Selección de entre los primeros despachos del embajador español en Moscú
9 de octubre de 1936
Tengo el honor de poner mediante estas líneas en conocimiento de V. E. las siguientes noticias:
1. Presentación de cartas credenciales: En el día de hoy fui recibido por el presidente de la República de la Rusia blanca en funciones de presidente del Comité Ejecutivo Central de la URSS, A. C. Chervyakov (ausente Kalinin con permiso de descanso) a quien entregué las cartas credenciales de mi Embajada. Siendo acompañado por el comisario interino de Negocios Extranjeros, jefe de Protocolo, jefes de varias secciones del Comisariado de N. E.
El Sr. Chervyakov me recibió con notable simpatía y cordialidad reiterada después en la entrevista privada que me concedió. En ésta me hizo manifestaciones de entre las cuales considero debo poner en conocimiento de V. E.: 1. Sus expresiones de satisfacción por la reanudación de las relaciones diplomáticas de hecho entre la República española y la URSS y su contento porque aquélla estuviera representada, según sus frases, por un viejo amigo de ésta. —2. Me hizo ostensible el extraordinario y profundo interés con que en todos los medios de la URSS se siguen los acontecimientos actuales de España, cuya importancia se realiza adecuadamente—. 3. En relación con la reciente concesión de la autonomía al País Vasco extendiose en consideraciones sobre la organización federal de la URSS y las ventajas que de tal tipo de organización pueden derivarse para el fortalecimiento real del Estado, invitándome en consecuencia de sus palabras a verificar un viaje de estudio a la República que él directamente preside (capital Minsk). Se lo agradecí muy sinceramente ya que insistió en ello y a la vista de la repercusión que tal visita pudiera tener de realizarse en un futuro no muy lejano me permito solicitar de V. E. la oportuna autorización. Refiérome naturalmente a la proximidad de dicha República a Polonia. No hubo discurso alguno en el acto de presentación de las credenciales por haberse suprimido aquí dicha costumbre.
2. Recibimiento: Por lo que tenga de significativo respecto a la actitud del Gobierno y del pueblo de la URSS debo manifestar a V. E. que tanto en Leningrado como en Moscú el que se me ha dispensado revistió caracteres excepcionales claramente, contrastados con el ofrecido al Sr. Embajador de Italia, que llegó un cuarto de hora después. En una y otra estación fui recibido por numerosas delegaciones no sólo del Comisariado de Negocios Extranjeros sino de otros varios Comisariados, jefes militares, representaciones culturales, presidentes de los soviets, prensa y numeroso público, debiendo pronunciar yo ante el micrófono algunas frases de agradecimiento en español y en ruso. El Sr. N. N. Krestinsky, comisario adjunto de Negocios Extranjeros que interinamente rije el Departamento, me ha invitado de modo especial en la compañía de otras personas distinguidas de la vida oficial al teatro Vakhtangov donde en respuesta a grandes ovaciones de simpatía y solidaridad al pueblo español me vi precisado a pronunciar un discurso de agradecimiento. Asimismo ha tenido para conmigo repetidas atenciones y me ha puesto en contacto rápidamente con los directores de los diversos servicios departamentales del Comisariado para mayor facilidad de mi trabajo. Por todos lados en esta esfera oficial he observado hasta ahora una gran cordialidad y un muy sincero deseo de ayudarme en mi trabajo. El presidente del Colegio de Comisarios Sr. Molotov me ha invitado para mañana a un almuerzo con objeto de que entre en relación con otros varios comisarios.
