[1] Esta información contradice exactamente la afirmación que hace Martín Aceña (2001, p. 134) de que desde Whitehall no se dieron instrucciones para desaconsejar las transacciones con el Gobierno republicano. <<

[2] La reconstrucción que sigue está basada en la documentación reproducida por Gordón Ordás, pp. 709-715 y 729; en los telegramas descifrados por los servicios británicos (TNA: HW 12/208s, BJ066508, —18—, 93, —624—, 39, —68—, 953, —68, 67035—, 86, —272 y— 329); en el «Relevé des opérations efectuées du 25 juillet 1936 au 17 novembre 1936»(SAEF: B33673) y en Howson (pp. 238ss). <<

[3] Aludía a 50 cazas, 16 ametralladoras antiaéreas, 60 ametralladoras Lewis, 24 cañones de tres pulgadas, 20 000 rifles Springfield o más y hasta 100 millones de cartuchos. <<

[4] El COCM recibió el 4 de noviembre la siguiente orden de Negrín: «En respuesta a la comunicación de ese Centro fecha de 30 de octubre último referente al Midland Bank de Londres y otros corresponsales, este Ministerio ha tenido a bien autorizar al Banco de España para que tanto las órdenes de situaciones en el extranjero como las que en lo sucesivo hayan de originarse puedan ser ejecutadas directamente por mediación del Banco de Francia o la Banque Commerciale pour l’Europe du Nord». ABE: Secretaría, legajo 436, carpeta 23, doc. 56. <<

[5] Howson recoge que se había indicado al Midland Bank que, en todo caso, la grafía catalana «Ordax», más corriente, era la del registro diplomático, que se trataba al fin y al cabo del matronímico y que sólo había un embajador español en México que se apellidara Gordón. Al parecer se introdujeron a tres personas de la embajada para el caso de que el embajador estuviera ausente. <<

[6] Entre ellos cuatro baterías Schneider de 75 mm, una batería de montaña Vickers y otra de campaña Mondragón. <<

[7] Dado que los servicios de inteligencia británicos seguían de cerca las andaduras de Gordón Ordás, puede suscitarse la hipótesis de si «alguien» pasaría un soplo al Midland Bank, antes o después. No sería la primera vez que en los documentos, incluso los de archivo, no figurase toda la verdad. A la afirmación de Martín Aceña (p. 136) de que las autoridades financieras británicas no tuvieron conocimiento del incidente habría que oponer que el Martin’s Bank se plegó a las advertencias antirrepublicanas. La información está tomada del dictamen emitido por el asesor-jefe del Banco de España franquista, César Antonio de Arruche, el 28 de octubre de 1937, reproducido en Viñas, 1976. Referencias en pp. 482s. <<

[8] En AFIP, carpeta Hacienda, se hallan dos telegramas que dan detalles sobre la realización de las transferencias a favor de Gordón Ordás, De los Ríos y Méndez. <<

[9] Se encuentra en ABI: C 43/ 446, nota del 16 de septiembre. <<

[10] TNA: FO 371/21382. El Foreign Office destacó en particular la conclusión: sería erróneo considerar que después de un año de guerra el Gobierno de Valencia se encontrase en serias dificultades financieras. Esto podría considerarse como un tributo indirecto a la gestión de Negrín. <<

[11] Barcia (p. 60) resumió el sentir de muchos republicanos al enjuiciar la política de no intervención como resultado de las acciones de los «gobiernos, las clases adineradas —no todas—, los elementos católicos y una gran parte de la burocracia tanto civil como política». Echaron su peso en la balanza «los elementos financieros, los grandes bancos y las más altas empresas industriales. La City fue una enemiga implacable, frenética, de la República Española». <<

[12] Utilizadas en primer lugar, es de justicia reconocérselo y agradecérselo, por Martín Aceña (2004, pp. 163ss). <<

[13] Ya entonces (Viñas, 1976, pp. 100s) indiqué que tales operaciones se hicieron al amparo de la recién creada legalidad republicana a tenor de lo establecido en el decreto reservado del 30 de agosto de 1936. <<

[14] En términos más académicos, Aróstegui (2003, pp. 102ss) ha identificado como cuestión clave en la política republicana la generación de un bloque de poder que pudiera construir un nuevo orden social frente a las antiguas estructuras de dominación oligárquica que habían pasado a defenderse con las armas. La República en guerra nunca pudo resolver las tensiones inscritas en esa búsqueda, alimentadas y azuzadas por la evolución de las hostilidades y su interacción con el entorno, y en la que el PCE pasó a desempeñar un papel preponderante. <<

[15] Hasta entonces los rumores sobre ventas de oro eran múltiples. En un momento próximo al envío a Moscú el almirante Magaz desde Roma comunicó a Burgos que los republicanos remitían vía Nueva York por medio de un barco italiano (¡)172 cajas con oro para pagar facturas en México (TNA: HW 12/209, BJ066884). <<

[16] No hay que hacer historia contrafactual para pensar que, incluso sin la guerra, la República hubiese terminado estableciendo una embajada en Moscú y normalizado relaciones. <<

[17] Para Howson, sin embargo, (p. 312) la compañía la establecieron agentes republicanos no españoles y Alejandro Otero. Cuando Méndez regresó a España le sustituyó otra persona, que no identifica. Según él, terminada la guerra esta persona se negó a justificar cuentas y se quedó con los fondos. <<

[18] Previamente, el primer subgobernador del Banco de España en Burgos, Pedro Pan, había enviado un requerimiento al de Francia, el 26 de octubre, para que no dispusiera del oro. <<

[19] Los servicios de inteligencia franquistas (SIFNE) cooperaron a la tarea de búsqueda de información y proporcionaron detalles sobre las cuentas de Araquistáin en la Banque de Paris et des Pays-Bas (Viñas, 1976, p. 481). <<

[20] A efectos de conocimiento histórico sería interesante dilucidar los pormenores y evolución de la demanda del Crédito Navarro. Por desgracia el expediente en que se conserva (SAEF: B-33673) tiene un plazo de inconsultabilidad de cien años. Si no se modifica, tal vez sea algún historiador de la generación que ahora está creciendo quien verosímilmente pueda reconstruir este singular caso a partir de los años 2036 o 2039. <<

[21] En ello (p. 133) se hace eco acríticamente de las tesis de Martín Aceña quien en su obra más reciente (2004, p. 171) no duda en reiterar tal calificativo y defender la conveniencia de que el oro debiera de haberse quedado en Cartagena. <<

[22] Citado en entrevista en El País, 17 de octubre de 2005. <<

[23] Existía, por ejemplo, un centro de escuchas dependiente del Ministerio de Correos y Telégrafos (PTT), cuyos archivos no se han explotado, que yo sepa, en la investigación. <<

[24] Mi tesis, insisto, es opuesta a la de Martín Aceña (2001, pp. 159ss) para quien París, e incluso Nueva York, eran lugares más apropiados para almacenar las reservas. Los argumentos que aduce son, en mi modesta opinión, débiles y no resisten la contrastación documental. <<