Pocas personas tienen una idea clara de cuáles son las funciones de un coroner[1]. Desgraciadamente, esta ignorancia es compartida por muchos coroners.
Por esta razón, los que propugnan el «sistema del investigador médico» desean abolir el cargo de coroner, y varios Estados de la Unión han presentado los anteproyectos de las leyes necesarias para llevar esto a cabo.
Hay, sin embargo, varios ejemplos de relevante capacidad en el cargo de coroner. Uno de ellos es el doctor R. S. Gerber.
El doctor Gerber ha sido coroner del condado de Cuyahoga, Ohío, desde enero de 1937. (El condado de Cuyahoga incluye la ciudad de Cleveland y sus suburbios y tiene aproximadamente millón y medio de habitantes).
El doctor Gerber era médico y cirujano cuando fue nombrado coroner. A partir de aquel momento, al darse cuenta de hasta qué punto los problemas legales entraban en las funciones de un coroner; el doctor Gerber se las compuso para insertar en su apretado calendario un curso nocturno de Derecho, llegando a ser admitido en el Colegio de Abogados de Ohío en 1949.
Esto otorga al doctor Gerber la distinción de ser uno de los pocos individuos totalmente capacitados tanto en el campo de la medicina como en el campo del derecho.
Un buen coroner debe ser un experto en la interpretación de las pruebas. Debe saber, por tanto, lo mismo desde un punto de vista legal que desde un punto de vista práctico, lo que es una prueba. Debe comprender el problema en sí que constituye la prueba. Debe ser un perito en medicina y, además de sus conocimientos técnicos, debe hacer uso de una lógica clara y de un sentido común sólido y ponderado.
Uno de los casos del doctor Gerber resulta muy revelador.
Se encontró el cadáver de un hombre al pie de un tramo de escalera. Había llevado un revólver cargado y sin el seguro puesto, y el arma se había disparado. En el cuerpo había una herida, a consecuencia de la cual el hombre había muerto.
La primera reconstrucción rápida de lo que había ocurrido indicaba suicidio. Luego hubo quienes concibieron sospechas sobre la posibilidad de un accidente debido a una caída por la escalera.
El doctor Gerber aplicó al caso sus conocimientos de medicina, su técnica científica, su experiencia sobre pruebas y su sentido común.
El resultado fue un ejemplo relevante de lo que en tales circunstancias puede lograr un hombre de experiencia.
El doctor Gerber llegó a la conclusión de que el hombre no había muerto por el disparo del revólver que llevaba, sino por un balazo de un arma distinta. Esto abrió un camino completamente nuevo a la investigación y, al final, se puso en claro que el hombre había disputado con un agresor, que había sufrido una herida que no fue inmediatamente mortal y que subió la escalera para buscar su revólver con objeto de defenderse contra un nuevo ataque o quizá para vengarse. Al volver a bajar la escalera con el revólver cargado en la mano, el hombre expiró a causa de la herida que había sufrido poco antes. Su cuerpo inerte había caído hasta el pie de la escalera y el revólver se había disparado en la caída.
Se trataba, por tanto, de un caso de homicidio, no de muerte por accidente ni de suicidio.
Hace años, el doctor Gerber se dio cuenta de la importancia del cargo de coroner en el ámbito de los desastres públicos. Desde entonces se le ha reconocido como autoridad sobresaliente en este campo tan poco estudiado.
Supongamos que hay una explosión acompañada por incendio o que una clínica se ha convertido en una trampa entre llamas. Puede ser posible identificar unos cuantos cadáveres, pero, la mayoría de las veces, un coroner se ve frente a montones de carne carbonizada que es todo lo que queda de las víctimas.
Consideremos los problemas legales que entraña esto. Si una víctima puede ser identificada, se puede cobrar el seguro de vida correspondiente a la misma. Con mucha frecuencia, en tales casos, a la compañía de seguros le interesa desorientar a la policía Si el individuo no puede ser identificado, en muchos Estados es necesario esperar siete años antes de que el hecho de la muerte pueda establecerse legalmente.
¿Qué puede significar esto para una viuda?
Significa por una parte que la viuda podría recibir la indemnización del seguro cuando más necesidad tiene del dinero. Caso contrario, significa que la viuda tendrá que esperar siete años antes de reclamar el importe de la póliza Además, durante este período de siete años, privada de los ingresos del marido, ha de pagar la póliza para que ésta siga vigente.
