Capítulo II
Pentáculo
Crear el Poder para Hacer Magia

La magia no sólo acontece porque se digan las palabras correctas o se hagan los movimientos precisos. No es tampoco como la cocina; no basta con mezclar los ingredientes. Para crearla no sólo hace falta tener las herramientas, el equipo, las velas, los cristales y las palabras idóneas. Los hechizos funcionan cuando están dotados de energía, que también se utiliza para canalizar y para enviar la magia a su destino. La mayor parte de ella procede de la persona que está trabajando, lo que explica porqué acabará agotada. De modo que, si después de hacer magia no estás cansada, entonces es que no te estás implicando lo suficiente.

La energía que se utiliza en la labor mágica viene del exterior y del interior. Es en parte la de los elementos, de la que ya te he hablado en el primer capítulo, también la de la Diosa y el Dios a quienes invitas al concebir el Espacio Sagrado. Pero podrás, sobre todo, manipular y dirigir tu energía personal. A menudo nos referimos a ella como poder mágico, y las técnicas que utilizamos para llegar a él se denominan «reunir poder». En cualquier caso, debes tener en cuenta que no estoy hablando de un poder para controlar a los demás, sino de uno que nos capacita para controlarnos a nosotros mismos y que da lugar a la concepción de una energía que vamos a emplear en nuestro trabajo mágico.

Todos lo tenemos, pero suele estar inactivo hasta que aprendemos a acceder a él. Muchos, además, lo reprimen a partir de la infancia porque desde hace mucho tiempo demostrar que se tienen habilidades inusuales se considera algo negativo. Algunos creen que la combinación de esta represión y de los cambios hormonales que acontecen durante la adolescencia explica la aparición de los poltergeist. A ciertas personas les sucede que entran en contacto por primera vez con el poder mágico cuando están viviendo una circunstancia extrema, de la misma manera que algunos individuos demuestran una fuerza sobrehumana cuando uno de sus seres queridos está en peligro. No obstante, ésta no es la manera más recomendable de abordar la magia. De hecho, resulta mucho más complicado mantener la concentración y el control cuando estamos sometidos a emociones extremas. De modo que lo que nos conviene es aprender a aprovechar esta energía cuando lo deseemos.

TÉCNICAS PARA ACUMULAR LA ENERGÍA.

Aunque el poder mágico lo llevamos todos dentro, a algunas personas les resulta más fácil acceder a él. Por ello existen varias técnicas a las que puedes recurrir para solucionar el problema. Desde los tiempos de Gerald Gardner, lo habitual ha sido agruparlas en lo que se ha llamado el Camino de las Ocho Vías, aunque lo cierto es que incluye más métodos. Algunos de ellos son más apropiados para alcanzar otros estados de conciencia que para reunir la energía. Hablaré ahora del Camino de las Ocho Vías como se suele hacer, aunque trataré de explicar cada característica por separado. Su objetivo, en cualquier caso, es alcanzar un estado alterado de conciencia, pero es fundamental que lo controles, porque, de no ser así, no podrás ni canalizar ni dominar el poder.

1. Meditación o Concentración

Cuando meditamos, la mente tiene que estar centrada en un único propósito y, por tanto, se debe crear una barrera para que no se cuelen otros pensamientos. A algunas personas esto les resulta extremadamente sencillo, a otras, sin embargo, les puede costar varios meses de prácticas regulares. Y, a menos que tu voluntad sea muy enérgica o que el vínculo que te una a la magia sea férreo, la meditación y la concentración no bastarán para que reúnas el poder suficiente para poner en marcha los hechizos. No obstante, como la meditación y la visualización son elementos esenciales para hacer magia (no sólo para acumular poder), en los capítulos IV y V me ocuparé de explicarlo con más detalle.

2. Cánticos, Hechizos, Llamadas e Invocaciones

Hoy los cánticos son la manera más frecuente de conseguir poder. Los entonan tanto los grupos como los individuos aislados. Se pueden utilizar solos o combinados con bailes y/o música. Se han escrito muchos que podrás aprender en conferencias y actos por el estilo, o que aparecen en CD’s como, por ejemplo, los míos. Pero, por supuesto, puedes crear los tuyos propios.

Cuando hablo de «hechizos» no me refiero al producto de la magia, sino a los versos, rimados o no, que se emplean para formular los encantamientos como los de magia climática del capítulo anterior. Encontrarás muchos en diversos libros y, desde luego, también puedes optar por escribir algunos. Su efecto surge a partir de la repetición, porque es una manera de centrar la mente en el resultado mágico que esperamos conseguir.

Las llamadas suelen ser gritos sin palabras que a veces se combinan con bailes. Son características en los bailes rituales de muchas sociedades no occidentales, especialmente en aquellas en las que se induce a sus miembros a estados alterados de conciencia.

La invocación es el acto por el que se reclama a una deidad o a un espíritu de una manera que tanto su presencia como su energía acuden al unísono ante la persona que los ha convocado. La Invocación de la Luna es una muy poderosa de la que hablaré con todo detalle hacia el final de este capítulo.

