Júntense con alguien del seminario, que no conozcan o conozcan muy poco. Uno de ustedes va a ser A y el otro va a ser B. A va a empezar formulando preguntas. Se puede facilitar el aprendizaje de esto para sí mismo, organizando las preguntas en un conjunto, como lo hice yo. Empiecen formulando preguntas visuales eidéticas: ¿De qué color son las alfombras del piso de su auto? ¿De qué color son los ojos de su madre? ¿De qué color son las letras que hay afuera de este edificio? ¿O de qué forma son las letras que hay afuera de este edificio? Todas las preguntas acerca de las cosas que la persona ha visto antes.
Luego hagan preguntas auditivas. ¿Cuál es tu melodía preferida? ¿Cuál puerta de tu casa hace más ruido cuando se cierra? ¿Puedes escuchar a alguien muy cercano a ti pronunciando tu nombre de una manera muy particular? ¿Te puedes escuchar a ti mismo cantándote «Los pollitos dicen?».
Estos son modos de accesar experiencias auditivas. Las claves que la persona va a manifestar no verbalmente serán sistemáticamente distintas a las claves que ofrecen ante el conjunto de preguntas anteriores. Luego hagan preguntas kinestésicas: ¿Cómo te sientes muy temprano en la mañana cuando recién despiertas? ¿Cómo sientes, por ejemplo, la piel de un gato?
Claves visuales de acceso para una persona diestra «organizada normalmente».
Vc imágenes visualmente constructivas.
Vr Imágenes visuales recordadas (eidéticas).
(Los ojos fijos y defocalizados también indican acceso visual).
Ac Sonidos o palabras construidos auditivamente.
Ar Sonidos o palabras recordadas auditivamente.
K Sensaciones kinestésicas (táctiles, viscerales, emotivas, además de sabores y olores).
A Palabras o sonidos auditivos (diálogo interno «rollo»).
Mujer: ¿Hay diferencia en los movimientos oculares cuando se están acordando de algo que han oído en el pasado, o cuando están tratando de imaginarse cómo sonaría un determinado sonido?
Cuando dices «imaginar» eso presupone una imagen. Pídeles que creen o inventen un sonido que no han escuchado jamás antes. Así habrá una diferencia. Ve si puedes descubrirla por ti misma.
Quisiera advertirles de dos peligros. Podrán pensar que la palabra «pensar» es un sistema representacional. No lo es. Las palabras «pensar, entender, darse cuenta, creer, sentir, saber», son todas palabras inespecificadas. No usen esas palabras en este ejercicio, porque las respuestas que van a obtener serán al azar. Las palabras inespecificadas son muy importantes, pero no para este ejercicio. También van a obtener respuestas confusas si dicen ¿Recuerdas la última vez que sentiste la sensación de estar nadando en el agua? Ahí han hecho dos preguntas. Han pedido que recuerden y luego que sientan. Puede ser que recuerden visualmente, es decir, buscar visualmente la experiencia o que lo repitan auditivamente, o pueden irse directamente a lo kinestésico. De cualquier forma como lo hagan, van a tener un proceso en dos etapas. Una será el recuerdo, siguiendo sus instrucciones, y la otra será recuperar realmente la sensación de estar nadando.
Si obtienen respuestas que no tienen ningún sentido para ustedes, pregúntenle a la persona qué es lo que hicieron internamente. Su tarea es correlacionar lo que pueden observar desde afuera, con la pregunta que formulan. Correlacionan la conexión entre el tipo de información que están pidiendo y las respuestas no verbales de movimientos oculares que están obteniendo de su compañero. Si no lo entienden, pregunten «Yo vi esto desde afuera, ¿a qué corresponde esto en tu procesamiento interno?». Si no saben la respuesta, pídanle que adivinen cómo fue lo que hicieron.
Si no obtienen el tipo de movimientos del que estamos hablando, hagan que la pregunta sea más difícil. Por ejemplo: «¿De qué color eran los zapatos que estaba usando tu madre la última vez que la viste?», o si preguntan «¿De qué color son los ojos de tu madre?» y no obtienen ningún movimiento, hagan más difícil la pregunta. «Tus ojos también son azules, ¿el color de los ojos de tu madre es más claro o más oscuro que los tuyos?».
Eso es una pregunta más compleja, más comparativa. Tendrá que formar una imagen del color de los ojos suyos y los de su madre y luego hacer una comparación visual.