3. Conversaciones: De las mantenidas con varios oficiales del Gobierno y del Departamento he podido deducir fácilmente que se dan cuenta perfecta de la situación militar actual en España, la urgencia del caso, punto sobre el cual siguiendo las instrucciones de V. E., concordantes con las indicaciones que me hiciera también el Sr. Presidente del Consejo de Ministros en mi visita de despedida, he insistido machaconamente, y las repercusiones políticas que pudieran implicarse. Hasta ahora el movimiento de solidaridad tan extenso e importante ha tomado sobre todo la forma de colectas en gran escala de dinero para envío de víveres a España, reuniones para expresión de la simpatía al pueblo español en la lucha que sostiene, que tiene lugar en numerosas fábricas, teatros, talleres, etc. y en todo el territorio de la Unión, siendo tema general y constante la discusión de la situación militar en los frentes. Asimismo se respalda con calor las declaraciones del Gobierno de la URSS a través de su representante en el Comité de Londres. Sobre colaboraciones de otro tipo no me considero en situación, a la vista de las manifestaciones oídas hasta ahora y por la representación de las personas con quienes he conversado, a expresar a V. E. juicio de posible importancia. Después de mi entrevista de mañana con el Sr. Presidente del Consejo de Comisarios enviaré nuevo informe.
4. Solidaridad: Hasta el 2 de octubre las colectas organizadas a favor de las mujeres y niños de España se elevaba a 14 061 162 rublos, recogidos en todas las repúblicas y regiones de la URSS, y sobre estos fondos los sindicatos han adquirido y remitido víveres a España en los buques Neva (18 de septiembre), Kuban (27 de septiembre) y Zyrianine (4 de octubre), continuándose las suscripciones con gran entusiasmo.
5. Instalación de la Embajada: De momento el Comisariado de Negocios Extranjeros ha puesto a mi disposición algunas habitaciones en el Hotel Nacional, situado céntricamente. Pero la apreciación de las circunstancias inmediatas me fuerza a recomendar a V. E. se termine lo antes posible esta situación. A tal efecto tal vez fuera lo mejor aceptar el ofrecimiento que han hecho posible solamente condiciones excepcionales (la no incorporación de la Legación del Uruguay a Moscú) de alquilar la casa que a dicha Legación se destinaba, pequeña y modesta. De lo contrario, según me comunican en Negocios Extranjeros, será preciso esperar muchísimo tiempo dada la formidable escasez de viviendas en Moscú.
Teniendo en cuenta la grandísima carestía de la vida en la URSS para los extranjeros convendría traer bien de España o desde otro país próximo los muebles y demás objetos de instalación. Y justamente en conexión con los precios de las cosas y con el coste en general de la vida en este país para los extranjeros me permito rogar a V. E. se reflexione sobre las asignaciones que deberá percibir el personal que deba acompañarme en el trabajo en Moscú.
6. Personal de la Embajada: La apreciación de necesidades inmediatas me haría sugerir a V. E. como más útil y menos dispendiosa dentro de lo posible la composición siguiente de esta Representación: un secretario general de la Embajada, un agregado comercial y económico y un agregado militar. El primero de ellos podría además llevar el Consulado General en esta ciudad. El canciller podríamos fácilmente encontrarlo aquí.
Por otra parte convendría establecer un Consulado en el Mar Negro, preferiblemente en Batum o en Odesa, según los posibles desarrollos de nuestro comercio con la URSS.
Encarezco de la amabilidad de V. E. el pronto envío de esta delegación ya que las condiciones en que actualmente me veo precisado a trabajar —carente de todo personal nacional y sin conocimiento del español, el intérprete que me ha prestado el Comisariado de N. E.— son a más de imposibles, nocivas.
7. Medios de comunicación: En tanto no reciba otras órdenes de V. E. remitiré todas las comunicaciones (por vía aérea a los efectos de mayor rapidez) a la Embajada española en París, con ruego de que las hagan llegar hasta V. E. Informes que pudieran ser de especial reserva podrían seguir hasta el mismo destino utilizando el correo especial diplomático que sale del Comisariado de Negocios Extranjeros ciertos días del mes, según ofrecimiento que me han hecho. Sin embargo, hasta recibir autorización expresa de V. E. me abstendré de usar este procedimiento.
