Cambio de historia personal y organización
Ayer describimos una cantidad de maneras de cómo pueden establecer contacto o rapport con otra persona, uniéndose a ella en su modelo del mundo, con la intención de ayudarla a encontrar nuevas alternativas de conducta. Esos son ejemplos de lo que nosotros denominamos acompañar (pacing) o reflejar (mirroring). En la medida en que ustedes puedan acompañar la conducta de otra persona, tanto verbal como no verbalmente, estarán acompañando también su experiencia. El reflejar es lo que la mayoría de las personas denominan rapport, y tiene tantas dimensiones como discriminaciones puedan hacer en su experiencia sensorial. Podrán optar por reflejar los predicados de la otra persona, su sintaxis, su postura corporal, su respiración, tono de voz, ritmo de voz, expresiones faciales, movimientos oculares, pestañear, etc.
Hay dos tipos de acompañamiento no verbal. Uno es el reflejo directo, por ejemplo, si yo respiro al mismo tiempo y con la misma profundidad que ustedes. A pesar de no estar conscientes, los afectará intensamente.
Otro modo de hacer acompañamiento no verbal, es sustituir un canal no verbal por otro. A esto lo denominamos «reflejo cruzado». Hay dos tipos de reflejo cruzado. Uno es cruzarse en el mismo canal. Por ejemplo, uso el movimiento de mi mano para acompañar su respiración, a medida que su pecho sube y baja. A pesar de que el movimiento de mi mano es muy sutil, tiene el mismo efecto. No es tan dramático como el reflejar directamente, pero es efectivo. Equivale a utilizar un aspecto diferente del mismo canal: el movimiento kinestésico.
En el otro tipo de reflejo cruzado, uno cambia de canal. Por ejemplo, a medida que le converso… observo… su respiración… y calibro… el ritmo… de mi voz… con el ascenso… y el descenso… de su pecho… Ese es otro tipo de cruzamiento. Yo hago calzar el ritmo de mi discurso con la velocidad de su respiración.
Una vez que hayan acompañado bien, podrán guiar (lead) a la persona en una nueva conducta, simplemente haciendo ustedes mismos un cambio. La pauta de sobreposición que mencionamos ayer, es un ejemplo de esto. Se unen al cliente en su representación del mundo, y luego sobreponen otra representación.
El acompañar y guiar, es una pauta que está presente en casi todo lo que hacemos; si se hace suave y sutilmente, va a funcionar con toda clase de personas, incluso con enfermos catatónicos. En una oportunidad en el Napa State Mental Hospital de California, estuve con un hombre que llevaba sentado varios años en uno de los sillones del pabellón. La única comunicación que me ofrecía, era su posición corporal y su ritmo respiratorio, los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas. De modo que me senté a su lado formando un ángulo de 45 grados en una silla cercana, y adopté exactamente la misma postura corporal… Ni siquiera me preocupé de ser sutil. Así, en la misma posición que él permanecí 40 minutos respirando al compás de él. Al concluir los 40 minutos, empecé a hacer pequeñas variaciones con mi respiración y él me siguió. Así me di cuenta de que en ese momento tenía contacto con él. Podría haber cambiado mi respiración lentamente durante un período de tiempo y haberlo sacado así de su estado. En lugar de eso, lo interrumpí bruscamente y le di una sorpresa gritándole «¡Oye, convídame un cigarrillo!». El dio un brinco en el sillón, al tiempo que decía «No hagas eso».
Tengo un amigo que es Rector de una Universidad. Vive en el delirio de que realmente es inteligente y que tiene mucho prestigio y todas esas cosas. Anda por ahí tieso, con aires de importancia y fuma pipa. El show completo. Vive una realidad completamente delirante. La última vez que estuve en un hospital mental, había un fulano que pensaba que era agente de la CIA. Creía que estaba ahí por los comunistas. La única diferencia entre estas dos personas es que el resto de la gente está más dispuesta a creerle al Rector de la Universidad que al sicótico. El Rector de la Universidad recibe un sueldo por mantener su delirio. A este Rector le diría «Dado que usted es tan inteligente y tan prestigioso, será capaz de», y enseguida diría cualquier cosa que yo quisiera que él haga por mí. Lo acompaño en su delirio y luego lo guío. Si voy a una conferencia académica y estoy ahí en presencia de toda la gente que vive en la realidad psicótica de la academia, voy a acompañar esa realidad. Tendría que presentar un trabajo, porque la experiencia cruda no acompañaría su realidad. Tiene que ir en la forma de un «trabajo científico». Si hubiera experiencia ahí, de todas formas se la perderían.
Con el sicótico que se cree que es miembro de la CIA, al abrir la puerta miraría hacia atrás, cerraría rápidamente la puerta musitando «Por fin logré alcanzarte. Casi me pillan entrando aquí. Ahora rápido, tengo unos pocos minutos para darte estas instrucciones ¿estamos listos? Te tenemos una salida como profesor universitario, queremos que llenes tu solicitud para este trabajo y esperes nuestras noticias. Eso lo podrás hacer muy bien porque has sido entrenado como un agente ¿verdad? Hazlo bien, de modo que no te descubran y te manden otra vez de vuelta para acá ¿entendiste?».
Cuando ustedes se unen a la realidad de otra persona, acompañándolo, eso les dará la sensación de contacto y confianza, colocándolos, además, en posición de utilizar su realidad de tal manera de poder cambiarla.
El reflejo no verbal es un poderoso mecanismo inconsciente que todos utilizamos para comunicarnos efectivamente. Podrán determinar, con sólo observar sus posturas y movimientos. La mayoría de los terapeutas que conozco que reflejan, lo hacen compulsivamente. En un seminario reciente había una mujer que era una excelente comunicadora que reflejaba compulsivamente. A medida que hablaba conmigo, yo me fui deslizando de la silla imperceptiblemente hasta que ella se cayó de su silla. Si ustedes creen en la empatía, significa que tienen que tener las mismas sensaciones y sentimientos que sus clientes para funcionar bien como terapeutas. Por ejemplo, entra un cliente y dice «Bueno, tengo este tipo de respuesta fóbica cada vez que voy por la calle y converso con alguien. Siento que voy a vomitar. Me siento realmente nauseabundo y mareado, como que me voy a caer…». Si sienten que tienen que reflejarlo compulsivamente, entonces se van a sentir muy mal.
¿Cuántos de ustedes han terminado un día de terapia o de trabajo educacional y al irse a casa han sentido como si se hubieran llevado algo de residuo con ustedes? Conocen la experiencia. Las estadísticas indican que la gente que se dedica a terapia vive aproximadamente ocho años menos que el promedio en las otras profesiones.
Si trabajan con gente enferma o moribunda, no querrán reflejar directamente, a menos que realmente deseen una carrera muy corta. La gente que está en terapia está siempre hablando de dolores, de tristeza, de vacíos, de sufrimientos y de diversas tribulaciones intensas de la existencia humana. Si tienen que entender su experiencia sintiéndola o vivenciándola ustedes mismos, entonces lo van a pasar muy mal. Lo importante es tener la opción entre un reflejo directo y un reflejo cruzado. Con alguien que respira normalmente, acompañarlo con su propia respiración. Con alguien asmático, acompañen con movimientos de las manos o alguna otra cosa, de otra forma se van a sentir ahogados.
Ahora hagamos algo con todo esto y lo que hablamos ayer. ¿Hay alguien aquí que de vez en cuando piense en alguna experiencia del pasado que lo haga tener una sensación desagradable?
Muy bien, Linda, esta es terapia secreta. Tu tarea, ahora, es no contarle a la gente que está acá el contenido de lo que ocurre. Porque si les cuentas el contenido, se van a sentir involucrados. Y si se sienten involucrados y comprometidos, les va a costar más aprender.
Cada vez que le pedimos a una persona que salga adelante como demostración, vamos a insistir en que no revele el contenido de lo que quiere cambiar. Por lo general decimos «Quiero que escojas una palabra código, un color, un número o una letra para representar aquello que quieres cambiar». De modo que la persona va a responder «Quiero poder M» o «No quiero tener tres». Eso ya tiene un par de dimensiones positivas. Si el resultado que estamos persiguiendo es enseñarles a las personas a hacer lo que nosotros hacemos, vamos a exigir que sea terapia de proceso limpia y libre de contenido. Lo único que tienen a su disposición para prestarle atención, son los componentes el proceso. No podrán alucinar efectivamente sobre «el número tres» o al menos no tan efectivamente como con «Seguridad» o «Amor» o «Confianza» o cualquier otra nominalización.
Además tiene otra gran ventaja. Si están en cualquier contexto donde la gente se conoce entre sí, habrá personas que sencillamente no estarán dispuestas a trabajar sobre material que ellos piensan podría cambiar su relación con las demás personas presentes. Al hacer terapia secreta, uno se evita esa dificultad, porque nadie sabe precisamente qué estamos trabajando.
Linda, ¿qué es lo que tú recuerdas que te da una sensación desagradable? ¿Es un conjunto de imágenes o una voz? Muy bien. Ya me respondió en forma no verbal. Si hubieran estado mirando sus ojos, los habrían visto moverse primero hacia arriba y a la izquierda y luego hacia abajo y a la derecha. Ella hace primero una imagen visual eidética y luego tiene un sentimiento sobre esa imagen.
