[1] Entre las personalidades a quienes comunicó sus reflexiones figuraban Julián Besteiro y Felipe Sánchez Román, quienes se mostraron de acuerdo. A Prieto la idea le pareció irrealizable. Álvarez del Vayo rechazó la idea tajantemente. Araquistáin hizo una mueca de extrañeza en cuanto le oyó. Ossorio y Gallardo afirmó que «si no hay victoria, no queda más recurso que morir». <<
[2] En aquellos momentos Morel pensaba que el árbitro de la situación sería posiblemente la CNT, indecisa entre una resistencia desesperada o el pacto con los sublevados. De su análisis tiene importancia el que no destacase para nada el factor comunista. <<
[3] Un ejemplo entre muchos: en el vapor Aniene, que zarpó el 15 de septiembre, se enviaron a Franco 12 aviones CR-32, 10 RO-37, 500 bombas incendiarias de 20 kg y otras de pesos inferiores, 150 000 cartuchos, 5 toneladas de aceite de ricino y 300 kg de grasas. Le había precedido otro envío el día 7 (TNA: HW 12/207, BJ066364s). <<
[4] Esta expresión se encuentra en el informe número 4 del AIS. El original figura en DDI, V, doc. 58. La carrera política y administrativa de De Rossi se expone en Heiberg, pp. 53s. Es curioso que los historiadores conservadores que han puesto el grito en el cielo ante las recomendaciones que Stalin y sus verdugos hacían a la República no hayan dicho mucho sobre las que los italianos hacían a Franco. Bolloten (p. 1110), por ejemplo, ni siquiera menciona la existencia de los DDI en una extensa bibliografía de casi setenta páginas. Esto es consistente con su orientación metodológica, por lo menos extraña, de abordar una situación de guerra centrándose en prácticamente sólo uno de los bandos. <<
[5] Los británicos interceptaron la comunicación, de la que podía colegirse que se trataba de algo realmente importante (TNA: HW 12/207, BJ066385s) e identificaron un navío italiano, el Pancaldo, que llegó el 20 al mediodía y se marchó el 21 por la mañana. <<
[6] Esto podría indicar que la entrevista con De Rossi se celebró algo más tarde y que el navío italiano no fue el Pancaldo sino otro. <<
[7] Su minucioso desvelamiento es uno de los méritos de la reciente obra de Rodríguez Jiménez (pp. 210-224). <<
[8] La información sobre la entrevista Franco-De Rossi, que no suele abordarse en la literatura, se encuentra en TNA, HW 12/207, BJ066419, y aparece en DDI, V, doc. 97. El telegrama de De Rossi lleva la fecha del 23 de septiembre. Por si las moscas, los italianos enviaron personal cualificado, que el propio cónsul había sugerido (Coverdale, p. 107). <<
[9] Consejero municipal comunista de París, oficial de la reserva, será más tarde el jefe de EM de las BI bajo el seudónimo de «Vidal»(Serrano, p. 52). Fue uno de los expertos que en agosto visitaron España. Aunque Skoutelsky también menciona la participación de Manfred Stern ésta parece ser inexacta. Según Brun-Zechowoj (pp. 70s)Stern llegó a Madrid el 10 de septiembre como asesor militar del Comité Central del PCE, empezó a hacer sus primeras armas en el Quinto Regimiento, visitó los frentes e incluso fue a Toledo. Estos datos están tomados del informe que Stern escribió a Manuilski, secretario del Comité Ejecutivo de la Comintern, quien le había enviado a España. Se ha reproducido en Radosh et al., doc. 60. La escasa credibilidad de Martínez Amutio (pp. 20s) se muestra en que no lo identifica como el futuro general y que indica que su llegada se hizo «a primeros de julio», un mundo totalmente diferente. Según tal memorialista, Stern fue el primero en recomendar el envío de material. <<
[10] La afirmación de Jesús Salas Larrazábal (p. 173) de que en este envío llegaron 1360 cajas de fusiles y 4000 cajas de munición no está, en mi opinión, contrastada documentalmente. <<
