[1] De la carta al coronel Manuel Obligado, del 15 de mayo de 1878. Se refiere a la revolución de López Jordán. <<
[2] El nombre original de nuestro héroe es Ermete Constanzi, tal como hemos puesto en el prólogo de este libro. En adelante, como aquí, le llamaremos por su nombre traducido: Demetrio Constanzi —cuando así cuadrare—, con el cual se explica mejor el alias de padre Metri que le adjudica la fama. <<
[3] Uno que lo ve así, a sangre fría, se pregunta cómo pudo el fraile dudar un momento de que había marchado torcido; pero póngase en su lugar de responsabilidad, pasión y apuro, encima de un caballo al galope por un camino hórrido… <<
[4] «…sin techo, sin templo, sin dinero, a la intemperie, quemado del ardor del día y del rigor de la noche», de la carta de fray Bernardo Trippin, compañero del padre Metri, al Presidente Sarmiento. <<
[5] Carta del padre Demetrio Constanzi al Poder Ejecutivo Nacional. <<
[6] Entre los papeles del padre Metri se hallaron estas rimas, suscritas por don Higinio M. Cazón, nombre no desconocido a mis paisanos. Pero como, mirándolas bien, se advierten en ella ideas de un moderno poeta inglés y de varios escritores italianos de segundo orden, que no pudo conocer el gran mulato cantor santafesino, se entiende que esto debe ser una especie de arreglo, y no una mera trascripción del padre Metri, He ajustado algunos versos. L. C. <<
[7] El argumento de este cuento no es mío; lo han tratado varios autores, Jacques Foutrelle, Henry Wimpley…, y está in nuce en una colección de antiguos cuentos árabes, quizá Las Mil y Una Noches. L. C. <<
[8] El resto de esta larga meditación poético-místico-humorística se ha perdido… <<
[9] De las Memorias de don Carlos Roselli, poblador de Reconquista. <<
[10] Karaí: Señor, en guaraní… (o en toba); Mbaracayá: gato. <<
[11] Este caso policial ocurrió realmente hace algunos años en una localidad del Chaco argentino, y permanece hasta hoy inexplicado. Por supuesto que la versión que el autor da es puramente fantástica, y todos los nombres están cambiados, mientras la escenería ha sido reculada a los tiempos del famoso padre Metri. Otra explicación hipotética y plausible del mismo curioso caso apareció poco ha en el Argentine Magazine, número de Navidad de 1936. <<
[12] Isaías, Capítulo 49.º versículo 15. <<
[13] Memorias del inmigrante Jorge Cracogna, de los primeros pobladores de Avellaneda, 1875-1912. <<
[14] De las Memorias de don Manuel Roselli, poblador de Reconquista. <<
[15] Patriólec: padrecito, en lengua toba… —o en guaraní—. <<
[16] «Indio precisa hablarte ahora mismo, padrecito…» (en lengua…). <<
[17] Textual. De una carta de fray Demetrio Constanzi al prefecto de misiones de San Lorenzo, fecha 4 de julio de 1894. <<
[18] Todavía se habla en el monte —y ha pasado ya como medio siglo— del combate singular entre el colono Etwald y el cacique Biguá. El suizo mató siete indios a tires y otro de un culatazo, y estaba por rescatar a su novia, cuando salió a su encuentro el caudillo, paró el tremendo mazazo del rifle con su Rémington, que se hizo pedazos, y abalanzándose a su rival lo derribó en tierra y lo estranguló, recibiendo de él un desesperado mordisco en el hombro. <<
[19] De las Memorias de don Manuel Roselli, sénior. <<
[20] De una carta del comisario Ramayón al gobernador Iturraspe. <<