Linda, cuando ves esta imagen sientes ciertas cosas que te son desagradables. Ahora me gustaría que observaras la imagen otra vez y compruebes si aún tienes la sensación desagradable. Quiero que lo hagas muy bien. Puedes cerrar los ojos y mirarla detenidamente (pausa). (A medida que experimenta las sensaciones, él la toca suavemente en el hombro derecho). Como pueden ver por todas sus respuestas Linda está diciendo la verdad: Cuando ve esa imagen se siente muy mal. De modo que hay una experiencia del pasado que realmente ocurrió y las cosas no resultaron del modo que le hubieran gustado. Eso es decir lo menos ¿verdad?
Linda: Correcto. La pura verdad.
Así que de tiempo en tiempo te viene una imagen a la mente, y cuando piensas sobre ella sientes las mismas cosas que sentiste como resultado de esa experiencia. Ahora, yo quisiera que pensaras qué recursos tendrías que haber tenido entonces cuando ocurrió eso para haber sentido otras cosas. ¿Qué hubiera hecho distinta tu respuesta ante esa situación? Una respuesta que te hubiera dado un resultado mucho más aceptable. No te apures, porque quiero explicarte bien qué quiero decir por recurso. No significa ayuda externa o algo así, un recurso es algo como más confianza, más seguridad, más afectividad, más cariño, cualquier recurso interno, que provenga de tu interior. A esta altura, claro, ya ha transcurrido bastante tiempo. Ha pasado el tiempo, no sé cuánto, pero durante ese intervalo, desde que ocurrió ese hecho hasta ahora, seguramente has ganado recursos como ser humano a los cuales no tenías acceso entonces. Quiero que escojas un recurso que te hubiera permitido vivenciar la experiencia en forma totalmente distinta entonces. No quiero que me digas cuál es el recurso. Sencillamente quiero que pienses cuál tendría que ser (Pausa. A medida que ella piensa sobre el recurso, él la toca suavemente en el hombro izquierdo).
Alguno de ustedes se habrá percatado de algunos cambios en ella. Vamos a llamar la respuesta que ella obtiene de la imagen Y, y al nuevo recurso que hubiera necesitado entonces, lo vamos a llamar X. Ahora vamos a demostrar. ¿Cuál respuesta es ésta? (La toca en el hombro derecho)… Ahora habrán visto los cambios de color, cambio del grosor del labio inferior, cambio de ritmo respiratorio, cierto temblor en su cuerpo, todo lo cual hemos denominado respuesta Y.
Ahora bien ¿cuál respuesta es ésta? (La toca en el hombro izquierdo)… Ahora cuando digo que ella necesita este recurso X, les he dado tanta información verbal como la que van a recibir de sus clientes cuando les digan lo que quieren. Si un cliente dice «Quiero ser más asertivo, quiero ser más confiado, quiero ser más cariñoso o más respetuoso de las personas», les están dando la misma información, que si dijeran «necesito X». Les han dado incluso menos información, porque si dicen «Quiero ser más asertivo» ustedes van a tomar su propio significado de asertivo y asignárselo a su conducta. Si dicen «Lo que necesito es X», no van a correr el riesgo de entenderlos mal. A veces pienso que sería más fácil hacer terapia en un lenguaje extraño, en un idioma que uno no domine, de ese modo uno estaría bajo la ilusión de que las palabras que escuchara tendrían el mismo significado para la persona que las produce del que tienen para uno. Y créanme, es una ilusión.
Ahora bien ¿por qué ocurre la respuesta y cuando la toco en el hombro derecho…?
¿Se han dado cuenta de lo que ocurre? ¿Alguien se ha percatado de ello? ¿Qué está ocurriendo? Esto realmente parece que acabará con el libre albedrío ¿verdad, Linda?
Linda: Claro.
(La toca en su hombro derecho). Ahora, ¿quién fue que apretó los músculos alrededor de su boca? ¿De quién es el libre albedrío en que creemos? Libre albedrío es una frase cómica, también es una nominalización. Cuando viniste acá respondiendo mi requerimiento, dijiste algo sobre tu propio libre albedrío. Yo dije «Quiero que alguien que hace imágenes que no quiere hacer venga para acá». Esa es una afirmación que dice que alguien está haciendo esas imágenes, y no eres tú. Es tu inconsciente o tu «mamá», uno o lo otro.
Bueno, ¿y qué es lo que está ocurriendo? ¿Alguna otra persona se dio cuenta de lo que está ocurriendo?
Mujer: Cuando le pides que se vuelva hacia adentro y vea la imagen, le pones la mano sobre el hombro derecho a medida que ella siente las malas sensaciones. De modo que ella lo asocia con la sensación en su hombro derecho.
¿Quieres decir que cada vez que yo la toque ella va a tener asa misma respuesta?, (la toca nuevamente en el hombro derecho, y nuevamente ocurre la respuesta Y).
Hombre: Así parece, estoy de acuerdo.
¿Cómo algo tan poderoso se le pudo haber escapado a la sicología moderna?
Aquí están todos ustedes adultos. La mayoría de ustedes ha ido a la Universidad y son comunicadores profesionales. Han descubierto cosas acerca de los seres humanos y acerca de cómo éstos funcionan ¿Y cómo entienden esto entonces?…
¿Les suena el nombre de Pavlov? Este es un condicionamiento directo estímulo-respuesta. Linda tuvo una cierta experiencia, que fue una respuesta a una pregunta de acceso que yo le formulé, fundamentalmente acerca de la experiencia y lo que quiere cambiar. A medida que recuperó plenamente esa experiencia, yo supe que lo había logrado observando sus respuestas. Todo lo que tuve que hacer fue tocarla. Ahora, ese toque, por así decir, está asociado a todo el proceso que ella evocó. Es el mismo proceso, como aquello que ella quiere cambiar. ¿Cómo entonces, si no fuera así, es que ella se hace esa imagen particular, y luego tiene esas sensaciones automáticamente? Ella ve esa imagen y, ¡PUM!, tiene la sensación desagradable. Es el mismo proceso.
Cuando la persona está en un determinado estado de conciencia como la experiencia Y para Linda, uno puede introducirle una nueva dimensión en cualquier sistema sensorial, como por ejemplo, una sensación táctil, el toque. A esto nosotros lo denominamos «anclar», y en este caso es un ancla kinestésica. En la medida que yo repita ese toque con la misma presión, y en un mismo punto sobre el hombro de Linda, y ella no tenga un estado de conciencia que esté compitiendo cuando yo comience, siempre va a reaccesar o recuperar esa experiencia. Es un condicionamiento totalmente directo, constituye, en mi opinión, una de las técnicas encubiertas más poderosas que uno puede utilizar como terapeuta o comunicador. Con dicha técnica podrán conseguir casi cualquier cosa. Yo diría que el 90% de lo que ocurre en terapia consiste en cambiar las respuestas kinestésicas que la gente tiene a estímulos auditivos y visuales «Mi marido me hace sentirme mal» o «mi esposa siempre me enfurece».
Ahora demostremos un modo de utilizar el anclaje, y este que voy a hacer es únicamente un modo de utilizarlo. Lo que quiero que hagas, Linda, es que vuelvas atrás en la experiencia. Cierra los ojos y vuelve atrás, a la misma experiencia. Esta vez quiero que te lleves contigo el recurso (tocándola suavemente en el hombro izquierdo) y quiero que te veas a ti misma respondiendo de un modo totalmente nuevo. Hazlo todo de nuevo hasta que te sientas satisfecha.
Lo que ahora está haciendo es revivir la experiencia, pero con el nuevo recurso a disposición suya —que no lo estaba la primera vez que le ocurrió— hasta que esté satisfecha con su respuesta a esa situación. A este proceso lo denominamos «cambiar historia personal». Se introducen de nuevo a la historia personal, pero con los recursos que no tuvieron entonces. No sabemos cuál es el contenido de esto y tampoco es necesario que lo sepamos. En este momento ella está revivenciando la experiencia. Después de esto va a tener dos historias. La real; «aquella en la cual no tenía recursos consigo» y la nueva; donde sí tuvo el recurso. En tanto cuanto éstas sean experiencias plenas —y eso lo estamos garantizando mediante el anclaje— ambas van a servir igualmente bien como guías de su conducta futura.
Linda: (abre los ojos y se sonríe ampliamente). ¡Me encanta!
Muy bien, Linda, ahora me gustaría que retornaras en el tiempo y nuevamente evocaras la imagen antigua, la que te hacía mal y cuéntame qué te ocurre. Observadores, ¿qué es lo que ven X o Y? Aquí es donde es fundamental la experiencia sensorial. Puede que ustedes hayan realizado la terapia, pero saber si funciona o no es lo más importante.
Hombre: Yo vi una mezcla de X e Y.
¿Cuál fue tu experiencia, Linda? Cuando ves la imagen ¿te sientes igual que como lo hacías antes?
Linda: No, de ninguna manera.
Sin darnos contenido, simplemente dinos de qué modo es distinta tu sensación.
Linda: Ya no tengo miedo.
Hay otro modo de chequear su trabajo. El anclaje puede ser utilizado de muchas maneras. Miren esto (la toca en el hombro derecho). ¿Es la misma respuesta que cuando la toqué anteriormente?