[11] Abarcaban 57 000 pounds de mantequilla, 156 000 de azúcar, 30 000 de harina, 11 000 de pescado ahumado, 17 000 de alimentos conservados amén de 250 000 latas, 1000 cajas de huevos, etc. (DBFP, p. 392). <<
[12] La decisión de suministro de productos alimenticios se tomó por el Politburó en la segunda mitad de septiembre. Recayó sobre medio millón de latas de carne en conserva de 100 gramos, 100 toneladas de embutido y ahumados de cerdo y 200 toneladas de manteca. El comité de reservas debía liberar otro medio millón de latas de conservas cárnicas de 400 gramos y el Narkomfin habilitar los medios necesarios para financiar la exportación. <<
[13] Saiz Cidoncha (p. 294) afirma, sin indicación de fuentes, que en septiembre ya había llegado un transporte con 33 mecánicos y armeros soviéticos, especialistas en su mayoría en el SB-2. Sorprendente. <<
[14] Ambos militares no dieron precisamente en el clavo. Esas mismas recomendaciones figuran en documentos soviéticos muy anteriores y a ellas aludiremos con frecuencia. Tampoco es irrelevante mencionar que, por supuesto, jamás se molestaron en reproducir ninguna prueba de sus afirmaciones generales y de gran calado, aunque sí algunos documentos puramente tácticos u operativos. Sus errores históricos son inmensos. Dos botones de muestra: el Gobierno del Frente Popular lo formó Largo Caballero; éste pidió ayuda a la URSS, «a pesar de no tener relaciones diplomáticas con ella». Una crítica durísima de tales autores se encuentra en Kowalsky, p. 365, quien les otorga un premio «a la labor más chapucera». Ello no obsta para que Payne los haya elogiado. <<
[15] Quizá en este sentido puedan entenderse las confidencias que Litvinov hizo más tarde, el 16 de noviembre, al nuevo embajador francés, Robert Coulondre, uno de los hombres de Léger: «También nosotros tenemos dificultades y ni yo, ni mis colegas, ni Stalin hacemos todo lo que queremos, contrariamente a lo que se piensa en París»(DDF, doc. 497). Coulondre se apresuraría a señalar que en Moscú no se utilizaba nunca a la ligera el nombre de Stalin. <<
[16] Litvinov se lo reprochó, el 19 de octubre, cuatro días antes de la firma del protocolo del Eje, al nuevo embajador italiano, acusando a Roma de llevar a cabo una política que sólo podía interpretarse como hostil hacia la Unión Soviética. Todo Gobierno que se alineara con Berlín «tenía que despertar en Moscú tal impresión, ya que es evidente hoy que la Alemania nazi es la enemiga declarada de los soviéticos»(TNA: HW 12/208, BJ066777). Pero el que la URSS «debía ser excluida de cualquier plano en la pacificación de Europa», era ya un tono que apuntaba entre los diplomáticos fascistas (Collotti et al., p. 286). Litvinov fue, en particular, muy duro siguiendo la idea de que Italia había continuado trabajando en pos de un acuerdo cuatripartito (con Francia, el Reino Unido y Alemania). Ésta era una de las nociones que le amargaban la vida (Roberts 2000, p. 89). <<
[17] Según Roberts (1999, p. 101) el telegrama se mencionó en una publicación rusa en 1993 pero sin indicación de fecha. Esto nos hace pensar que tal vez sólo se diera a conocer parcialmente. Se encuentra en AVP RF: fondo 010, inventario 11, legajo 53, expediente 71, páginas 56-58. <<
[18] Parte de esta carta se encuentra en Elorza/Bizcarrondo, p. 460. Hay otra parte, que estos autores no han considerado, en Schauff, p. 206. Aquí se recoge de forma más amplia en base al original que, repetimos, se conserva en el legajo de la nota anterior. <<
[19] Que Stalin podía ser un pragmático vigoroso lo ha argumentado Chinsky (p. 72). En un momento en que la lucha contra el fascismo era la pieza central del dispositivo ideológico comunista, Stalin «recomendó» a Kaganovich y Molotov el 15 de septiembre de 1935 que la prensa soviética no cediera a la histeria antinazi. Hay más ejemplos. <<
