Les dedico este libro a mis lectores, sin los cuales nada tendría sentido, y también a todos aquellos que observan, escuchan, piensan, aprenden y maduran a la manera de los antiguos.

Os deseo que brilléis y que crezcáis; que viváis en armonía con la Tierra y que estéis en paz con vosotros mismos. Que encontréis el amor en aquellos a los que amáis y que recibáis cariño de aquellos a los que se lo ofrezcáis. Que vuestras necesidades sean pocas y muchas las recompensas. Y que seáis libres por siempre.