Asimismo, y en tanto continúen las actuales circunstancias de alguna dificultad, me retendré de utilizar la comunicación cifrada directa con Madrid que se hace desde aquí vía Londres, todo lo que me sea posible.
Según he oído en N. E. una prueba de comunicación telefónica directa entre el embajador de los soviets en Madrid y el Comisariado de Comunicaciones ha tenido franco éxito lo que me permito comunicar a V. E. por si pudiera emplearse en un momento dado.
Dadas las condiciones en que por ahora actúo confío sean comprendidas y excusadas la forma y redacción de las anteriores líneas.
11 de octubre de 1936
Continuando las muestras excepcionales de simpatía y solidaridad con el pueblo español por parte de la URSS en el día de ayer V. M. Molotov, presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la URSS, me concedió una audiencia especial de cuyos términos paso a dar cuenta a V. E.
Después de mostrar su satisfacción por la reanudación de relaciones diplomáticas de hecho entre los dos países, inquirió con gran interés y detalle noticias sobre la situación militar en todos los frentes y sus relaciones e importancia que yo expliqué a la vista de un mapa sobre la base del conocimiento previo que había adquirido en mi contacto con el Estado Mayor Central. Destaqué claramente el peso que en el conjunto de la situación, y desde diversos puntos de vista, debía asignarse a los frentes próximos a Madrid recalcando la importancia que uno u otro resultado de la lucha en este frente pudiera presentar para el conjunto del presente y del futuro político de la nación. Ello nos llevó de la mano para explicar al presidente las razones y causas de la superioridad que el enemigo manifestaba en esta zona; particularmente se interesó por las fuerzas de aviación y fechas aproximadas en que empezó a notarse su franca superioridad, aludiendo yo al describir el asunto a la documentación inscrita en el Libro Blanco del cual había entregado hacía dos días un ejemplar en el Comisariado de Negocios Extranjeros. Sobre este punto y por obvias razones insistí mucho acerca del presidente haciendo observar cómo una ayuda de material que pudiera al menos restablecer el equilibrio en el aire podría ser definitiva para el éxito del Gobierno. El presidente me respondió reconociendo la importancia que la «técnica», como en general aquí se designa, y el buen material juegan en la guerra moderna pero expresó su convicción de que el entusiasmo y la energía asimismo entran como factores predominantes. También le expliqué las razones, según mi conocimiento, que habían motivado la decisión del Gobierno de trasladar por el momento la escuadra al Mar Cantábrico, punto que le interesaba. Al aludir yo a las escasísimas ayudas que en orden a material de guerra recibíamos de algunos amigos políticos del extranjero, tema sobre el que me era obligado por las circunstancias reafirmar nuestras preocupaciones, me respondió que le eran conocidas estas gestiones y «que nuestros amigos no nos servían bien». Naturalmente traté de obtener alguna precisión más pero sin resultado. Hizo alusión a la nota entregada por Kagan al Comité de Londres y por la cual yo expliqué creía que mi Gobierno la recibiría con agrado y seguramente realizaría su posible gran trascendencia, replicándome que el Gobierno de los soviets hablaba seriamente.
Inmediatamente me invitó a almorzar en compañía de las siguientes autoridades, haciéndome notar los representantes de Negocios Extranjeros el carácter excepcional del homenaje que luego ha tenido en la prensa de aquí y en otros círculos considerable repercusión: Rudzutak, Mezhlauk y Antipov, presidentes adjuntos del Consejo de Comisarios del Pueblo; Kaganovich, mariscal Vorochilov, Yezhov, Rosengoltz y Kaminsky, comisarios del Pueblo; Krestinsky, comisario adjunto de Negocios Extranjeros (Litvinov ausente); Stomoniakov, también adjunto, así como Rukhimovich, mariscal Yegorov, jefe de Estado Mayor; Akulov, secretario del Comité Ejecutivo, y Mogilny, Neyman y Weinberg, jefes de departamento en el Comisariado de Negocios Extranjeros. El banquete tuvo lugar en las habitaciones privadas que ocupa en el Kremlin el presidente del Consejo de Comisarios.