3. Trance y Proyección Astral

Muy pocas personas son capaces de entrar en estado de trance mientras mantienen la concentración necesaria para crear magia. La proyección astral es un tipo de trance en el que envías tu cuerpo astral o tu espíritu fuera del físico y viajas a otro lugar. Mientras que a algunas personas les resulta extremadamente sencillo hacerlo, hay otras que nunca logran dominar la técnica. Aunque seas de las poquísimas afortunadas a las que les es fácil proyectarse astralmente, debes hacerlo con cuidado. Tienes que asegurarte de que tanto tu forma astral como la física están a salvo en todo momento y que sabes cómo regresar a tiempo. Esto, desde luego, no es fácil aprenderlo leyendo y quizá tengas que buscar a un mentor experimentado que te ayude. En mi opinión, y en la de muchos otros, ni el trance ni la proyección astral son los métodos más eficaces para acumular poder. Trabajar en el astral, sin embargo, es un tema completamente diferente.

4. Incienso, Vino y Otras Ayudas para liberar el Espíritu

Quemar hierbas y otras sustancias se ha utilizado durante mucho tiempo para inducir a las personas a un estado alterado de conciencia. Se pueden, por tanto, emplear otras fragancias, como las utilizadas en la aromaterapia, por ejemplo. Existen muchas combinaciones de incienso y también puedes crear las tuyas propias. Si escoges esta última opción, conviene que pruebes todo antes de utilizarlo porque supongo que lo último que querrías es inundar tu hogar con un hedor espantoso incluso aunque los resultados mágicos sean magníficos. El alcohol también se ha empleado con frecuencia, pero no te lo aconsejo porque la línea que separa el punto en el que se libera el espíritu y el de la borrachera que interfiere en la práctica de la magia es muy delgada.

Ninguna persona responsable te propondría que tomases drogas, legales o no, para sumergirte en ese estado alterado de conciencia. Es más: se sabe a ciencia cierta que aquellos acostumbrados a tomarlas con este propósito, luego son incapaces de trabajar sin ellas. Hay muchas hierbas domésticas con las que puedes hacerte un té y que te ayudarán a entrar en contacto con tu subconsciente, además de ser muy útiles para las lecturas psíquicas.

5. Bailar

Al baile se ha recurrido en muchísimas ocasiones porque también así conseguimos alcanzar ese estado alterado de conciencia. En trabajos de grupo, el baile es una manera muy efectiva de acumular poder, aunque una bruja también puede conseguirlo sola. Los bailes más efectivos son los que incluyen movimientos circulares. Para entender lo que significa, puedes probar a dar vueltas sobre el mismo punto durante un minuto aproximadamente. Cuando pares deberías notar que la percepción de lo que te rodea ha cambiado.

6. Control Sanguíneo y Empleo de las Cuerdas

Utilizar unas cuerdas para atar a una persona y así conseguir que se reduzca el flujo sanguíneo y que alcance un estado alterado de conciencia es algo que no recomiendo. Aunque no me cabe duda de que hay gente muy experimentada que puede atar a otros y lograr este objetivo, también es cierto que, si uno está solo, puede ponerse en grave peligro y sufrir un daño cerebral o incluso morir si no sabe bien lo que hace. Existen, sin embargo, maneras menos arriesgadas de controlar el flujo sanguíneo, por ejemplo, las que se utilizan en yoga para reducir el ritmo cardíaco.

7. El Látigo

Un uso regular y rítmico del látigo puede inducirte a un estado parecido al trance, pero no es algo con lo que la gente suela sentirse cómoda; además, es casi imposible lograrlo en solitario.

8. El Gran Rito

El Gran Rito forma parte de un ritual que normalmente realiza un grupo de brujas. El rito lo practican, concretamente, un sacerdote y una sacerdotisa que invocan a la Diosa y al Dios y que luego celebran su unión. Se puede hacer de forma simbólica, en cuyo caso la unión se representa con el cáliz y el athamé de una manera parecida a como se haría en el Rito del Vino y de las Tartas, o tumbándose el sacerdote sobre la sacerdotisa pero sin penetrarla. Actualmente, sin embargo, se consuma el rito. Ten en cuenta que el Rito del Vino y de las tartas no tiene ni la misma intención ni el efecto del Gran Rito, sólo se parecen.

Existen otras maneras de reunir poder además de las que forman parte del Camino de las Ocho Vías: el ayuno; tocar el tambor, dar palmadas u otro tipo de música; trabajar con emociones o sentimientos fuertes; darle forma a la energía; conectar con la tierra, y otros rituales como Invocar a la Luna y la Carga de la Diosa.

AYUNO

Un método para desarrollar tu habilidad de reunir poder y de practicar magia que no figura en el Camino de las Ocho Vías consiste en limitarte la cantidad de comida y bebida que ingieres; en otras palabras: hacer una especie de ayuno. ¡Esto, desde luego, no equivale a que te mueras de hambre! Durante las primeras dieciocho horas de las veinticuatro anteriores al trabajo mágico limitarás la ingesta de alimentos y tomarás sólo fruta fresca. En las seis horas anteriores a la práctica no comas nada. A lo largo del período puedes beber tanta agua como quieras y también tés de hierbas naturales. Es evidente, sin embargo, que no debes hacerlo si sufres algún tipo de enfermedad o si estás sometida a mucha actividad. Tampoco, por supuesto, más de una vez al mes. Este régimen purificador te servirá para mejorar la habilidad de reunir poder y para canalizarlo y controlarlo.