Mujer: Parcialmente.
Parcialmente. Ahora, si estuviera completamente invertido creo que le estaríamos haciendo un mal servicio al cliente. Si están en el oficio de las alternativas están entonces en el oficio de agregar opciones, no disminuir el número de opciones del cliente. No sustituir un circuito rígido estímulo respuesta, por otro. Si tienen un cliente que se siente indefenso e inseguro cada vez que acude a su trabajo y lo cambian, de modo que cada vez que acude al trabajo se siente asertivo, feliz y confiado, a mi juicio no ha avanzado nada. Aún tienen únicamente un modo de responder y cuando no tienen alternativas son unos robots. Nosotros pensamos que la terapia trata de convertir robots en personas y eso no es una tarea fácil. Todos tendemos a robotizarnos. Parte del trabajo es cambiar esa situación inconsciente de modo que las personas realmente tengan alternativas de conducta, sean éstas conscientes o inconscientes.
¿Qué son las opciones? Para mí las opciones o alternativas es tener múltiples respuestas ante el mismo estímulo. Se han dado cuenta que cada vez que leen un libro lo más probable es que no haya palabras nuevas en ese libro. Son las mismas viejas palabras, pero en un orden nuevo. Nuevas secuencias de palabras. No importa dónde vayan. Siempre van a escuchar las mismas viejas palabras o secuencias nuevas de las mismas palabras. Cada vez que leo una novela es la misma cosa. Prácticamente todo lo que hemos dicho hoy día ha sido dicho usando las mismas palabras. ¿Cómo entonces se puede aprender algo nuevo?
Aún nos queda hacer una cosa mas que es muy importante.
Linda tiene la opción de estar aquí sentada en esta sala. Todos han visto eso. Queremos que también tenga esta opción en otro contexto. Seguramente todos han tenido la siguiente experiencia: trabajan con un cliente y tanto ustedes como el cliente saben que tienen nuevas alternativas. Salen del consultorio felices y congruentes y al cabo de dos semanas vuelven y dicen: «Bueno, en realidad no sé lo que pasó. Sabía que…» o peor aún, vuelven y les presentan exactamente el mismo problema sin recordar que eso mismo lo trabajaron hace dos semanas.
Linda estuvo acá en un estado alterado. Alteró radicalmente su conciencia para ir tras esas viejas experiencias e integrarlas con los nuevos recursos. El asunto es —y esto fue un descubrimiento fundamental en la terapia de familias de hace veinte años— que si inducen cambios en un estado alterado de conciencia, conocido también como una institución o un consultorio o un grupo, es muy improbable que los resultados se transfieran la primera vez a la vida real. Es decir, que lo que lograron en ese contexto funcione igual en otro contexto. Tendrán que repetir el proceso varias veces. Tienen que asegurarse que las nuevas introvisiones y los nuevos aprendizajes, las nuevas conductas, las nuevas opciones se transfieran desde este estado alterado de conciencia al contexto adecuado en el mundo real.
Hay un procedimiento muy sencillo que nosotros llamamos «Hacer un puente» (puentear) o «acompañamiento a futuro» que conecta esta nueva respuesta al contexto adecuado. Es otro uso que se hace del anclaje. Ustedes saben cuál es la nueva respuesta y saben también qué es lo que la persona quiere que ocurra en un determinado contexto. De modo que le formulan sencillamente la siguiente pregunta: «¿Cuál es la primera cosa que verías, escucharías o sentirías que te permitirá saber que estás en el contexto donde quieres funcionar con esta nueva opción?».
Linda, seguramente hay otras situaciones en tu vida actual que son semejantes a las que viste en esa imagen ¿verdad? Situaciones donde respondes del mismo modo que respondiste ante esa imagen en lugar del modo como te gustaría responder. Lo que tengo que saber es qué te permite saber que un contexto determinado es semejante a aquel. ¿Es algo que ves, es el tono de voz de alguien, es el modo como alguien se ve, es el modo como alguien te toca…?
Linda: Es el modo como alguien se ve.
Muy bien, quiero que veas como qué se ve y cada vez que veas a alguien que se ve así vas a sentir esto (la toca en el ancla del recurso). Quiero que recuerdes que tienes este recurso particular.
Eso es «puentear». Toma un minuto y medio o dos. Y les garantizo que su trabajo se va a transferir al mundo real. El mismo estímulo que en el pasado suscitaba una conducta maladaptativa estereotipada; la sensación que ella quiere cambiar ahora sirve de estímulo, para lo cual el nuevo recurso es una respuesta. Ahora automáticamente va a tener acceso a una nueva alternativa de conducta en los contextos donde la necesite. No únicamente en la oficina, en el grupo o en la institución. Esto es el condicionamiento estímulo estímulo.
No van a estar aquí para apretarle el hombro así que tienen que hacer que alguna parte del contexto real sirva de gatillo para su nueva conducta. Lo mejor para utilizar como gatillo es aquello que sirvió de gatillo para la conducta indeseada en primer lugar. Si el tono de la voz de su jefe la hace sentirse mal, entonces haga que el tono de voz accese los recursos de creatividad, confianza o lo que sea. De otra forma las viejas anclas existentes serán más fuertes que estas nuevas que han creado y las viejas van a superar los nuevos recursos.
Esto es lo que originó el desarrollo de la terapia familiar. Si toman un niño esquizofrénico y lo internan en un hospital y ahí recibe sus chocolatines, etc., en el orden adecuado, el chico se mejora, se siente bien, está normal, feliz y está aprendiendo cosas. Luego lo devuelven a la familia y otra vez, en asunto de semanas, está esquizofrénico. Entonces dijeron: «¡Ah!, hay algo en la familia que hace que el chico se mantenga igual. Por lo tanto vamos a tratar a la familia entera». No tienen que tratar a la familia entera. Eso es sólo un modo de abordar el problema. Es una alternativa. Si citan a la familia a la consulta las anclas están ahí y las podrán utilizar. De hecho les voy a demostrar. ¿Te puedes sentar, Linda? Gracias.
Me gustaría que dos personas subieran e hicieran el rol de marido y mujer…
Gracias, Larry y Susie. Ahora como esposa, ¿te quejarías un poco? ¿Qué es lo que Larry hace o no hace?
Susie: Toma demasiada cerveza. Jamás mira el fútbol conmigo.
¿Jamás mira el fútbol contigo? ¿Y cómo te sientes con eso?
Susie: Abandonada, enojada.
Abandonada. ¿Así que lo que quieres es que te preste atención?
Susie: Correcto.
Y cuando tratas de obtener atención de él qué —miren eso— él se fue derecho a un acceso visual. Eso es lo que típicamente ocurre. La esposa dice: «Siento que quiero que él me toque» y el marido dice (mirando hacia arriba): «Bueno, no creo que eso sea muy útil». ¿Verdad? Entonces él mira la casa y dice: «Observa, esta casa es un desorden. No puedo ver una casa tan desordenada» y ella responde: «Pero si yo la siento acogedora así».
Lo que voy a hacer aquí es utilizar el anclaje. Diré: «Bueno, yo creo que eso es difícil de creer, pero lo voy a constatar». Así que le hago al marido unas preguntas retóricas sencillamente para obtener alguna respuesta. Larry, te voy hacer una pregunta. ¿Hay veces que sientes que quieres estar muy cerca de ella, prestarle atención y algunos buenos sentimientos y realmente acercarte a ella? ¿Alguna vez te ocurre eso?
Larry: Claro que las hay (Toca suavemente la muñeca de Larry). «Ahora yo sé, basándome en mis experiencias como terapeuta, que una pareja generalmente se mete en problemas con las palabras, porque la gente no es buena con las palabras. A los adultos no nos enseñan a usar las palabras, ni siquiera les enseñan a los niños. De modo que lo que te voy a recomendar, a ti Susie, es que intentes lo siguiente: Te voy a dar una señal no verbal, para que intentes con Larry durante las próximas dos semanas, como modo de saber si él realmente está abierto y dispuesto a prestarte atención. Lo que quiero que hagas es lo siguiente: Cada vez que quieras diez o quince minutos de su atención total y algo de afecto, acércate a él y tómalo de la muñeca así. Muy bien, ¿lo harías ahora? Quiero que chequees y que te asegures que entiendes muy bien lo que te dije».
«Ahora, Susie, cuando hagas esto, míralo y él va a mover la cabeza dependiendo de si siente o no que es un momento adecuado para prestarte atención. De este modo obtendrá un mensaje para ti que no es ambiguo. Porque si te acercaras a él y le dices (en una voz áspera, golpeándole el brazo). ¿Quieres ver fútbol?, puede que interprete mal eso. En este momento puedo despedir a esta pareja así y dejarlos que lo ensayen. Pero primero les diré que esto lo van a usar únicamente dos veces al día. Desde luego que ella va a estar curiosa y lo va a ensayar. ¿Y qué está detrás de la señal “no verbal”? Un ancla. ¿Qué va a ocurrir? ¿Va a mover su cabeza en señal de “sí” o de “no”?».