Desde luego ésta es una suposición exagerada, pero que muestra la enorme importancia que tiene el hecho de que un coroner se preocupe de reunir y conservar las pruebas para presentarlas en su día.
Hay otros problemas legales que es preciso resolver, como la autenticidad de los testamentos, la distribución de propiedades, la terminación de relaciones matrimoniales y muchas otras complicaciones de tipo familiar.
El doctor Gerber ha hecho un estudio en lo referente a la identificación en catástrofes. No es éste el lugar de estudiar el asunto ni siquiera de un modo general, pero en sí es una ciencia compleja que implica una coordinación cuidadosamente planeada de todos los esfuerzos desde el principio, el control del trabajo de las organizaciones de voluntarios, la reunión, conservación y correlación de pruebas, el uso de la fotografía, el examen espectroscópico, el de rayos X y la deducción científica.
Hay otros deberes propios de un coroner concienzudo y que mucha gente no aprecia en lo que vale.
El doctor Gerber ha hecho un estudio sobre las muertes producidas en accidentes de tráfico y sobre la mejor manera de prevenir tales accidentes. Ha compilado cuidadosas estadísticas relativas al efecto del alcohol en los accidentes de tráfico. Ha creado métodos para determinar la intoxicación alcohólica, interpretando los datos obtenidos por el análisis. Ha estudiado a fondo los fenómenos de la intoxicación, mostrando el efecto que causa el alcohol en el cerebro, en los centros del pensamiento y en la coordinación neuromuscular. Ha contribuido a reunir una tabla de porcentajes que se acepta ahora como incuestionable en los círculos de la medicina forense.
El doctor Gerber ha organizado uno de los más eficientes laboratorios de coroner que existen en el mundo. Este edificio es un monumento dedicado a la investigación científica en el campo de muertes repentinas y por accidente. La eficiencia de este centro está mereciendo la atención de todo el país. Decir que está muy por delante de todos los demás laboratorios dedicados a este tipo de investigación es como afirmar que la bomba atómica es un mejoramiento de los fuegos de artificio.
Este edificio es un tributo a la alta capacidad profesional del doctor Gerber, a la confianza que ha inspirado a los ciudadanos de Cleveland y un tributo también a los mismos ciudadanos de Cleveland.
Los que estamos familiarizados con el tema nos damos cuenta de que Cleveland está poniéndose rápidamente a la cabeza en el campo de la investigación científica y de la medicina legal. Esta ciudad es un ejemplo estimulante de lo que puede hacerse cuando una comunidad responde en forma adecuada y ayuda al trabajo de un ciudadano sobresaliente.
Con toda probabilidad, las actividades del doctor Gerber han tenido como resultado prevenir muchas más muertes que las que ha sido llamado a investigar, a pesar del hecho de que estas últimas se cuentan por miles.
Necesitamos más doctores que se especialicen en este campo. Necesitamos un conocimiento más completo de lo que es la medicina legal y de lo que ésta puede hacer.
Los abogados en ejercicio necesitan saber más sobre la medicina legal y, también, todo el público educado y alerta necesita darse cuenta de la importancia del tema.
Con demasiada frecuencia, los ciudadanos creen que lo que hace un coroner es simplemente recoger cadáveres y que el cargo se concede como favor político a alguien que necesita ese empleo y que es un contemporizador jovial o uno que se mueve en el mundillo de la política.
En realidad, el cargo de coroner es un cargo de vital importancia. Aquí y allá, unos cuantos individuos sobresalientes han mostrado lo que eso significa para el público, han desplegado la necesaria competencia profesional para asumir todas las responsabilidades de la función que se les encomendó y han prestado, mediante el estudio y un duro trabajo, un relevante servicio público.
Creo que se admite generalmente que el nombre del doctor S. R. Gerber debe colocarse entre los que figuran a la cabeza misma de la lista. Merece el respeto y la admiración de todos aquellos que saben lo que está ocurriendo en este ámbito.
Por eso, expreso con el mayor placer mi profunda admiración hacia una figura relevante en el campo de los descubrimientos de crímenes, suicidios y asesinatos, y en la investigación de las muertes repentinas.
Así, dedico este libro a mi amigo:
S. R. GERBER, doctor en Medicina Coroner del condado de Cuyahoga, Ohío.
ERLE STANLEY GARDNER