Luego de unos cuatro o cinco minutos de formular este tipo de preguntas a su compañero, tendrían que tener una idea acerca de los movimientos oculares que indican bastante inequívocamente cuál de los sistemas representacionales está usando la persona en ese momento. Ahora cámbiense de roles, de modo que ambos tengan la oportunidad de hacer las preguntas y observar las respuestas. Si es que encuentran cosas que no entienden, nosotros estaremos dando vueltas por la sala, hágannos una señal. Estamos ofreciéndoles generalizaciones, y cada generalización que alguien les ha ofrecido alguna vez en la vida, por necesidad, tiene que ser falsa en algún momento y en algún lugar. Las generalizaciones son únicamente trucos —como la mayoría de las cosas que nosotros haremos aquí— para conseguir que ustedes pongan atención a su experiencia, para percatarse de ciertas dimensiones de la experiencia sensorial que culturalmente se les ha entrenado a no captar. Una vez que se percaten de ellas, querrán que constituya una fuente de información realmente poderosa, acerca de los procesos inconscientes de la otra persona. Ustedes descubrirán que la gente está organizada de manera muy curiosa. Pero aun alguien que está organizado de un modo totalmente distinto a lo habitual, será siempre sistemático; el movimiento de sus ojos será sistemático para ellos. Incluso la persona que mira directamente hacia arriba cada vez que tiene una sensación y hacia abajo cada vez que tiene una imagen, se mantendrá consistente consigo misma. Lo importante es que ustedes tengan experiencia sensorial para notar lo que están haciendo. Ahora, adelante, y descubran qué pautas pueden descubrir. Hagan sus propias generalizaciones, basados en lo sistemáticas que son las personas en sus organizaciones.
Muy bien, ¿cómo anduvo el ejercicio? La mayoría de ustedes está haciendo una señal afirmativa con la cabeza. ¿Alguno de ustedes tuvieron dificultades o preguntas o están asombrados por algunas cosas que vieron? Veamos éstos. Son los más interesantes.
Mujer: Nosotros descubrimos que podíamos aprender tanto mirando al interrogador como al interrogado. Observamos que mirando los ojos del interrogador podíamos predecir qué tipo de pregunta iba a formular.
Hombre: Cuando le pedí a mi compañera de ejercicio, Chris, una pregunta auditiva, lanzó la mirada para arriba y visualizó.
¿Te acuerdas de la pregunta que le hiciste?
Hombre: «¿Cuáles son las primeras cuatro notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven?».
Muy bien, ¿los demás tuvieron las mismas experiencias? ¿Alguno de ustedes hizo preguntas auditivas o kinestésicas? ¿Se percataron que la persona estaba accesando visualmente y luego les daba una información auditivo-kinestésica? ¿Pueden entender lo que estaba ocurriendo? Chris, ¿qué es lo que hiciste? ¿Lo leíste de la partitura o viste el tocadiscos o viste el álbum?
Chris: Lo escuché.
Muy bien, lo escuchaste. ¿Te diste cuenta que comenzabas con una especie de imagen? Si el resto de ustedes está observando, verán que ésta es una de esas interesantes discrepancias entre la conciencia y lo que nos está ofreciendo verbalmente.
Chris, ¿tú sabes cuáles son las siguientes cuatro notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven? Muy bien, ¿sabes cuáles son?
Mujer: ¡Ah!, pero eso pudo ser algo espacial para ella.
¿Nos puedes dar un equivalente sensorial de la palabra «espacial»? Si acaso es la noción de verse «pensativo» o una cosa «espacial». Lo que pido que hagas, ya que todos tenemos diferentes modos de entender esa palabra, es que uses las palabras antes o después de los juicios que hagas con los cuales podemos estar de acuerdo o no, ¿qué es lo que viste, sentiste o escuchaste?
Mujer: Bueno, hice «da da da DUM», sabes, y observé los espacios de los intervalos, no estaba viendo las notas.
Aquellos de ustedes cuyos compañeros tuvieron este tipo de experiencia, compruébenla. Yo les garantizo que lo que estaba ocurriendo era que buscaban y encontraron una imagen visual, que de alguna manera representaba la experiencia deseada, y simplemente imitando la imagen o metiéndose dentro de ella tuvieron las sensaciones de sonido adecuadas a ese tipo particular de experiencia visual.
Ahora tenemos que hacer una distinción. Los predicados, las palabras que una persona elige para describir su situación —cuando son especificados por un sistema representacional—, les dejan saber cuál es su conciencia. Los predicados indican cuál parte de este complejo proceso cognitivo interno están trayendo a la conciencia. Las claves de acceso visuales, pautas de barrido de los movimientos oculares, les indicarán literalmente la secuencia completa del modo de accesar alguna información, lo que nosotros denominamos estrategia. «Sistema guía» es el sistema que cada persona utiliza para iniciar la búsqueda de alguna información. El «sistema representacional» es lo que está en la conciencia, en determinado momento, indicado por los predicados verbales. El sistema «referencial» es el sistema mediante el cual se decide si acaso lo que ahora saben —habiéndolo ya accesado y estando presente en conciencia— es verdadero o no. Por ejemplo: ¿Tú, cómo te llamas?
