Dada la orientación juvenil de la novela, esta cuestión fue eliminada de «Educado o Palurdo». «Sharp's Gun Serenade» aparecerá también en un segundo volumen en el que se cerrará el ciclo de aventuras de Breckinridge Elkins.
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Dejo ya al lector a solas con el «troglodícola» de las Humbolts, no sin antes darle un consejo: «La gente que aprecia en algo su pellejo debe mantenerse alejada de la trayectoria de los tornados, los toros salvajes, los torrentes devastadores y los Elkins ultrajados».
ÓSCAR MARISCAL
Madrid («buen lugar de puerco y oso»), junio de 2011