Ahora, las primeras veces que ella haga esto va a completar todo el asunto. Pero muy pronto ella va a depurarlo, estilizarlo. Va a entrar y con sólo comenzar a acercarse a él para tocarlo va a ser suficiente. Muy pronto bastará con que ella entre, le dé una mirada y eso va a suscitar la misma respuesta.
Las parejas se crean problemas porque no saben cómo suscitar respuestas el uno del otro. La respuesta que intentan obtener es completamente diferente de la respuesta que realmente obtienen. Por ejemplo; digamos que yo tengo un tipo aquí que realmente quiere que ella se le acerque y le haga mimos. Así que se sienta en un extremo de la cama y mira el piso. Ella desde luego asume que lo que quiere es distanciarse y entonces ¿qué hace? Se va. El resultado es que diecisiete años más tarde acuden a terapia y él se queja: «Ella no me apoya cuando necesito apoyo» y ella dice: «Mentira» y él dice: «Durante diecisiete años cuando lo he necesitado no me lo has dado». Y yo le digo ¿cómo le haces saber que lo necesitas? Y él dice: «Bueno, me siento en la cama, demuestro» y ella dice «¡Ah!, yo pensaba que lo que querías era estar solo». Por eso es que decimos «el significado de su comunicación es la respuesta que obtienen». Este es un modo como pueden obtener que las respuestas deseadas estén conectadas a las propias conductas. Ahora, cuando Susie quiera esto, ella tiene un modo bastante directo de elicitar esa conducta en él. Luego que a una pareja les hayan dado unas pocas anclas, comenzarán a hacerlo solos sin saber qué ocurrió. Súbitamente comenzarán a obtener lo que quieren «misteriosamente». Ese es un modo de utilizar las anclas con las parejas.
Ahora bien, la mayoría de las parejas se han habituado a las conductas de cada uno y dejan de hacer cosas nuevas el uno ante el otro. No es que no sean capaces de actuar en forma distinta, sino que están tan anclados en pautas rígidas de interacción que no hacen nada nuevo. Muy pocas veces encuentro disfunciones serias entre parejas aparte de haberse habituado a pautas rígidas.
Cada vez que encuentren respuestas o configuraciones rígidas repetitivas que quieran interrumpir, pueden comenzar anclando algo desagradable o por lo menos que llama la atención y disparar el ancla cada vez que ocurra la configuración o la respuesta indeseada.
En el caso de una pareja que vi en una oportunidad casi toda la experiencia de él en la vida eran imágenes constructivas de posibilidades y la función de ella era responder a cada cosa que él decía, haciendo una imagen idéntica de algo semejante hablando acerca de cómo no funcionaba o cómo no iba a funcionar. Por ejemplo él diría: «Quiero abrir una claraboya en el dormitorio» y ella diría: «Recuerda cuando estuvimos en la casa de fulano de tal y la claraboya se llovía». Jamás tenían otro tipo de comunicación. No había nada más.
A ellos los atendí en mi casa. Cuando entré y me senté dije: «¿Saben? Yo soy un tipo de ciudad y viviendo acá en el campo me he llevado una buena sorpresa. Fíjense que ayer entró una serpiente cascabel aquí a mi living, estaba en el piso. Fue terrible». A medida que decía esto miraba el piso detrás de su silla y lentamente seguí el curso de una culebra imaginaria a medida que atravesaba el piso.
Luego la pareja empezó a hablar. Cada vez que empezaban a discutir y argumentar yo miraba nuevamente el piso y se detenían instantáneamente. Estaban anclando su terror a las culebras a ese tipo de conversación. Luego de más o menos de una hora de eso ya no conversaban. Les resultaba demasiado desagradable, porque luego de un tiempo su desagrado por las culebras se asoció con el discutir. Si van a hablar con alguien y saben que existe la más remota posibilidad de que tengan que interrumpirlos, pueden establecer un ancla así antes de comenzar la sesión.
Pueden interrumpir conductualmente con el ancla o pueden interrumpirlos con palabras como: «Esperen un momento», ¿qué?, o pueden por ejemplo, mirarles el tobillo y decirles: «¿Son alérgicos a las picadas de abejas?». Eso les va a captar la atención. O también pueden decir: «Un momento, acabo de pensar algo que tengo que anotar».
El anclaje es una cosa sorprendente. Pueden anclar el aire y la gente va a responder. Por ejemplo un buen mimo ancla el aire mediante sus movimientos, definiendo conceptos y objetos en espacios vacíos. Hace poco estaba dando un curso de venta y alguien dijo: «Usted siempre nos dice que seamos flexibles. ¿Qué ocurre si uno ensaya un montón de cosas y alguien responde negativamente?». Le respondí: «Lo primero que tienen que hacer es cambiarse de ubicación y luego indicar hacia donde estaban y hablar acerca de cuán terrible es». Eso se llama disociación. Pueden ensayar la «venta dura». Cuando vean que están respondiendo negativamente, pueden dar un paso hacia el lado y decir: «Bueno, ese es el tipo de cosas que alejan a las personas y no debe hacerse» y ensayen alguna otra cosa.
Si realmente quieren hacerse más generativos y están ya aburridos de tocarle las rodillas y los hombros a la gente, es importante saber que el anclaje es una de las cosas más universales y generalizadas que hemos hecho jamás.
En una oportunidad estaba conferenciando a un grupo de doscientos cincuenta sicólogos, hablándoles en forma académica acerca de sistemas representacionales, con libros y dibujando ecuaciones en la pizarra. En la mitad de mi charla académica me fui a un extremo del escenario, miré hacia arriba un momento y dije: «¡Qué extraño!» y luego continué con mi charla. Un momento más tarde miré de nuevo hacia arriba y nuevamente dije: «Puchas, eso es realmente extraño». Esto lo hice un par de veces más durante la charla y la mayoría de los asistentes, en las primeras cuatro o cinco filas, realmente estaban como fijados mirando este punto imaginario en el techo. En seguida me fui nuevamente a un extremo del escenario y les hablé directamente a ellos, con lo que obtuve levitación de brazos y otro tipo de respuestas inconscientes.
Si la gente se diera cuenta que lo que están haciendo no funciona, e hicieran algo nuevo, entonces estar emparejado sería una experiencia realmente interesante. De hecho necesitan hacer algo incluso antes que eso. Primero tienen que darse cuenta cuál es el resultado que desean y entonces percatarse si acaso lo están consiguiendo o no.
Una cosa que hemos hecho con parejas es prohibirles hablarse entre sí: «No pueden hablarse más hasta que yo les diga. Si los sorprendo hablándose el uno al otro, los voy a castigar». Entonces tienen que generar una conducta nueva, empiezan a ser interesantes el uno al otro. Incluso aun manteniendo las mismas pautas de conducta al menos pueden generar algún contenido nuevo. Tienen que aprender a obtener las respuestas que desean. El quiere que ella le planche una camisa, así que entra, se acerca a ella, gesticula con sus manos. Ella sale y vuelve trayendo un pedazo de pan con mantequilla y se lo da. Ahora bien, en el pasado, cuando él decía: «¿Me planchas una camisa?» y ella hacía alguna otra cosa, entonces él la criticaba: «Jamás haces lo que yo quiero» y cosas así. Ahora, cuando le da el pedazo de pan con mantequilla, no la puede criticar porque no le puede hablar. Para conseguir lo que quiere, él tendrá que cambiar su propia conducta, de modo que intenta otra vez. Le entrega la camisa y ella se la pone. El tiene que continuar generando conductas nuevas hasta descubrir una que funcione. Entonces puedo usar ésa como ejemplo. Puedo decirle: «Mira, incluso si lo hago con palabras, si lo que haces no funciona, intenta alterar tu propia conducta».
A medida que aprendan a modificar su conducta estarán estableciendo anclas nuevas. Únicamente la mitad de ellas serán útiles. Pero incluso eso les dará muchas posibilidades nuevas en sus relaciones.
Lo hermoso de la terapia de familia es que la gente trae consigo a la consulta sus propias anclas. Si un niño está respondiendo de alguna manera complicada y problemática, pueden dedicarse a observar a qué está respondiendo, porque ya están ahí todas las relaciones hipnóticas primarias. Cuando los niños tienen una conducta sintomática, ésta siempre es respuesta a algo. La conducta sintomática de cualquier persona es una respuesta a algo y la pregunta es a qué. Es mucho más fácil cambiar aquello a que están respondiendo que cambiar su conducta. Incluso no siempre tienen que saber qué es aquello que suscita la conducta, si bien muchas veces es fácil de decir. Por ejemplo un niño «hiperkinético» que ha venido con sus padres; podrán observar que durante los primeros cinco minutos de la sesión el niño no está hiperactivo. Entonces el padre mira a la madre y dice: «¿Qué vas a hacer con este niño?», con lo cual el niño empieza inmediatamente a brincar. Eso les da una leve indicación de qué es aquello a lo cual está respondiendo el niño.
Pero no van a poder darse cuenta de eso si están metidos para adentro haciendo imágenes y hablándose a sí mismos acerca de qué medicamentos le van a recetar, etc.
Hombre: ¿Y qué pasa si uno tiene un chico suicida? ¿Cómo se busca el estímulo para eso? Siempre deprimido, siempre ahí sentado.