MÚSICA

Otra manera de reunir poder que no se menciona en el Camino de las Ocho Vías es la música. Quizá debería haberla incluido en la sección de cánticos, bailes y llamadas. De cualquier modo, la música es una técnica atemporal que se ha estado utilizando desde hace muchísimo tiempo para facilitar la magia. Los ritmos más apropiados son los que surgen de un tambor y con otros instrumentos de percusión, dando palmas y, por supuesto, también mediante el canto. Basta con que vayas a un buen concierto de música vibrante para que te des cuenta de cómo se carga el ambiente. Los intérpretes te podrán decir que sienten que la energía del público aumenta cuando aprecian su música y que ellos, por su lado, emplean ese poder para mejorar la calidad de su actuación. Muchas brujas se sirven de la música para optimizar su trabajo y lo hacen componiendo la melodía ellas mismas o, en ocasiones, utilizando piezas que han grabado previamente. Debo decirte, sin embargo, que a menudo los objetos electrónicos no funcionan bien dentro del Círculo, así que lo mejor es que los dejes fuera.

De todas las técnicas, probablemente las que mejor reúnen el poder son la música, los cánticos y el baile, aunque el ayuno te servirá para perfeccionar cualquier tipo de trabajo mágico.

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PRÁCTICA 1

Experimenta con diversos tipos de música grabada para averiguar cuál es la que más incrementa tus niveles de energía. Quizá también quieras escucharla a distintos volúmenes (¡aunque sin molestar a los que viven contigo o cerca de ti!) y con diferentes tipos de graves. La mayoría de las personas opina que una melodía repetitiva, con un ritmo de base concreto, es lo que les funciona, y suelen estar de acuerdo también en que es mejor la instrumental, aunque es cierto que existen algunas grabaciones y CD’s de cánticos en los que las partes cantadas complementan a la brujería en lugar de distraer la atención. Puedes optar por escuchar piezas regionales, tradicionales y étnicas, porque muchas de ellas se inspiraron en la devoción a la Diosa. Son muy efectivas también las canciones que van aumentando paulatinamente el ritmo y el volumen. Cuando hayas reunido unas cuantas melodías que te gusten, pruébalas todas con el Círculo formado para averiguar cuál te transmite más fuerza.

Lleva este ejercicio un paso más allá y da palmas al ritmo de la música; empieza dando una sola palmada por compás y ve incrementando a dos, tres o cuatro palmadas por cada compás. La idea es ir aumentando progresivamente la inversión de energía para ir acumulando el poder. Si tienes un tambor, puedes experimentar también con él. En la mayoría de los casos, sin embargo, es mejor golpearlo con las manos que con cualquier baqueta porque la idea es reunir poder, no dedicarse a hacer mucho ruido.

No esperes que los resultados sean inmediatos. La mayoría de las cosas relacionadas con la brujería tardan en aprenderse y en perfeccionarse. Recuerda que debes tomar nota de tus pensamientos y sentimientos.

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PRÁCTICA 2

Cuando por fin hayas encontrado la música que te guste, trata de expresarte bailándola. Incorpora movimientos circulares y giratorios. Practica hasta que des con un baile con el que sientas que acumulas energía. Al principio debes hacer esto sin trazar el Círculo; de esta manera, a pesar de reunir la energía, ésta se disipará con rapidez y no te quedarás con un poder sin canalizar.

No te preocupes si durante un rato eres muy consciente de ti misma; nos ocurre a casi todos, ¡aunque quizá te sientas más cómoda si te aseguras de que nadie puede verte! Cuando estés preparada, haz sonar la música en el Círculo en el momento en el que pretendas llevar a cabo un hechizo sencillo y comprueba si detectas alguna diferencia en tu poder mágico.

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PRÁCTICA 3

Busca algunos cánticos paganos y wicca; trata de encontrar los que sean más sencillos de aprender y muy repetitivos. Memoriza un par de ellos y practícalos tocando y sin tocar el tambor y las palmas. Empieza despacio y luego ve aumentando el ritmo de forma gradual hasta que cantes tan rápido como puedas. La ventaja de componer tu propia melodía es que podrás variar el ritmo a tu antojo para acumular la energía que emana de ti.

En la brujería solemos utilizar una secuencia de tres o cuatro cánticos, cada uno de ellos repetido en varias ocasiones, y a menudo terminamos coreando el primero. Para que entiendas a qué me refiero, te pongo uno de ellos. Repetimos, eso sí, cuatro veces cada cántico antes de pasar al siguiente:

Isis, Astarté, Diana, Hécate, Deméter, Kali, Inanna.

Señora de la Luna, Señora de la Luna. Ven a nosotros, acompáñanos. Señora de la Luna.

Poder de la música, Poder de la canción, Poder de la magia, haz que ésta fluya.

Isis, Astarté, Diana, Hécate, Deméter, Kali, Inanna.

Si has realizado los ejercicios anteriores, sabrás cómo te sientes al acumular la energía y también qué efecto tendrá sobre tu magia.

TRABAJAR CON LAS EMOCIONES.

Existen también algunas maneras de reunir la energía sin necesidad de realizar ningún tipo de actividad física, pero éstas son, para la mayoría de las personas, mucho más difíciles de aprender y de controlar. Una de ellas consiste en evocar y canalizar los sentimientos más fuertes. Como ya he dicho antes, el problema es que resulta francamente complicado concentrar y manipular las energías cuando estamos implicados de una forma tan íntima. No obstante, merece la pena trabajar en ello porque para algunas personas puede ser el método más eficaz.

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PRÁCTICA 4

Intenta recordar alguna ocasión en la que te vieras sobrecogida por unos sentimientos muy fuertes. Es fundamental que escojas un momento lo bastante lejano como para que te puedas distanciar del sentimiento y, al mismo tiempo, seas capaz de evocarlo con claridad.