Durante el almuerzo me hicieron numerosas preguntas y solicitaron información sobre la situación militar, política, etc. particularmente el presidente y los comisarios Vorochilov y Kaganovich. Insistí cuanto pude sobre la urgencia de la situación desde el punto de vista militar en cuanto se refiere a restablecer al menos el equilibrio en cuanto a material de guerra, especialmente aviación. La consideración del frente de Madrid llevó a las tres personas más arriba mencionadas a hacerme reflexiones sobre sus experiencias y grandes dificultades en la guerra civil que ellos vivieron y dirigieron en diversos sectores, y a recalcar el papel que el entusiasmo y la decisión tienen en esta clase de luchas. Asimismo insistieron sobre el peso que puede significar una debida preparación del proletariado campesino, haciéndole claramente conocer los propósitos y fines del programa gubernamental respecto a sus necesidades. Un adecuado establecimiento del problema supondría siempre para los rebeldes un enemigo fuerte en la retaguardia, citándome ejemplos del papel que el sabotaje realizado por elementos semejantes jugó en la guerra civil rusa. Les manifesté que en alguna escala este era también el caso en España, particularmente en ciertas regiones, Extremadura y Andalucía, donde los campesinos tenían conciencia de los beneficios derivados de la reforma agraria.
Conviene recalque a V. E. que en un aparte, Kaganovich, que según noticias, goza de buena amistad con Stalin, me comunicó de modo expresivo «que el camarada Stalin está muy interesado en los acontecimientos de España».
Hubo numerosos brindis a la salud de S. E., del Gobierno español, del triunfo de éste, otro personal al jefe del Gobierno L. Caballero, a los que yo respondí con correspondientes respecto a las autoridades soviéticas.
Tanto en la conversación previa como en el almuerzo reiteré el agradecimiento nuestro por las constantes ayudas que en forma de donaciones alimenticias hacían los pueblos todos de la URSS al español, especialmente para las mujeres y los niños.
Terminaré informando que de este homenaje apareció en la prensa soviética un comunicado diciendo estrictamente que se me había hecho este obsequio y las autoridades que fueron invitadas y asistieron.
25 de octubre de 1936
Tengo el honor de comunicarle las siguientes noticias en relación con la actuación de esta Embajada.
1. Visita al Sr. Litvinoff. Inmediatamente del regreso del comisario del pueblo para los Asuntos Exteriores me envió recado que deseaba verme pronto, verificándose la visita el 16 del corriente. La conversación se desarrolló en términos generales sobre la situación política y en mayor detalle preguntándome sobre la situación militar en los diversos frentes. Me dijo que en Ginebra había tenido ya conversaciones con Vd. lo que evitaba de momento entrar en particularidades de otro orden. Nada hubo que yo considerara de especial y urgente interés en la entrevista; en tal caso naturalmente lo hubiera comunicado rápidamente a ese Ministerio.
2. Visita al Sr. Rosengoltz. El 19 visité al comisario de Comercio Exterior. Hablé con él de las posibilidades de intercambio de productos comerciales entre ambos países encontrándole muy bien dispuesto. Pero es absolutamente necesario que persona competente me asesore en estos asuntos. En las actuales circunstancias poco podemos hacer por mucho que sea nuestra buena voluntad.
Me permito recordar al respecto que el comisario de Comercio tiene algún agregado comercial de importancia, el Sr. Vinzer, en la Embajada de los soviets en Madrid, y que ha enviado algún otro, el Sr. Malkoff, a Barcelona.
El comisario de Comercio me ha invitado después a una cena en su casa de campo distante de Moscú a la que asistieron muchas otras personalidades, particularmente de gran importancia el Sr. Gringo, comisario de Hacienda. De la entrevista que reservadamente tuve con los dos comisarios tiene V. E. ya noticias por otro conducto.