Bueno, noventa y nueve veces de cien, la depresión va a corresponder a una de las configuraciones que ya hemos hablado. Yo no intentaría terapia familiar, por lo menos hasta que no haya tratado la parte del suicidio. Intentaría una pregunta como «¿Qué recurso tendrías que tener como ser humano para saber que puedes continuar viviendo y llegar a ser muy feliz?». Y en seguida hacer lo que hicimos con Linda, un «cambio de historia».
Nuestra presuposición es que cualquier ser humano que llega diciendo «auxilio, necesito ayuda» ya ha intentado con todos sus recursos conscientes y ha fracasado miserablemente. Sin embargo, también presuponemos que en alguna parte de su historia personal tiene algún conjunto de experiencias que pueden servir como recursos para ayudarlos a conseguir exactamente lo que quieren en esta situación particular. Creemos que la gente tiene los recursos que necesita, pero los tienen inconscientemente y no están organizados en el contexto adecuado. No es que el tipo no pueda ser seguro y asertivo en su trabajo, ya que puede ser perfectamente seguro y asertivo en la cancha de golf. Lo único que tenemos que hacer es tomar los recursos de ahí, donde están, y colocarlos donde los necesita. El tiene en la cancha de golf los recursos que necesita para ser asertivo en su empresa y tener confianza en sí mismo, pero nunca ha hecho la transferencia, la conexión. Esas son partes disociadas de sí mismo. El anclaje y la integración que ocurren con éste les va a dar una herramienta para colapsar las disociaciones, de modo que la persona tenga acceso a los recursos en el contexto que los necesita.
Hombre: Hay situaciones en que eso no es así y el terapeuta necesita darle a la persona un…
No, no sé de ninguna.
Hay un fenómeno en el campo de la sicoterapia que parece no ocurrir en otros campos donde he trabajado. Cuando le enseño a alguien a hacer algo y le demuestro que funciona, generalmente me pregunta dónde es que no funciona o qué hay que hacer acerca de alguna otra cosa. De modo que cuando yo demuestro cómo se puede trabajar con las personas a quienes les molestan las imágenes del pasado, muchas veces recibo preguntas tales como «¿Cuándo no funcionará?».
Ahora lo interesante de esa conducta es que si lo que he demostrado es algo que a ustedes les gustaría ser capaces de hacer más valdría la pena que se tomaran tiempo para aprenderlo. Hay muchísimas cosas que no podemos hacer. Si se programan a sí mismos para buscar cosas de utilidad y las aprenden en lugar de descubrir dónde aquello que les estamos presentando, se desarman. Y eso se los garantizo, lo van a descubrir. Si lo usan congruentemente, van a encontrar muchas ocasiones en que funciona. Y cuando no funciona, les sugiero que hagan alguna otra cosa.
Ahora, para responder tu pregunta. El caso limitante es una persona que ha tenido muy, pero muy poca experiencia en el mundo real. Tuvimos un cliente que había estado encerrado durante doce años en casa de sus padres saliendo únicamente para ver al siquiatra tres veces por semana. Además había estado tomando tranquilizantes desde le edad de doce años hasta los veintidós años. No tenía mucha historia personal. Sin embargo, tenía doce años de experiencia televisiva y eso constituía un recurso suficiente para poder comenzar a generar lo que necesitaba.
Voy a reinterpretar la pregunta. Si le preguntan a un cliente «¿Cómo le gustaría ser?» y les responde congruentemente «No sé lo que quiero, realmente no sé. No sé qué recursos tendría que tener para haber funcionado bien entonces». Entonces ¿qué es lo que hace uno? Le pueden pedir que invente un recurso. O también pueden decirle «Y si supieras, ¿cuál sería?», o también «Bueno, y si no sabes, entonces invéntalo. Haz una mentira». «¿Conoces a alguien que sepa hacer esto?». «¿Cómo te sentirías si supieras?». «¿Cómo te verías?». «¿Cómo sonaría tu voz?». Tan pronto como obtengan una respuesta, entonces la pueden anclar. Esta es una forma de construir recursos personales.
Para la mayoría de las personas que vienen a terapia y para todos ustedes ahí sentados, su historia personal es un conjunto de limitaciones en su experiencia y conducta del presente. El anclaje y la construcción de nuevas posibilidades mediante el anclaje puede literalmente convertir su historia personal: de ser un conjunto de limitaciones a un conjunto de recursos.
Otro modo de responder la pregunta es que si la persona no ha tenido la experiencia directa que necesita, como recurso por lo menos tiene alguna representación de cómo debiera ser, aunque sea a partir de la conducta de otra gente. O sea, hay una representación dentro de ellos que denominan «la conducta de otras personas» y que ellos no se permiten. Sin embargo, es una representación que está dentro de ellos. Si la pueden accesar claramente, entonces ustedes la podrán anclar. Esto también lo pueden hacer en forma encubierta diciendo por ejemplo: «Bueno, puedo ver que estás, ahora, mirando imágenes tu representación de tu amigo que sabe hacer esto, —así que podrías fingir como que eres tu amigo durante un momento a indicarme hacia dónde vas, hacia qué te diriges» o bien, «¿Por qué no me muestras con tu conducta algo para que yo me pueda dar cuenta cómo funciona tu amigo Pepe?». «Muéstrame cómo no puedes funcionar tú». Entonces lo anclan a medida que demuestra el recurso que quisiera tener, y esa es una conducta tan real como cualquier otra conducta. O bien pueden obligarlo a hacerlo. Cuando alguien les dice: «¡Puchas!, yo jamás podría ser así o hacer esas cosas» no es necesariamente verdad. Una vez vino una mujer que nos dijo que era imposible para ella decir lo que quería y ser asertiva. Le costaba conseguir la atención de la gente y además era una entrenadora en asertividad, lo que en sí es bastante interesante. Tampoco podía acudir a un terapeuta regular porque eso arruinaría su reputación. Así que le dijimos que esperara un momento, que íbamos a discutirlo y nos fuimos a la sala de espera y estuvimos leyendo revistas durante dos horas y media hasta que finalmente apareció furiosa desde el consultorio vociferando: «Si no vuelven acá, bla, bla, bla…». Si son lo suficientemente flexibles en su conducta, podrán suscitar lo que quieran en cualquier lugar. Nosotros habíamos asumido que esta mujer sabía cómo conseguir la atención de alguien, dado el contexto adecuado. Nosotros le dimos el contexto adecuado, ella tuvo que hacer la movida. La anclamos y luego le transferimos esta conducta a otros contextos donde ella lo quería.
Hay una gran ventaja al hacerlo de esta forma. No hay que decidir de antemano, al trabajar con alguien, cuántas partes tienen y qué es lo que hacen las diversas partes. Creo que en este momento el modelo de AT de Michigan se compone de nueve partes específicas: padre crítico, hijo natural, adulto, pequeño profesor, etc. En las convenciones teóricas discuten acerca de cuántas partes tendría que tener una persona. Así es como los terapeutas y entrenadores en AT se instruyen a sí mismos en cómo organizar la experiencia de otras personas. Ninguno de mis clientes tiene «un padre», «niño» y «adultos» excepto aquellos que vienen luego de una terapeuta AT y entonces realmente los tienen.
Con el anclaje no es preciso decidir antes de comenzar la sesión cuáles serán las categorías legítimas de experiencia o de comunicación humana. Basta con aceptar lo que venga, sin necesariamente entender el significado de nada de ello. Yo aún no sé lo que X e Y eran para Linda, pero sé que puedo funcionar a nivel de proceso sin jamás conocer el contenido y ayudarla a cambiar. No tienen que decidir de antemano cuántas partes le van a permitir tener a una persona. Tampoco tienen que exigir que sus clientes sean lo suficientemente flexibles como para reorganizar su experiencia en las categorías de ustedes. Sencillamente acepten lo que se les ofrece, lo anclan y lo utilizan.
Mujer: ¿Ustedes siempre anclan un sentimiento negativo?
Porque eso ya estaba en el repertorio de Linda.
Nosotros no siempre hacemos nada. A veces es útil anclar la respuesta. Una persona no quiere y hay varios modos de usarla. Todos ustedes han tenido la experiencia de comenzar a trabajar con un cliente en un problema particular —especialmente niños, porque los niños son tan fluidos en su conciencia— y súbitamente descubren que están haciendo otra cosa. El ancla inicial que yo establecí estabilizó las cosas con que íbamos a trabajar, de modo de poder volver a ellas. Si yo hubiera querido irme para atrás, para saber de dónde provenía en la historia personal de Linda, esa ancla me hubiera dado un excelente modo de hacerlo.
En terapia guestáltica, si un cliente se ve atribulado por una sensación o un sentimiento, el terapeuta le dirá: «Intensifica la sensación, quédate con la sensación, exagérala. Andate para atrás en el tiempo… ¿Y qué es lo que ves ahora?». El terapeuta esencialmente está estabilizando una parte de la experiencia de la persona, el componente kinestésico, los sentimientos que tiene la persona. Y están diciendo: «Mantenlos ahí, tenlos constantes y permite que ellos te guíen hacia atrás en tu historia personal para una presentación plena, en todos los sistemas de la situación que estamos trabajando». Mediante un ancla ustedes siempre podrán volver al mismo conjunto de respuestas kinestésicas con las cuales comenzaron, y por lo tanto podrán estabilizar aquello sobre lo cual están trabajando. Ese es otro uso de las anclas.