Trata de revivir todos los detalles de aquella ocasión hasta que puedas sentir esa emoción. Mientras lo haces, intenta separar el sentimiento de la energía que se está acumulando en tu interior. Esto no te va a resultar sencillo y lo más probable es que te veas obligada a probar con diversos recuerdos y emociones. A algunas personas les parece que evocar la ira es lo más sencillo porque, mientras lo recuerda, también les es más fácil distanciarse de la emoción. Pero otro sentimiento al que es bastante sencillo apelar es al miedo: si tratas de recordar un momento espeluznante de una película, seguramente puedas resucitar aquella descarga de adrenalina que sentiste, aunque no te verás sobrecogida por él porque ahora sabes que aquel momento fue producto del ingenio de los que hicieron la película.

Cuando hayas identificado la sensación de que la energía se va acumulando en tu interior, trata de conservarla y de conjurarla con sólo pensar en ella. Seguramente te llevará muchísimo tiempo de práctica, pero si perseveras podrás convocar la energía a voluntad.

Mientras practicas las técnicas para acumular energía, aprenderás también cuáles te resultan más eficaces. Sabrás cuándo podrás reunirla inmediatamente y cuándo no, y emplearás esta certeza para elegir el momento idóneo para hacer magia y lograr los efectos deseados. Porque, como sabes, todos vivimos instantes en los que es mejor que no hagamos ningún hechizo. Puede ser por el cansancio o porque estemos enfermos, aunque también porque nuestros elementos estén desequilibrados. No obstante, si estás segura de sentirte bien y de que estás descansada, repite algunos de los ejercicios del capítulo anterior antes de volver a intentarlo. Habrá ocasiones en las que la magia no funcione por razones que no sepas identificar, en este caso es mejor dejarlo todo para el día siguiente.

Pero contar con la habilidad para acumular energía no basta, tienes que contenerla. Por eso trazas el Círculo antes de empezar a practicar la magia. Éste tiene dos funciones: la primera es conservar la energía que has reunido, porque, de no hacerlo, se dispersaría en lugar de seguir acumulándose. La segunda es la protección; en algunos momentos abrimos nuestra mente para liberar el flujo energético de tal manera que también somos vulnerables a los del exterior y no todos son positivos. Los pensamientos y sentimientos de aquellos que nos rodean pueden afectarnos y también a nuestra magia, así que el círculo nos resguarda. Otra manera de protegerte a ti y a tu magia (que además te sirve para acumular una cantidad importante de energía) consiste en guardar en secreto que haces brujería. Cuando les hablas a los demás acerca de tus pesquisas mágicas, corres el riesgo potencial de que esa persona lo desapruebe y pueda dirigir, consciente o inconscientemente, un tipo de energía negativa contra ti que puede desestabilizarte e influir sobre tus hechizos. Esto explica por qué, cuando formas un coven con otras personas, todos tienen que estar de acuerdo, porque incluso el rechazo más pasivo puede afectar a la magia. Y no sólo eso, sino que cuanto más discutes o comentas tus intenciones, tanto más reduces la energía que invertirías en el proceso mágico. Piensa en ello de esta manera: si estás triste por culpa de algo o de alguien y hablas mucho de ello, te acabas sintiendo mejor porque esos sentimientos tan fuertes van debilitándose paulatinamente. Y eso mismo ocurre en la magia, porque cuanto más disertas acerca de lo que pretendes hacer, tanto más disipas la energía que podrías haber dedicado a tu objetivo.

DAR FORMA A LA ENERGÍA

A muchas brujas no les basta con pensar en acumular la energía, pero sí que les ayuda en gran medida darle forma. Una de esas técnicas se denomina el Cono del Poder. La energía se aglutina en círculos hasta rellenar un cono imaginario que se encuentra por encima y en el centro de nuestro Espacio Sagrado. La energía se va acumulando capa por capa. Utiliza la base del Círculo como punto de partida y termina por alzarse muy por encima de él. Normalmente se visualiza como una luz eléctrica blanca o azul que puede canalizarse y transformarse en un poderoso rayo. Cuando llega un momento en el que no se puede añadir más energía al cono, ésta se libera para que alcance su destino.

El Cono de Poder también se puede emplear como una especie de faro, especialmente cuando la intención es atraer algo o a alguien hacia nosotros, como ocurriría si estuvieras buscando a un profesor o a un mentor de brujería porque quisieras entrar en un coven.

Otra manera de dar forma a la energía es a través del Dragón de la Tierra. Se suele utilizar, sobre todo, en los hechizos de magia curativa. Debes visualizar a este inmenso dragón enroscado dentro del planeta. Te ayudará imaginarte la Tierra como si la vieras desde el espacio. El dragón se despertará cuando se vaya acumulando la energía e irá donde tenga que satisfacer las necesidades del planeta o de la naturaleza.

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PRÁCTICA 5

Hazte con un dibujo o una fotografía de la Tierra vista desde el espacio; será incluso mejor si es una serie. Lo siguiente que deberás buscar es la imagen de un dragón; uno que te parezca poderoso, pero también atractivo. Sería interesante que las dos imágenes, la de la Tierra y la del dragón, fueran del mismo tamaño o aproximado. Sitúa la del dragón encima de la otra y esta última colócala en algún lugar visible de tu casa. Dedica unos minutos todos los días a mirarla. Al hacerlo, trata de imaginarte al dragón fundiéndose con el planeta.