Ted: Ted.
Ted, ¿cómo sabes?… Si se fijaron, él ya dio la respuesta en forma no verbal. Es una pregunta absurda. Ted entiende esto, pero de todos modos la respondió. ¿Sabes cómo sabes? Ahora en este momento, sentado en esta sala, si yo te llamo «Jim», no respondes, si te llamo Ted, respondes. Esa es una respuesta kinestésica. Ahora, sin que yo te suministre un estímulo desde afuera, cuando te hago la pregunta «¿sabes cuál es tu nombre?», ¿tienes la respuesta?
Ted: Sí, la tengo.
¿Tú sabes qué decir antes de realmente decirlo?
Ted: No, no sé.
Así que si yo digo «¿Cuál es tu nombre?» y no respondes, lo que ocurre ¿es que no sabes cuál es tu nombre?
Ted: Yo sé cuál es mi nombre, porque cuando alguien dice «Ted», tengo ciertas sensaciones, una respuesta, porque ese soy yo.
¿Estás diciéndote «Ted» por dentro y sintiendo algo como un modo de verificar cuando hago la pregunta?
Ted: Sí.
De modo que tienes una estrategia para saber, cuando recibes una señal desde fuera, cuál es la respuesta adecuada a cada una, ¿verdad? Por ejemplo, respondes a «Ted», pero no a «Bob». Pero cuando te pregunto: «¿Cuál es tu nombre?», ¿cómo sabes qué responderme a mí?
Ted: No lo pienso.
De modo que no tienes conciencia de un proceso que utilizas en ese momento… Muy bien, ¿alguna otra persona se dio cuenta de una clave que indicaría cuál es la respuesta a la pregunta, a pesar de que Ted en este momento no tiene una respuesta consciente a la pregunta que le formulamos?… Cada vez que hicimos la pregunta, sus ojos se dirigían hacia abajo y a la izquierda y luego retornaban. Estaba escuchando interiormente su nombre. No sé con qué tono de voz lo escuchaba, a quién correspondía la tonalidad, pero estaba ahí. Y él sabe que el nombre «Ted» es correcto, porque se siente correctamente. De modo que en este caso su sistema guía es auditivo: ese es el modo como busca la información, aun cuando no se percate conscientemente de ello. Se hace consciente de su nombre auditivamente; en este caso su sistema representacional es el mismo que su sistema guía. Su sistema referencial es kinestésico: cuando cada vez que escucha el nombre «Ted», ya sea proveniente de afuera, o desde dentro, él lo siente bien.
Algunas personas repiten con palabras, dentro de su cabeza, las preguntas formuladas. La mayoría de los que están aquí están haciendo precisamente eso. Al decir yo «muchas de las personas repiten palabras» se vuelven hacia dentro y se dicen a sí mismos «Sí, las personas repiten palabras».
¿Alguno de ustedes ha tenido la experiencia de estar cerca de alguien cuyo segundo idioma es el que están hablando en ese momento? Típicamente el primer movimiento ocular que harán al escuchar algo es traducirlo internamente y verán la misma clave auditiva.
Alguna gente se demora eternamente en responder una pregunta. Lo que habitualmente tienen es una estrategia inconsciente muy compleja. Por ejemplo, conozco a una persona que tenía una estrategia bastante fascinante. Yo le pregunté: «¿Cuándo fue la primera vez que conociste a John?». Se volvió hacia adentro y dijo: «¿Cuándo fue la primera vez que conocía a John? Hmmmm. Veamos». Y luego sus ojos se dirigieron hacia arriba e hizo una imagen construida de John. Luego miró hacia su izquierda y visualmente recorrió todos los lugares posibles que reconocía, hasta que encontró uno que le daba la sensación de familiaridad. Luego nombró un lugar auditivamente y se imaginó cómo se vería diciéndome a mí el nombre del lugar. Tuvo la sensación de que sería algo seguro y prosiguió, así que se dijo a sí mismo «sigue adelante y hazlo».
Hay un conjunto de pautas más avanzadas, que nosotros llamamos estilización o depuración (streamlining), que pueden Utilizar para examinar la estructura de una estrategia y depurarla de modo de eliminar todos los pasos innecesarios y redundantes. Involucra examinar la estrategia para ver si hay circuitos y otro tipo de restricciones y problemas, y luego depurarla de aquellos programas ineficientes para obtener los resultados que uno desea.