Otro uso que demostré es la comprobación o chequeo. Luego que hicimos el trabajo de integración y ella tenía los recursos y había revivenciado la experiencia con el recurso, con lo cual cambió su historia personal, le di un momento y luego le gatillé el ancla original. La respuesta que obtuve fue una respuesta integrada, con lo cual me estaba informando, no verbalmente, que el proceso había funcionado. Les recomiendo que jamás dejen saber a sus clientes que están comprobando su trabajo de esa manera. Les da un modo no verbal y encubierto de chequeo para asegurarse que sus integraciones han funcionado, antes de que la persona abandone la consulta. Dado nuestro desarrollo histórico en sicología humanista, la mayoría está acostumbrada a un tipo de retroalimentación explícita y verbal. Esa es la retroalimentación menos útil que pueden obtener de sus clientes.
No hay nada que pueda hacer su cliente que ustedes no puedan anclar o que ustedes de hecho no anclan. Por lo tanto, ya que de todas formas lo van a anclar, más vale la pena saber cuáles son las anclas. Si el cliente llega y dice: «Estoy terriblemente deprimido» y uno sencillamente dice: «Ahá», esa es un ancla tan adecuada como tocarlos en el brazo o en el hombro, y dado que de todas maneras lo van a estar haciendo, vale la pena saber cuál ancla es cuál. Nosotros les recomendamos a las personas en un comienzo que practiquen el uso del ancla kinestésica durante un mes. A medida que hacen eso van a ir descubriendo que, de todas maneras, están anclando constantemente en todos los sistemas representacionales. Por lo general, casi siempre la gente está usando las anclas de un modo que lentifica el proceso de cambio. Porque no saben, sistemáticamente, qué es lo que están anclando o cómo lo están anclando.
Otro punto que vale la pena aclarar cuando preguntan: «¿Ustedes siempre anclan algo negativo?» no había nada «negativo» en eso. El «negativo» es un juicio acerca de la experiencia. No es la experiencia en sí misma, es un juicio hecho específicamente por la mente consciente de la persona. La experiencia de Linda, que había sido desagradable, ahora le sirve a ella, como a los demás asistentes a esta sala, como una base de su aprendizaje en el futuro si es que lo usan de esa manera. Si ustedes crecieron los primeros veinte años de su vida sin una sola experiencia desagradable, lo más probable es que sean personas bastante aburridas y bastante incapaces de encarar la vida. Es importante entender que todas las experiencias pueden servir como un fundamento al aprendizaje, y no es que sean positivas o negativas, deseadas o indeseadas, buenas o malas.
Incluso si uno se detiene, comprenderá que en realidad ni siquiera son. Escojan cualquiera experiencia que crean que les ocurrió y les voy a garantizar que examinándola cuidadosamente llegarán a la conclusión de que no fue así. La historia personal, original, que Linda revivenció hoy a medida que transcurrió la experiencia, es tanto un mito como la nueva experiencia que vivió con el recurso. La experiencia que inventamos es tan real como la que realmente tuvo. Ninguna de ellas realmente ocurrió. Si quieren una demostración, recuerden esto en unos dos o tres meses más. Recuerden haber estado aquí por tres días y luego observen el video que hicieron mientras estaban aquí. Descubrirán que hay muy poca relación entre ello y los «recuerdos» de lo que ocurrió aquí. Dado a que su historia personal de todas maneras es un mito, utilícenla como un recurso en lugar de como un conjunto de limitaciones. Un modo de hacerlo es mediante el anclaje.
Seguramente aquellos de ustedes que han hecho algo de trabajo de «redecisión» en AT como clientes, recordarán todas esas escenas vividas y esas experiencias de cuando tenían dos años y ocho meses de edad.
Mujer: Bueno, las mías realmente ocurrieron.
Nada jamás ocurrió realmente. Lo único que ocurrió es que hicieron un conjunto de percepciones acerca de los acontecimientos. La relación entre su experiencia y lo que realmente ocurrió, en el mejor de los casos, es tenue. Pero realmente sí son sus propias percepciones. El hacer una redecisión acerca de una experiencia que jamás ocurrió, es tan valioso —incluso tal vez aún más valioso— como hacer una redecisión acerca de una que ocurrió, especialmente si es menos dolorosa y si nos abre ante más alternativas. Yo podría instalarles recuerdos muy fácilmente en su memoria que se relacionaran con experiencias del mundo real que jamás ocurrieron y que no habría forma de documentar y que en realidad no son más que alucinaciones bizarras de mi propia fantasía. Los recuerdos inventados pueden servir para producir cambios tan bien como las percepciones arbitrarias inventadas con el correr del tiempo acerca de «los acontecimientos del mundo real». Eso ocurre mucho en terapia.
También pueden convencer a sus padres. Pueden volver y constatarlo con sus padres y convencerlos de cosas que jamás ocurrieron. Yo lo intenté y funcionó. Mi madre ahora piensa que me hizo cosas cuando era niño que jamás ocurrieron. Y yo sé que no ocurrieron, pero la convencí de ello. Le conté que fui a un grupo de terapia y que hice estos cambios que eran realmente importantes para mí y estaba todo basado en mi experiencia de cuando yo era pequeño. A medida que yo nombraba la experiencia, ella buscaba en su historia personal para encontrar algo que se le aproximara, y desde luego que compartimos bastantes experiencias juntos, y pudo encontrar algo que era lo suficientemente semejante como para calzar en esa categoría de lo que yo le estaba relatando.
Algo semejante a lo que sería si yo me siento aquí y digo: «Ahora en este momento a medida que están sentados ahí, tal vez no se den cuenta plenamente de ello, pero pronto se van a percatar de la sensación en sus manos». Si no lo hacen, posiblemente es porque están muertos. Lo más probable es que tengan alguna sensación en sus manos y dado que yo les llamé la atención sobre ello, se van a dar cuenta de la sensación. La mayoría de las cosas que la gente hace como terapia son tan generales, que la gente puede recorrer su historia y encontrar las experiencias adecuadas.
Pueden hacer lecturas «síquicas» fantásticas de esa manera. Tomen un objeto que le pertenece a alguien y lo sujetan en sus manos. Eso les permite verlo bien con su visión periférica. Hablen en primera persona de modo que se identifican directamente y respondan más y dicen algo como: «Bueno, soy una persona… que está teniendo un problema con algo que tiene que ver con una herencia». Y en seguida observan a la persona a quien le pertenece el objeto y ésta dice: «¡Una herencia!, ¿verdad?» y luego dice: «Hum» al recorrer todos sus recuerdos. ¿Verdad?, y en algún lugar de su vida hubo algo que tuvo que ver con una herencia y lo encuentra y dice: «Tiene razón. Mi tío Jorge… ¡ahora lo recuerdo!».
La visión periférica es la fuente de la mayoría de la información visual que yo encuentro más útil. La parte de la retina responsable de la visión periférica está construida fisiológicamente para detectar el movimiento en mucho mejor forma que la parte foveal. Es el modo como está construido. Ahora estoy mirando en su dirección: si hubiera una trayectoria mis ojos estarían en usted. Eso ocurre para situar a las demás personas en mi visión periférica que es una posición para mí muy efectiva. A medida que hablo observo a las personas en la sala con mi visión periférica para detectar grandes respuestas: movimientos, súbitos cambios en respiración, etc.
Para aquellos de ustedes que les gustaría aprender o hacer esto, hay un pequeño ejercicio bastante fácil. Si yo estuviera ayudando a Jane a confiar en su visión periférica, la primera cosa que haría sería pedirle que caminara hasta mí apartando su visión de mí en un ángulo de 45°. Ahora sin cambiar el foco de tus ojos Jane, ya sea mediante una imagen mental de donde piensas que están mis manos, pon tus manos en una posición que corresponde. Ahora mira para verificar si es correcto o no. Ahora mira de vuelta allá y hazlo de nuevo. Una vez que ya puedas esto en 45°, entonces nos moveremos a 90°. Ya estás obteniendo toda la información que necesitas con la visión periférica, pero nadie jamás te ha dicho que confíes en esa información como base a tus respuestas. Esencialmente lo que estás haciendo con este ejercicio es enseñarte a tener confianza en los juicios que probablemente ya estás haciendo al obtener información a través de tu visión periférica. Este ejercicio es una situación estabilizada. Eso es lo más difícil. Los movimientos son mucho más fáciles de detectar. Si puedes obtener información de posición, el asunto del movimiento te será muy fácil.
Esto es particularmente muy importante en trabajos de terapia, conferencias y cosas por el estilo. Yo no le pongo atención a la persona que se está comunicando verbalmente. Voy a mirar a otra persona. Cualquier otra persona me va a dar más información que la persona que está hablando, porque me interesan las respuestas que esa persona está suscitando en los otros miembros de la familia o la conferencia. Eso me da muchas alternativas, por ejemplo, saber cuándo van a ser interrumpidos. Por ejemplo, puedo reforzar la interrupción, hacerla yo mismo o interrumpir al interruptor para permitir que la persona concluya. La visión periférica les da mucha información y esa es una base para tener opciones.
