Payada del parangón entre la malicia del hombre y la mujer[6]

«De los bichos del Señor

de pezuña, garra o ala,

el macho es el peliador,

pero la hembra es la mala.

«El criollo que caza tigre

en el Chaco o en Formosa,

un poncho envolviendo un puño

y al otro la refalosa,

cuando sale tras un rastro

sabe que arriesgó la vida,

pero sabe que la juega

si es una tigra parida;

porque en los bichos que alientan

de pezuña, garra o ala,

el macho es el peliador,

pero la hembra es la mala.

«El cuyano que buscando

nido de cóndor, se encumbra,

sabe que habrá fiesta y cueca

si el macho cóndor lo adumbra:

mas si no hay pichón y hay huevos,

y la señora empollando,

ya no supo lo que viene,

ni si volverá, ni cuándo:

pues todo bicho que alienta,

de pezuña, garra o ala,

el macho es corajudo,

pero la hembra es más mala.

«El toro es cosa de empuje,

sobre todo cuando toria;

cuando están embrama y topan,

no hay cosa pior en la historia;

con todo y eso los torian

en la tierra de los godos,

pero toriar una vaca

no es asunto para todos;

porque los seres que nadan

o reman a pata o ala,

el macho será violento,

pero doña Ella es mala.

«¿Quién dirá la tijereta,

con ser un rétil de nada,

lo saca huyendo al chimango

si le roza la nidada,

y es la madre la que pega

siempre el primer grito y saque,

revoliando como chispas

contra el otro badulaque;

porque de todos los bichos

que el mar y la tierra encierra,

la mujer es la venganza

y el hombre es sólo la guerra.

«¿Qué varón clavara un clavo

en la sien de un enemigo,

o le trozara el pescuezo

cuando el otro está bebido?

Ustedes no irán a créerlo,

mas la Biblia, libro santo,

de dos mujeres lo cuenta

que lo han hecho, y otro tanto;

pues de todo par que existe

defendiendo nido y cuero,

él es el más peliador

de los dos y no el más fiero.

«El caballo sólo cocia;

patea y muerde la yegua.

El hombre es guerrero y transa,

da condición, firma tregua,

y en las luchas más fatales

guarda honor y acepta ley.

La mujer tiene sus hijos,

tiene un solo Dios y un Rey;

porque desde el rétil que anda

hasta el ave que navega,

la ira del hombre es bruta,

pero la mujer es ciega.

«El hombre junta consejos

y para sus parlamentos,

mira pa’todos los lados

de la rosa de los vientos;

pero la mujer furiosa

no la para ni el Eterno.

Por eso, pues, las mujeres

no las ponen de gobierno;

porque si se enoja y manda

justicia seca ahora mismo,

ella agarra un país entero,

capaz que l’hunda al abismo.

«Y es que debe ser que el hombre

tiene oficios mil diversos,

y ella no tiene más que una

quehacer única y debida.

El hombre afuera agenciando

mil tesoros y universos,

y ella guarda dentro della

lo más caro, que es la vida.

Y por eso, de los bichos

de todo pelaje y suerte,

el varón es más robusto,

pero la madre es más fuerte