Cuando ya seas capaz de hacerlo, intenta visualizar al dragón desenroscándose y volando, a deosil, alrededor de la Tierra. Practica con estas visualizaciones, sin intentar hacer magia con ellas, hasta que realmente sientas que puedes ver al dragón con los ojos de tu mente. Llegado este punto, lo más probable es que te des cuenta de que el dragón que ves mentalmente no es el mismo que el del dibujo, pero esto es normal. A la mayoría nos ocurre que el Dragón de la Tierra se transforma en algo muy real después de visualizarlo repetidamente y que, por tanto, acaba cobrando vida propia. Como con los demás ejercicios, toma apuntes después de cada sesión acerca de lo que piensas y sientes. Así verás cómo progresas.

Además de acumular energía también tienes que dirigirla correctamente, lo que conseguirás centrándote en el objeto de la magia, pero no sólo cuando liberes la energía, sino también mientras la acumules. Para esto utilizarás la visualización y varias herramientas y ayudas mágicas como son las imágenes, las velas, etc. Hablaré de todo esto más adelante.

CONECTAR CON LA TIERRA

Después de cada acto mágico, de los hechizos y de los ritos o rituales, deberás «conectar con la tierra». Practicar cualquier tipo de magia implica siempre sumergirse en un estado alterado de conciencia, por lo que tendrás que asegurarte de que regresas al aquí y ahora. Si no fuera así, te encontrarías con que no rindes plenamente en tu vida diaria, y esto puede resultar bastante peligroso a la hora de hacer incluso cosas tan sencillas como cruzar la calle o conducir un coche, porque seguirías estando parcialmente en un plano etéreo. Ocurre, además, que cuando has acumulado poder para realizar un hechizo, lo más probable es que no hayas descargado toda la energía, y ésta podría inmiscuirse en tu rutina cotidiana. Es tan importante conectar con la tierra después de meditar como hacerlo después de un periodo de intensa concentración (aunque éste nada tenga que ver con la brujería).

Existen diversas maneras de hacerlo; posiblemente la más sencilla sea tomar una bebida caliente o dulce, así como algún alimento sólido. Esto no sólo se hace para recuperar la energía que has invertido en el proceso mágico, sino que consigue que todo tu cuerpo trabaje al mismo nivel.

Si estás en el exterior, puedes lograrlo con sólo apoyar las manos y los pies descalzos en el suelo, para permitir así que el exceso de energía penetre en la tierra.

Otra de las técnicas consiste en frotarse con mucho vigor los brazos y las piernas.

En cualquier caso, deberás aprender a diferenciar tu yo mágico del corriente.

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PRÁCTICA 6

Escoge un momento en el que sepas que nadie te va a molestar o que no vas a tener que encargarte de ninguna actividad cotidiana durante al menos una hora. Antes de empezar, prepárate una bebida caliente o dulce y algo ligero para comer. Deja estas cosas en algún lugar seguro de la habitación en la que vayas a trabajar. Ten a mano también algo muy sencillo y que no tena nada que ver con la brujería como, por ejemplo, una revista con la programación de la televisión para ese día o un rompecabezas fácil. Evita cualquier elemento que guarde relación con el fuego, o equipos eléctricos, o cualquier otra cosa que pueda ser peligrosa si no le prestas atención.

Crea el Espacio Sagrado como has aprendido y acumula energía; utiliza las técnicas que te resulten más sencillas y eficaces. No obstante, y en lugar de hacer un hechizo, pasa directamente a la tarea de recoger el Círculo. Ahora intenta llevar a cabo lo que tenías pensado. Fíjate en cómo te sientes y en cuán fácil o difícil te resulta concentrarte en la labor.

Lo siguiente que debes hacer es frotarte los brazos y las piernas con vigor, así como tomarte los alimentos que previamente habías preparado. Haz las dos cosas porque estás realizando un ejercicio bastante extremo; por lo general, no acumulas energía sólo para saber «qué se siente». Repite la tarea y comprueba cuáles son las diferencias entre la primera y la segunda vez.

Si todavía estás trabajando tu habilidad para reunir la energía y no estás segura de si podrás conseguirlo, prueba lo siguiente: prepara la bebida y la comida como he explicado antes, pero en lugar de trazar el Círculo y acumular el flujo, da vueltas durante un minuto antes de hacer cualquier otra cosa. Conecta luego con la tierra como te he explicado anteriormente y vuelve a intentarlo. No es lo mismo, pero te dará una idea de porqué necesitas conectar con la tierra. Como siempre, toma nota de la experiencia en tu diario.

INVOCACIÓN DE LA LUNA

Otra manera de acumular energía es mediante el rito de Invocación de la Luna, que tiene lugar cuando está llena. En la brujería moderna se hace con bastante formalidad. Durante el mismo, un sacerdote invoca al espíritu de la Diosa para que posea el cuerpo de una sacerdotisa, que luego proclama la Carga de la Diosa el resto de los presentes. Cuando el rito se hace bien, la Diosa canaliza su espíritu a través de la sacerdotisa y la utiliza también para hablar a sus devotos seguidores. No obstante, el sistema moderno de Invocación de la Luna, el que aparece actualmente en los libros de brujería, exige que el rio se haga en grupos o que lo lleven a cabo los covens, aunque no tiene por qué ser así. Hay técnicas de invocación que pueden ser muy eficaces para que una bruja sola acumule energía.

He querido abarcar todas las posibilidades en este libro, de modo que incluyo el rito de Invocación de la Luna para que lo puedas realizar con un grupo o en un coven, y también el Ritual de Luna Llena, que pueden hacer las brujas solas.