Sus historias personales sirven de base de todas sus capacidades y todas sus limitaciones. Dado que únicamente tienen una historia personal poseen únicamente un conjunto de posibilidades y un conjunto de limitaciones. Realmente creemos que cada uno de ustedes se merece más de una historia personal de donde surtirse. Mientras más historias personales tienen, más alternativas tienen a disposición.
Tiempo atrás habíamos estado buscando un sistema para ayudar en forma expedita a que las personas bajaran de peso. La mayoría de los vehículos que había en esa época no funcionaban y descubrimos que había algunas diferencias bastante importantes sobre el modo como las personas engordan. Una de las cosas que descubrimos es que mucha gente siempre había sido gorda. Había otras personas que engordaron, pero también había muchos que siempre habían sido gordos. Cuando se enflaquecían era una especie de fracaso para ellos, porque no sabían interactuar con el mundo como personas flacas. Si usted siempre ha sido gordo, lo más probable es que jamás fue escogido para que fuera el número uno en su equipo deportivo, jamás se le sacó a bailar en los bailes de la escuela, jamás corrió rápido. No tiene ninguna experiencia en cierto tipo de movimientos físicos y atléticos.
De modo que en lugar de intentar adaptar a estas personas lo que hicimos fue irnos de vuelta y crear una nueva niñez y hacer que crecieran desde ahí, pero siendo una persona delgada. Esto lo aprendimos de Milton Erickson. Milton había tenido un cliente cuya madre había muerto cuando tenía doce años y que había sido criada por una serie de nodrizas. Quería casarse y tener hijos. Pero sabía muy bien ella que no tenía la formación suficiente para responder a los niños de los modos que a ella le gustaría responderles. Erickson la hipnotizó y le hizo una regresión de edad a su pasado donde aparecía periódicamente como «El hombre de febrero». El hombre de febrero aparecía repetidamente en su historia personal y le presentaba todas las experiencias que necesitaría. Este procedimiento lo extendimos un poco más allá y decidimos que no había ninguna necesidad de aparecer únicamente como el hombre de febrero. ¿Por qué no como marzo, abril o mayo? Empezamos a crear historias personales para gente, donde tenían la experiencia que necesitarían como recurso a todos los tipos de conducta que deseaban tener. Luego lo extendimos del problema de gordura a otros tipos de conducta.
En una oportunidad lo hicimos con una mujer que había crecido siendo asmática. Al consultar tenía cuatro hijos, quienes querían tener un animalito regalón. Ella había acudido donde un excelente alergista quien insistió que no era alérgica a los animales, al menos que él pudiera percatarse. Cuando él la ensayaba sin decirle cuáles eran los alérgenos no reaccionaba a ninguno de los animales. Sin embargo, si la ponían en presencia de un animal o le decían que había habido un animalito en la pieza recientemente, tenía una reacción alérgica muy fuerte. De modo que sencillamente le inventamos una niñez donde creció sin ser asmática. Además descubrimos una cosa increíble. No sólo perdió su respuesta alérgica a los animales, sino que también a las cosas que se habían descubierto que eran alérgenos mediante pruebas cutáneas.
Mujer: ¿Cuánto tiempo tomó esto y utilizan hipnosis?
Richard: Todo es hipnosis.
John: Hay un gran desacuerdo entre nosotros. No hay tal cosa como la hipnosis. Preferiría no utilizar el término ya que no se refiere a nada.
Nosotros creemos que toda la comunicación es hipnosis. Esa es la función de cada conversación. Digamos que yo me siento a comer con ustedes y empiezo a comunicar alguna experiencia. Si le cuento acerca de una vez que me tomé unas vacaciones, mi intención es inducir en usted un estado de tener alguna experiencia acerca de esas vacaciones. Cada vez que alguien se comunica están tratando de inducir un estado en otro utilizando secuencias de sonidos denominados «palabras».
¿Aquí habrá algún hipnotista oficial? ¿Los demás de ustedes saben qué son hipnotistas extraoficiales? Tenemos uno. Y el resto aún no lo sabe. Es importante estudiar hipnosis oficial si uno va a ser un comunicador profesional. Tiene en sí los fenómenos más interesantes acerca de las personas. Una de las cosas más fascinantes que van a descubrir cuando sean totalmente competentes en usar las nociones ritualísticas de la hipnosis tradicional es que van a tener que repetirlas otra vez. Un programa de entrenamiento en hipnosis no es para sus clientes, es para ustedes, porque descubrirán que el trance sonambulístico es más bien la regla en lugar de la excepción en la actividad cotidiana de las personas. Descubrirán también que la mayoría de las técnicas en diferentes tipos de sicoterapia no son más que fenómenos hipnóticos. Cuando miran una silla vacía y empiezan a hablarle a su mamá ese es un «fenómeno de trance profundo» denominado Alucinación Positiva Auditiva y Visual. Es uno de los fenómenos profundos de trance que define el sonambulismo. La amnesia es otra configuración que se ve en todas partes… ¿De qué estamos hablando?
Recuerdo en una oportunidad, más o menos dos meses luego que entré al campo de sicología y empecé a estudiarlo. Estaba en una sala llena de adultos vestidos con terno y corbata. Había un hombre que estaba hablando a estas sillas vacías. Uno de ellos dijo: «Me siento estúpido» y me puse a reír. Todos me miraron como si yo estuviera loco. Estaban hablándole a gente que no estaba ahí y diciéndome a mí que la hipnosis es mala.
Una de las cosas que va a ayudar a las personas a ser buenos terapeutas será ser capaces de mirar lo que hacen y escucharlo y darse cuenta cuán absurda es la mayoría de las cosas que transcurren en terapia. Eso no significa que no funcione, pero, definitivamente, es el mayor teatro del absurdo existente en este momento. Y cuando digo absurdo quiero que separen la noción de absurdo con la noción de útil, porque son dos asuntos totalmente distintos. Dada la situación particular, cultural, económica de los Estados Unidos ocurre que la terapia es una actividad que pienso es bastante útil.
Por responderles la otra mitad de sus preguntas, generalmente ya no les creamos historias personales a las personas. Lo hemos hecho durante cinco horas y lo hemos hecho también durante quince minutos al día durante seis semanas y en una oportunidad le enseñamos a alguien a hacer distorsión del tiempo. Y lo hicimos en cuatro minutos. En otra oportunidad programamos a una persona a hacerlo cada noche mientras soñaba. Literalmente le instalamos durante un trance sonambulístico un generador de sueño que le produciría la historia personal requerida y, en seguida, que recordara esto en vigilia al día siguiente, todos los días. De lo que yo sé, aún tiene la capacidad de crearse historia personal diariamente para cualquier cosa que quiera. Cuando lo usamos para hacer trabajo de cambio con los individuos, una sesión para nosotros podría durar de treinta segundos a siete u ocho horas.
Nosotros estamos en una situación diferente que ustedes. Nosotros somos modeladores. Nuestra tarea es probar todas las configuraciones que conocemos, de modo que cuando realizamos un seminario como éste, podemos ofrecerles las configuraciones que ya hemos verificado como efectivas ante los problemas que suponemos van a tener que enfrentar.
Hace poco entrenamos a un grupo de personas que trabajan en una clínica de salud mental. El director de la clínica tomó muchos cursos con nosotros y aplican este tipo de trabajo en la clínica. Son financiados por el estado, no tienen que ganarse la vida con clientes. Ahora el promedio de las visitas de los clientes-pacientes antes del alta es de 6 y casi no tienen recaídas. Su trabajo perdura.
Una de las cosas más interesantes es que el médico que dirige la clínica también tiene su consulta privada. Y en su práctica privada es muy posible que vea a un cliente doce o quince veces en lugar de seis veces y jamás se le ocurrió pensar qué ocasionaba esto. La misma configuración que pueden utilizar para cambiar a alguien rápidamente e inconscientemente puede ser utilizada para engancharlo y mantenerlo como paciente. Una cosa extraña acerca de la terapia: mientras más eficaces son, menos dinero ganan. Porque los clientes obtienen lo que quieren y se van, ya no siguen pagándole.
Mujer: Tengo a una paciente que no puede soportar que la toquen debido a una experiencia de violación. ¿Cómo debiera anclarla?
Puedes anclarla en cualquier sistema, pero yo recomiendo que la toques porque esa es una afirmación acerca de sus limitaciones. Lo que puedes hacer es comenzar accesando alguna experiencia realmente agradable en ella y luego anclar eso y después expandir el ancla poco a poco hasta que disfrute que la toques. De otra manera va a responder de esa forma por el resto de su vida. Si respetas su limitación, yo creo que le estas haciendo un mal servicio. Esa es la persona que uno quiere que pueda ser tocada sin tener que recordar la violación. Y desde luego que es importante como secuencia, el trabajo. Comienza con un marco positivo, por ejemplo puedes comenzar hablando con ella antes de que comience la terapia acerca de una vacación o alguna otra cosa muy agradable y cuando tengas la respuesta, ánclala. O puedes chequear para asegurarte que al menos alguna vez en su vida ha tenido una experiencia sexual agradable y ancla eso.
Hombre: ¿Es preciso anclar en forma tan obvia como has estado demostrando hasta ahora?