3. Visitas a embajadores y demás miembros del Cuerpo Diplomático. En los días pasados he verificado las visitas de presentación y cortesía a los embajadores y ministros acreditados aquí. Recibido con la natural cortesía y consideración. Pero merece destacar: gran simpatía expresa por parte del embajador de Turquía y los ministros de China, Lituania, Letonia, Checoslovaquia y de la República de Tuva. También, aunque más a título personal por mis conexiones con América, por parte de chargé d’affaires de los EEUU, ausente ahora el embajador. Gran reserva y expresiones muy calculadas por parte del embajador de Italia, Sr. Rosso. Correctamente y con mucho savoir faire el embajador de Alemania, conde de Schulenburg.
4. Recepción de VOKS. La Sociedad para las relaciones culturales entre la URSS y el extranjero organizó en mi honor como representante de España una fiesta a la que concurrió gente muy distinguida en las artes, ciencias, aviación, etc. Se contó entre ella lo más saliente entre las notabilidades de Moscú, directores de los museos, de los teatros y academias de arte, escritores, científicos, médicos y artistas más relevantes, entre ellos Prokofieff, el compositor. Me obsequiaron con un banquete, de unas 60 personas, al final del cual el Sr. Aroseff, presidente de la sociedad, hizo el ofrecimiento, reafirmando sus palabras de simpatía al Gobierno y al pueblo de España en frases muy emocionadas Tairof, artista nacional de la República por las Artes, Abrikosoff, profesor de Anatomía Patológica de la Universidad por las Ciencias, y Chkalov, héroe de la Unión Soviética, famoso aviador. Conviene señalar que éste manifestó en su brindis, entre grandes aplausos de los concurrentes y señaladamente de los aviadores presentes, que su ferviente deseo era prestar ayuda personal e inmediata a sus compañeros de España y que una palabra del Gobierno que lo ordenara sería suficiente para convertir este sentido deseo en realidad. Yo contesté a todos en un discurso remarcando nuestra satisfacción por la actitud de la Unión Soviética en la que hemos encontrado comprensión de esta hora histórica y de la trascendencia que para la Humanidad y para el progreso tienen las luchas que se desarrollan en España. Agradecí en nombre del Gobierno y del pueblo español el homenaje, tan singular por la calidad de los reunidos, cité las recientes palabras de Stalin que provocan siempre aquí gran entusiasmo y reiteré mi deseo de que sigan prestándonos los pueblos de la Unión Soviética su simpatía y solidaridad en medio de tanta perfidia e hipocresía como impera en el mundo al tratar de la cuestión española. Luego tuvo lugar una fiesta en que los más grandes artistas de Moscú actuaron con verdadera emoción brindando su arte al heroico pueblo español.
Las muestras de simpatía y solidaridad son constantes y revisten todas formas, desde detenerme los ciudadanos en la calle para desear el triunfo de nuestra causa como homenajes, colectas, reuniones de explicación del movimiento en los frentes y ofrecimientos numerosos de ir a España a combatir, o de prohijar niños de los milicianos caídos en la lucha.
Entre la juventud, según mis informaciones, domina la idea de enviar armamento a España y facilitar combatientes.
El comisario de Industria Ligera Lubimoff va a acompañarme uno de estos días a una visita que haré a la primera fábrica que ha tenido la idea de organizar las colectas en favor de España.
FUENTE: documentos del archivo del Dr. Pascua en poder del autor. Los originales se encuentran en el AHN: Diversos/Marcelino Pascua/1 (2)-20.
(Nota: el despacho del 9 de octubre no figura con los de la anterior referencia. Puede haberse extraviado. En caso de una eventual desaparición, sería fácil reponerlo ya que todos los documentos del Dr. Pascua fueron microfilmados).