La sacerdotisa permanece de pie, dándole la espalda al altar y, si puede ser, mirando a la Luna. El sacerdote inicia el rito dándole el Beso de las Cinco vías. La sacerdotisa levanta ligeramente los brazos y pone las palmas de las manos hacia arriba. Mientras él lleva a cabo el proceso, ella debe mirar por encima de su cabeza, hacia la luna llena, y concentrarse en permitir que el espíritu de la Diosa penetre en ella. Con el dedo índice de su mano fuerte, el sacerdote la toca en el sigilo del Primer Grado, es decir, el pecho derecho, el pecho izquierdo, el útero y otra vez en el pecho derecho, mientras dice:

Invoco y llamo a nuestra Madre Poderosa, precursora de la riqueza, por las semillas y las raíces, por los tallos y los capullos, por las flores y los frutos. La invoco para que descienda hasta el cuerpo de ésta, su servidora y sacerdotisa.

Se arrodillará entonces y, abriendo y cerrando los brazos, dirá lo siguiente:

Salve Aradia del Cuerno Amalteano, vierte tu carga de amor. Me inclino humildemente ante ti y te adoro hasta el fin. Con devoto sacrificio adornaré tu santuario y mis labios postraré a tus pies.

Besará sus pies y dirá:

Mis plegarias ascienden junto al incienso quemado. Comparte pues tu arcano amor, oh Poderosa, y desciende para auxiliarme, pues sin ti estoy perdido.

El sacerdote se pone de pie y, mirando al grupo, dice:

Escuchad las palabras de la Gran madre, a ella que en la Antigüedad también se la conoció por los nombres de Artemisa, Astarté, Dione, Melusina, Afrodita, Ceridwyn, Dana, Arianrhod, Isis, Noviad y muchos otros.

Se aparta entonces a un lado y la sacerdotisa, de cara al grupo, levanta los brazos y entrega la Carga.

Hay dos factores clave en este rito. El primero es la habilidad de un sacerdote experimentado para invocar a la Diosa, que puede ayudar incluso a la sacerdotisa más novata a convertirse en el recipiente de la deidad. No obstante, el segundo factor, que es la capacidad de la sacerdotisa para abrir su mente a la Diosa, mejorará sobremanera el rito o contribuiría a que un sacerdote inexperto aprenda más rápidamente la técnica. Es obvio que para una bruja sola esta última característica es esencial, porque no podrá contar con la ayuda de nadie más.

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PRÁCTICA 7

El Diario Lunar — Durante todas las noches de un mes lunar (29 días), tómate un rato para mirar la Luna. Quizá te convenga hacerte con un diario o con un calendario que te informe de la hora a la que sale la Luna en la parte del mundo en la que te encuentras. Es mejor si puedes hacerlo fuera, en el exterior, o abriendo la ventana, pero si es del todo imposible, entonces siempre puedes mirar a través del cristal. Fíjate en qué fase está la Luna; por ejemplo, si es luna nueva, cuarto creciente, llena, cuarto menguante u oscura (cuando no se ve). Intenta darte cuenta también de si está en creciente (que aumenta de tamaño) o en menguante (que decrece). Incluso aunque el cielo esté nublado, deberías poder intuir en qué fase se encuentra. Mientras lo haces, piensa en qué aspecto de la Diosa crees que refleja. Escribe un diario sobre la Luna; sobre los cambios en su tamaño, a que hora sale y qué posición ocupa en el cielo. Si puedes estar en el exterior, trata de averiguar hacia dónde cae la Luna, puesto que también ésta proyecta sombras. Junto con toda esta información, apunta cómo te sientes emocional y espiritualmente tanto en tu vida diaria como cuando haces el ejercicio. Quizá quieras continuar con el diario incluso cuando hayas terminado este capítulo, pues lo encontrarás bastante útil para el futuro.

INVOCACIÓN DE LA LUNA EN SOLITARIO

Como en todos los rituales, asegúrate de que te has preparado y de que cuentas con todo lo que necesitas, incluyendo los alimentos y la bebida para conectar después con la tierra.

En una noche de luna llena, ponte de tal manera que puedas arrodillarte, sin apoyar el peso sobre los talones y siempre de cara a la Luna, bañándote en su luz. Pero antes de adoptar esa postura, debes crear el Espacio Sagrado como lo haces habitualmente.

Arrodíllate bajo la luz de la luna y levanta los brazos por encima de la cabeza, curvándolos ligeramente para rodearla. Cierra los ojos y respira profundamente unas cuantas veces para centrarte. Ábrelos y mira fijamente a la Luna o justo por encima de ella, para no dañarte la vista. Mientras lo haces, piensa en la Diosa Madre. Canta si quieres la siguiente melodía varias veces.

Señora de la Luna, Señora de la Luna. Ven a mí, acompáñame, Señora de la Luna.

Lo puedes hacer en voz alta o baja. Recuerda todo lo que ella hace por nosotros y por nuestro planeta. Visualiza su energía transportada en la luz de la luna derramándose y penetrando en ti. Cuando estés segura de que sientes su energía en tu interior, lee en voz alta la Carga de la Diosa (que encontrarás más adelante) y dedica unos minutos a la meditación. Si tienes pensado llevar a cabo una acción mágica en el Esbat, éste es el momento idóneo.

Cuando estés preparada, deshaz el Espacio Sagrado como sueles y conecta con la tierra antes de recogerlo todo y de escribir la experiencia en tu diario.