[20] Cabría añadir que la prensa del PCF había venido remachando que al batirse por España, los republicanos se batían también por la seguridad de Francia: Broué, pp. 74s. El 12 de agosto el dirigente comunista francés Jacques Duclos subrayó que no cabía aceptar que se cercara a esta última. <<
[21] En lógica correspondencia Vansittart, en su viaje a Alemania durante el mes de agosto, no había detectado la menor posibilidad de que Hitler considerase seriamente un acercamiento a la URSS. <<
[22] Desgraciadamente, no puedo coincidir en este punto con mi buen amigo Moradiellos (2006, p. 335) al sobreenfatizar los motivos políticos y estratégicos en el cambio estaliniano. <<
[23] Esta ejecución fue un hito. Era la primera vez que se aplicaba la pena capital a encausados que habían sido revolucionarios de la primera hora y, además, ocupado funciones de la más alta importancia. El teniente coronel Simon lo subrayó en un informe secreto del 29 de septiembre. SHD: legajo 7N 3122. <<
[24] Según puede seguirse en su correspondencia con Molotov, ya en 1930 Stalin había inducido una fusión personal muy intensa entre la dirección del PCUS y el Gobierno (Lih et al., pp. 68s). <<
[25] Como recuerda Dullin (2001, pp. 15s) en la literatura existe una discusión todavía no zanjada sobre los postulados últimos de la política exterior estalinista: unos acentúan las dimensiones de Realpolitik, otros los objetivos ideológicos. En mi opinión, en septiembre de 1936, y para el caso español, puede descartarse la «exportación» a España del modelo soviético, aunque esto siga aflorando en la literatura. Ahora bien, ello no significa que la decisión estuviese al margen del contexto de exacerbación ideológica y de lucha contra el trotskismo y otras desviaciones izquierdistas que se avecinaba. <<
[26] Utilizamos la caracterización de «cuasi-exterminador» a sabiendas de que no responde a una categoría reconocida porque deseamos ubicar a Orlov si no entre los killers profesionales sí al menos entre aquéllos que no dudaban un segundo en contribuir al derramamiento de sangre ajena. <<
[27] No hay que olvidar que en septiembre/octubre de 1936 los rusos trataron de avanzar en el terreno militar con Francia, a fin de robustecer una postura común contra Alemania y reducir el grado de dependencia de París con respecto a Londres (Dullin, 2001, pp. 156s). <<
[28] Los detalles se encuentran en un informe secreto referido a los acontecimientos de octubre y noviembre del teniente coronel Simon, fechado el 5 de diciembre de 1936. SHD: legajo 7N 3122. <<
[29] Por ejemplo, McDermott y Agnew (p. 140). En este contexto no estará de más recordar que, precisamente en el momento en que Stalin se encaminaba hacia su decisión, en Moscú se sopesaba con cuidado la mejor forma de reaccionar ante los tonos dialécticamente agresivos del congreso del Partido Nazi. Mientras unos propugnaban una respuesta robusta (incluidos Litvinov y el embajador en Berlín), otros (entre ellos Kaganovich) se decantaban por un tono mesurado. Sometida el 14 de septiembre la cuestión a Stalin, éste prefirió escoger la segunda opción (R. W. Davies et al., p. 356), lo que fue confirmado por el Politburó el día 20. Osoboy Papki, doc. 246. <<
[30] En la entrevista de Litvinov con el nuevo embajador italiano éste ganó la impresión de que el miedo al Tercer Reich empezaba a convertirse en una auténtica obsesión. <<
[31] Que, no cabe olvidar, también era un argumento coetáneo. Se encuentra por ejemplo en un despacho de la embajada italiana en Moscú del 16 de septiembre que los británicos interceptaron (TNA: HW 12/207, BJ066349ss). Lo propaló Krivitsky y desde entonces hasta hoy en día no ha dejado de tener valedores, sobre todo en las filas de la derecha y los guerreros de la guerra fría, que no han ido mucho más allá. <<