Nosotros estamos actuando en forma obvia y exagerada acá, al anclar, porque queremos que observen el proceso y aprendan cómo ocurren los cambios. Si hubiéramos hecho que Linda viniera acá y la hubiéramos anclado auditivamente, con tonalidades de voz, no habrían tenido idea de lo que hacíamos. Mientras más encubiertos son y más disimulados, mejor les va a ir en su práctica privada. Pueden ser muy disimulados en el modo como tocan, pueden usar tonos de voz, pueden usar palabras como «padre», «niños», «adultos» o diversas posturas, gestos, expresiones. En realidad lo único que no pueden hacer es no anclar. Lo que ocurre es que la mayoría de las personas no son sistemáticas.
Las anclas están en todas partes. ¿Alguna vez han estado en una sala de clases con un pizarrón y alguien sube al pizarrón?, (hace la pantomima de rasguñar el pizarrón con la uña. La mayoría de las personas hace un gesto o un ruido). ¿Qué están haciendo? ¡Están locos, si ahí no hay un pizarrón! ¿Qué les parece eso como ancla?
La primera vez que nos percatamos de las anclas, fue observando a otras personas haciendo terapia. El cliente deprimido entra diciendo: «Sí, he estado en el pozo durante siete años y…». El terapeuta se acerca, le pone la mano amistosamente en el nombro y le dice: «Voy a aplicar toda mi destreza en los cambios que vamos a tratar de conseguir en esta sesión». Luego el terapeuta hace cosas realmente buenas. El cliente cambia y se siente muy bien al finalizar la sesión. El terapeuta dice: «Eso me agrada mucho» y nuevamente le pone la mano amistosamente en el hombro al cliente. Pumm, el ancla accesa otra vez la depresión.
Yo he visto un terapeuta eliminar una fobia y devolverla nueve veces en una misma sesión sin tener la más remota idea de lo que estaba haciendo. Al final de la sesión dijo: «Bueno, vamos a tener que trabajar sobre esto un poco más la próxima vez».
Háganse un favor. Escóndanse donde puedan ver a sus clientes hacer la transición que hacen desde la calle a la consulta. Lo que ocurre es un milagro. Vienen caminando por la calle sonrientes y sintiéndose bien. A medida que entran al edificio empiezan a accesar toda la mugre, toda la porquería de lo que van a hablar porque ya el edificio es un ancla. Lo importante es saber que uno no puede dejar de anclar. Es únicamente cuestión de si lo hacen de una manera útil o no.
Sabemos de un antiguo terapeuta de Transilvania que resolvió el problema mediante dos consultorios. En un consultorio donde el cliente entra y le relata todos los problemas, él no dice nada, está ahí escuchando. Luego lo lleva a la sala siguiente y ahí produce los cambios. Luego de unas pocas sesiones sencillamente lo lleva directamente a la sala de los cambios y el cliente cambia. No tiene que pasar por toda la historia personal con todo su dolor y sufrimiento.
Cuando las parejas llevan un tiempo juntos, por lo general acaban no tocándose mucho. ¿Saben cómo lo consiguen? Les voy a mostrar. Acércate Char. Este es un buen modo de alienar a los seres queridos. Te estás sintiendo realmente mal, deprimida y yo soy tu amante esposo. Así que me acerco y digo: «Oye, todo va a estar muy bien». Y te pongo el brazo alrededor de los hombros. Entonces lo único que tengo que esperar es que estés bien feliz y contenta y te digo, junto con ponerte el brazo sobre los hombros: «¿Quieres salir conmigo?», Boom. En lugar de tocarse cuando están felices y haciendo toda clase de buenas anclas, las parejas por lo general se tocan en estados desagradables.
Todos ustedes que han trabajado con parejas o familias saben que pueden estar ahí con ellos y todo está funcionando muy bien, cuando de repente uno explota. Si es que no fuera porque escucharon un leve ruido o un movimiento apenas perceptible como una ligera inclinación de alguien, sería incomprensible. ¿Qué es lo que ocurrió? Nadie sabe. Las anclas a las que responde la gente en las conductas «mal adaptativas» por lo general están fuera de su conciencia.
Un buen ejercicio que podrán hacer. Júntense con una familia o con una pareja, esperen hasta que ocurra una de estas explosiones y detecten lo que ustedes creen fue la clave de la explosión. Luego adóptenlo en su conducta y ven si pueden conseguir lo mismo. Si pueden conseguir la explosión, entonces saben que han identificado exactamente el punto clave de interacción. Por ejemplo, podría ser un tenue movimiento de levantamiento de cejas. Entonces lo único que tienen que hacer es anclar una respuesta agradable kinestésicamente, luego disparar el ancla y levantando la ceja al mismo tiempo. En el futuro cuando alguien levante la ceja ya no va a tener ese efecto.
También pueden usar el anclaje en el contexto de una organización o una corporación. En lo básico son iguales a las familias. Si saben de antemano que un grupo se va a juntar y que se ha estado juntando durante años, lo más probable es que sus modos de estar en desacuerdo siguen pautas bien establecidas. Una de las cosas que pueden hacer es juntarse de antemano con cada uno individualmente y establecer un ancla encubierta no verbal para cambiar las partes más notoriamente irritantes de su comunicación no verbal.
Hay gente cuyo timbre de voz le produce a uno una sensación fea y desagradable, no importa lo que digan. Nadie podría seguir hablando así si tuvieran circuitos retroalimentadores auditivos, vale decir si se pudieran escuchar. Si pudieran escucharse hablarían distinto. Supongo que es un dispositivo protector.
Los sapos hacen eso. Hay un tipo de sapo que produce un sonido tan intenso que quedaría sordo si se escuchara porque sus oídos están muy cerca de la fuente del sonido. El impulso nervioso para el sonido y los impulsos nerviosos para los músculos que hacen sonido llegan al cerebro 180 grados fuera de fase con la cual se cancelan el uno al otro. De modo que este sapo jamás se escucha y supongo que mucha gente funciona del mismo modo.
Otra cosa que ocurre a menudo en una situación de empresa es la siguiente: alguien se excita tanto acerca de un punto que quiere que sea aprobado, que realmente empuja y gesticula. Súbitamente la persona en el otro lado de la mesa ve el dedo apuntándolo y la mirada intensa en la cara y eso le dispara una respuesta anclada previamente y comienza el conflicto. Su respuesta es en parte a este ser humano en este momento y lugar y en una parte mucho más grande a otros tiempos y a otros lugares anclados por la cara excitada y el dedo índice apuntando. Los seres humanos funcionamos la mayoría del tiempo en lo que denominamos un «Estado Mixto». Si les pido que echen una mirada por la sala y encuentren a alguien en este grupo que les recuerde a alguna otra persona les garantizo que su respuesta a esa persona va a ser una mezcla de respuestas a el aquí y ahora y viejas respuestas a la persona recordada, a menos que sean extremadamente cuidadosos y limpien sus respuestas a esa persona. Todos ustedes son sensibles a ese proceso. En AT se llama una respuesta contaminada. Es un modo común de respuesta a las personas.
Mujer: ¿Hace alguna diferencia si acaso uno toca el lado izquierdo, derecho, cuando uno ancla kinestésicamente?
Hay, si, pequeñas distinciones, hay bastante arte en esto. Pero para hacer terapia no es necesario saberlo. Si quieren ser magos ahí es otra cosa. Si quieren crear tarjetas de crédito inexistentes y cosas así, hay cierto tipo de distinciones útiles. Pero para el objetivo de hacer terapia, las anclas kinestésicas bastan y un lado del cuerpo es tan bueno como el otro.
A veces ayuda bastante poder anclar tonalmente. Virginia Satir, por ejemplo, ancla con su tono de voz. Ella utiliza un cierto tipo de tono de voz cuando hace trabajo de cambio. Habla en una tonalidad pareja durante seis horas y súbitamente cambia su tonalidad. Cuando usa otra tonalidad, pumm… la gente cambia. Erickson utiliza un tipo de tono especial cuando quiere que la gente caiga en trance.
Mucha gente cuando está en trance tiene sus ojos cerrados. ¿Y qué es lo que hace Erickson para anclar en ese momento dado que está en una silla de ruedas y no puede levantarse y hacer anclas kinestésicas? Cierren los ojos un momento. Voy a hablarles y a medida que hablo voy a mover la cabeza para adelante y atrás y traten de percatarse si pueden detectar la dislocación espacial de mi voz, aun de la distancia. Si pueden, bien, Si no pueden, lo han hecho inconscientemente. Se los garantizo, porque ese es uno de los sistemas más importantes que utiliza Erickson con la gente que tiene los ojos cerrados durante el trance.
Todos esos sistemas de anclaje van a funcionar si son sistemáticos. La elección que hacen acerca de qué sistema van a anclar va a determinar el tipo de respuesta que obtengan. Si quieren involucrar la conciencia de la persona, entonces anclen en todos los sistemas. Si quieren ser disimulados y evitar la mente consciente, anclen cualquier sistema que no está representado en la conciencia. Si los predicados que usa la persona y los movimientos oculares les dice que es fundamentalmente kinestésico, no anclen ese sistema a menos que quieran que sus recursos conscientes estén involucrados. Si la anclan tonalmente no va a tener una representación consciente de ello, es decir, no se va a dar cuenta.