La mayoría de las brujas acaban por darse cuenta de que la Invocación de la Luna es un ritual que otorga un gran poder y cuyos efectos vigorizantes perduran más allá de la noche en la que se realiza.

LA CARGA DE LA DIOSA

Esta versión deriva de la Carga de la Diosa de Doreen Valiente, pero también puede escribirla la Suma Sacerdotisa, o la sacerdotisa implicada en el ritual puede pronunciar aquellas palabras que acudan a sus labios en un momento dado. Nosotros solemos recomendarles que memoricen la Carga, pero no es inusual que acaben diciendo algo distinto a lo que se han aprendido.

Siempre que necesites algo, una vez al mes, y mejor si la Luna está llena, podrás reunirte en algún lugar secreto y adorar mi espíritu, yo que soy la Reina de todas las brujerías. Te unirás a aquéllos deseosos de aprender toda la hechicería, pero que aún no hayan descubierto sus más intrincados enigmas; a vosotros os enseñaré lo que todavía desconozcáis. Todos estaréis libres de la esclavitud, y para demostrar vuestra libertad, os desnudaréis en mis ritos. Y bailaréis, cantaréis, gozaréis, haréis sonar la música y amaréis por mí, pues me corresponde el éxtasis del espíritu, así como la alegría de la Tierra. Mi sabiduría se traduce en amar a todas las cosas. Mantén puros tus ideales más elevados, camina siempre hacia ellos, no permitas que nada te detenga o aparte. Mía es la puerta secreta que se abre a la juventud y mía también es la copa del vino de la vida y del Caldero de Cerridwen, que es el Santo Grial de la inmortalidad.

Yo soy la Diosa misericordiosa, que brinda el regalo de la alegría de vivir a todos los corazones humanos. Sobre la Tierra comparto el conocimiento del espíritu eterno y, más allá de la muerte, ofrezco la paz, la libertad y el volver a reunirse con aquellos que ya se marcharon. No exijo sacrificios, pues yo soy la madre piadosa de todos los seres vivos y vierto mi amor sobre la Tierra. Yo, que soy la belleza de las verdes praderas, la blancura de la Luna entre las estrellas, el misterio de las aguas y el deseo del corazón de todos los hombres, invoco a tu espíritu; levántate y ven a mí. Soy el espíritu de la naturaleza, que da la vida al universo. De mí surgen todas las cosas y a mí deberán regresar, y ante mi rostro, amado por dioses y hombres por igual, deberás dejarte envolver en el éxtasis de li infinito. Permite que mi devoción permanezca en los corazones de los alegres y contempla mis rituales, que son producto de todos los actos de amor y de regocijo. Consiente en que exista belleza y fortaleza, poder y compasión, honor y humildad, alegría y reverencia en tu interior. Y tú que deseas acudir a mí, debes saber que no bastará con que me busques y me añores, a menos que no conozcas el misterio; que si aquello que persigues no está dentro de ti, de nada servirá que los busques fuera. Pues he estado contigo desde el principio y soy aquello que se consigue al final de todos los deseos.

INVOCACIÓN DEL SOL

Aunque no hay ninguna razón por la que un sacerdote no sea capaz de canalizar la energía de la Diosa con su magia, existe un ritual complementario que se llama Invocación del Sol. Se lleva a cabo de una forma muy parecida al anterior; no obstante, ni el sacerdote ni la sacerdotisa deben mirar directamente al Sol, puesto que esto no haría más que dañarles la vista. En algunos casos lo que se hace es situar un disco dorado, pero no reflectante, u otro símbolo solar que reciba la luz del sol y que el sacerdote puede utilizar para concentrarse. La Invocación del Sol se suele hacer cuando el Sol está en su punto más alto, en el cénit, por lo que se trata de un ritual diurno. Mientras que la Invocación de la Luna se puede hacer una vez al mes, la del Sol se realiza con mucha menos frecuencia; normalmente sólo en los solsticios de verano e invierno, porque la brujería es un credo basado en la Luna y es a la Diosa a la que acudimos en busca de magia. El Dios es su consorte y su pareja en la Rueda del Año y durante el cambio de las estaciones.

No existe un equivalente exacto para la Carga de la Diosa, y aunque muchos han escrito el suyo propio, la mayoría sigue utilizando una versión de la Canción de Amergin:

Soy el viento en el mar.

Soy la ola en el mar.

Soy el sonido del mar.

Soy el ciervo de siete astas.

Soy el halcón sobre el acantilado.

Soy el rayo de sol

Soy la más hermosa de las flores.

Soy el salvaje verraco embravecido.

Soy el salmón en un estanque.

Soy el lago en la llanura.

Soy la colina de la poesía.

Soy la punta de lanza en una batalla

Soy el Dios que prende el fuego interno.

¿Quién, sino yo, puede desvelar los secretos del dolmen no labrado?

¿Quién, sino yo, puede desvelar las edades de la Luna?

¿Quién, sino yo, puede mostraros los secretos del Sol yaciente?

Durante algún tiempo se pensó que la Canción de Amergin era un texto cristiano, pero se remonta, de hecho, hasta el año 600 a. C., y puede que sea anterior. No hace mucho tiempo empezó a considerarse que podría tratarse de los versos de un druida, pero hay pocas, si acaso alguna, prueba de que él sea el autor.

HECHIZOS DE ENERGÍA

Pese a que lo habitual es que acumules energía para llevar a cabo los hechizos o actos mágicos, algunos tipos de magia requieren unas técnicas muy concretas para obtener el mismo resultado.

