El mar está repleto de santos. ¿Lo sabías? Lo sabías: eres un niño grande.

El mar está repleto de santos y ha estado repleto de santos durante años. Desde hace más que todo. Los santos estaban allí antes incluso de ser dioses. Los estaban esperando, y allí siguen ahora.

Los santos comen pescado y marisco. Algunos pescan medusas y algunos comen basura. Algunos santos se comen todo lo que encuentran. Se esconden detrás de las rocas, se vuelven del revés, esputan espirales. No hay nada que no hagan los santos.

Haz así con las manos. Así. Mueve los dedos. ¿Ves?, ya has hecho un santo. ¡Cuidado, ahí viene otro! ¡Ahora se están peleando! Ha ganado el tuyo.

Ya no quedan santos sacacorchos de los grandes, pero aún hay unos que son como sacos, y unos que son como roscas, y unos que son como túnicas con las mangas ondeando. ¿Cuál es tu santo favorito? Yo te digo el mío. Pero primero espera un momento, ¿sabes qué es lo que los hace a todos santos? Forman todos una familia sagrada, son todos primos. Entre sí, y de… ¿sabes de qué más son primos?

Eso es. De los dioses.

Muy bien. ¿Quién te hizo a ti? Ya sabes qué tienes que decir.

¿Quién te hizo?