Construir el Cono del Poder para atraer algo hacia ti

Una de las preguntas más frecuentes que surgen cuando empezamos a practicar la brujería es ¿cómo puedo encontrar un coven, un profesor o mentor, o a un compañero de andanzas mágicas? Pues el primer paso consiste en saber exactamente lo que estás buscando, y no estoy hablando de grupos o personas específicas, sino de tus necesidades.

Sé concreta: si estás buscando un coven, ¿cuán a menudos podrás reunirte con los demás miembros? Los Sabbats, Esbats y lunas nuevas son treinta y tres días al año, sobre todo por las noches. Piensa en cuánto y hasta dónde estás dispuesta a viajar y ten en mente que muchas de las reuniones finalizarán cuando ya no haya transporte público. ¿Puedes y quieres trabajar fuera, o el mal tiempo podría perjudicar tu salud? ¿Estás buscando una estructura formal, con sesiones regulares de entrenamiento, o una en la que se te exija que hagas un esfuerzo mayor y te responsabilices de tu propio aprendizaje?

Pero si lo que estás buscando es un mentor o un compañero, ¿te sentirías mejor si esa persona fura de tu mismo sexo, o del contrario? ¿Prefieres a alguien con quien puedas reunirte de forma regular o te bastaría con intercambiar cartas y/o mensajes electrónicos? Piensa en qué Camino te atrae más: Hedgewitch, Gardnerian, Alexandrian, etc.

Cuando tengas claro lo que estás buscando, prepara el área y crea el Espacio Sagrado de la manera en que sueles hacerlo. En el centro del Círculo sitúa una sola vela blanca en un candelabro. Acumula la energía de la forma que más te guste, pero, mientras lo haces, visualiza un óvalo de luz blanca levantándose desde el límite de tu Espacio Sagrado. Sigue haciéndolo hasta que se convierta en un cono que se alce muy por encima de tu cabeza. Céntrate en aquello que hayas decidido buscar. Visualiza el cono convirtiéndose en un faro en los cielos que te llevará hasta lo que anhelas encontrar. Cuando esté en la cúspide, libera la base pero permite que el faro permanezca arriba, como si fuera un foco apuntando al cielo. Enciende ahora la vela y mantenla junto a ti hasta que se haya consumido por completo. Entretanto, completa el ritual de la manera habitual y pon después al día tus apuntes.

Debo prevenirte de que si no eres capaz de mantenerte centrada en las cosas que andas buscando y tu concentración acaba por vagar en otra dirección, deberás detener el hechizo inmediatamente y desterrar todo lo que hayas construido en tu visualización. Se trata de evitar que el cono actúe como un faro para aquellas cosas que no quieres que se vean atraídas hacia ti.

SANAR EL PLANETA CON EL DRAGÓN DE LA TIERRA

Esta magia explica por qué muchos practican la brujería, pues con ella pueden preservar a las especies en peligro de extinción, los bosques, evitar que mueran animales en nuestras carretas, etc. Casi todos sus hechizos están destinados a curar el planeta y la vida que en él mora.

Para otros, es un tipo de magia que realizan en aquellas ocasiones que consideran de especial necesidad, por ejemplo, cuando hay un vertido de petróleo u otro desastre ecológico. Te recomiendo que despiertes al Dragón de la Tierra si lo que pretendes es dirigir un hechizo hacia un área geográfica concreta.

Documéntate acerca de una cuestión tan exhaustivamente como puedas. Mira y escucha las noticias de la televisión y de la radio, y lee los artículos que se cuelguen en Internet hasta que sepas exactamente en qué consiste todo. Trata de ser consciente de las causas, por ejemplo: ¿están talando los árboles de una selva tropical para satisfacer las necesidades de las personas de los pueblos y ciudades cercanas que viven en unas condiciones paupérrimas, o sólo lo hacen por los intereses económicos de la industria? Cuando estés segura de que tu propósito mágico es coherente, pon en marcha el hechizo la siguiente luna llena.

Si crees que lo necesitarás, puede llevarte el dibujo o dibujos que hiciste del Dragón de la Tierra (en la práctica 5) al lugar donde vayas a trabajar. Traza el Círculo de la manera habitual. Acumula energía con la técnica que te parezca más útil. Canaliza ahora ese poder para visualizar y despierta al dragón. Llámalo hasta que lo veas levantándose, desplegando sus grandes alas y estirando la cola tras de sí para alzar el vuelo. Obsérvalo hasta que lo veas dar tres vueltas al planeta. Ahora canaliza la energía hacia la región que necesita ayuda y, tras explicarle al dragón la naturaleza del problema, dirígelo hacia allí. Visualízalo volando en picado a la zona, mira cómo entra en ella, penetrando hasta las profundidades de la Tierra. Imagina que solventa el problema y que le devuelve al lugar toda la vida, la salud y la riqueza que poseía anteriormente. Cuando estés segura de que el dragón ha terminado su tarea, dale las gracias y déjalo que vuelva a descansar. Completa el ritual como siempre y toma nota de la experiencia.

Por desgracia, muy pocos contamos con la energía suficiente como para lograr sanar la Tierra nosotros solos, pero cuando se reúnen muchas brujas para practicar esta técnica mágica, consiguen ayudar al planeta en cierta medida. Algunas opinan que en cada ritual de luna llena deberían llevarse a cabo tres hechizos: el primero para uno mismo, el segundo para otra persona y el tercero para el planeta.