Tomemos un ejemplo de terapia, alguien llega con el problema de que es muy celoso, dice: «Bueno, usted sabe, yo… (mirando hacia arriba y a la derecha) bueno, yo simplemente (mirando hacia abajo y a la derecha) me siento muy celoso (mirando hacia abajo y a la izquierda), me digo a mí mismo que es una locura, que no tengo ninguna razón, pero ocurre que tengo estos sentimientos». Comienza entonces a guiar visualmente; construye una imagen de su esposa haciendo algo malo y agradable con otra persona, luego se siente del modo como se sentiría si es que estuviera ahí realmente, observando todo lo que está ocurriendo en la sala y experimenta los sentimientos que experimentaría si estuviera allí. Eso es, por lo general, lo único de lo que se percata en conciencia. Esas sensaciones tienen el nombre de «celos», y el sistema representacional es kinestésico. El guía visualmente, representa kinestésicamente y luego tiene una referencia auditiva de chequeo que le dice que sus sentimientos son irreales y no tienen validez. De modo que los tres sistemas diferentes son usados de modos distintos.
Mujer: ¿De modo que estás sugiriendo que en esa situación, si estuvieras trabajando con esa persona, amarrarías el sistema de sentimientos con el sistema representacional?
Depende de qué resultado quieres. Lo que nosotros sostenemos es que en comunicación no hay errores, solamente hay resultados. Para que nosotros respondamos a tu pregunta, tienes que especificar qué resultado deseas Si quieres establecer contactos, entonces sería útil que acompañaras los sistemas representacionales indicados por los predicados, como lo ejemplificamos en forma un tanto grotesca al comienzo. El cliente entra y dice: «Bueno, yo soy tremendamente celoso y, sabe usted, me cuesta mucho esto y no sé qué hacer». Podrías decirle: «Bueno, voy a tratar de darle algo de donde aferrarse, porque usted tiene derecho a ello. Encaremos la cosa y trabajemos para lograr algún entendimiento sólido de esto». Ese sería un primer paso que te ayudaría a establecer contacto. Estarías «acompañando» a tu cliente en sus predicados. Si en lugar de eso ustedes le dicen a la persona «Veamos, voy a ayudarle a que tenga una perspectiva más clara sobre sus sentimientos», no obtendrían contacto consciente. De todos modos es más importante el contacto inconsciente y puede que lo logres y puede que no.
Cuando este hombre llega con su problema de celos y ustedes pueden ver sus claves de acceso, ya tienen toda la información que necesitan para entender el proceso por el que atraviesa. Lo triste es que los terapeutas, incluso cuando tienen una idea de que este tipo de cosas es la que transcurre, no enseñan a la persona formas nuevas de encararlo. Si el terapeuta les ayuda a hacer imágenes aún más realistas, está trabajando con contenido, manteniendo la estructura del proceso intacta. Generalmente los terapeutas no tratan de cambiar la estructura real del proceso. Tratan de hacerlo «más realista» o que funcione mejor. Esto significa que en tanto cuanto el contenido revisado se mantenga igual, estarán muy bien, pero cuando cambia el contenido, nuevamente van a tener el mismo problema.
El modo como ustedes se motivan a sí mismos para hacer diversas cosas puede tener la misma estructura que el modo como se provocan los celos: ustedes hacen una imagen de lo que desean y que se sienta bien y luego dicen cómo hay que hacerlo para que esa imagen se convierta en realidad. Si es así, entonces hasta que no tengan otra manera de motivarse, se van a quedar de esa manera, por muy desagradable que resulte a veces. Incluso la estrategia más mala es mejor que ninguna.
Hombre: ¿Cuál es la diferencia en los hemisferios cerebrales con respecto a la mano dominante y al ojo dominante?
Cada vez que hacemos un seminario, alguien nos hace esa pregunta. Hasta lo que yo sé, no hay investigación que sustancie la idea de que hay una preferencia ocular con respecto al hemisferio cerebral. Y aún si la hubiera, no sé cómo podría ser relevante al proceso de la comunicación interpersonal. Por lo tanto, para mí no es una pregunta muy interesante. Sus ojos están divididos, de modo que la mitad de cada ojo está conectado a cada hemisferio. La tendencia a mirar el microscopio con un ojo o con el otro ha sido notada estadísticamente; sin embargo, no sé qué uso podría darle en este momento a esa información.
Hombre: ¿Y qué hay de la situación donde un ojo tiene mejor visión que el otro? Por ejemplo, si un ojo estuviera prácticamente ciego y el otro estuviera bien, ¿habría alguna correlación ahí con la preferencia de mano?
No sé, no tengo idea. Nunca he encontrado que ese sea un principio útil en comunicación. Si usted sabe algo en esa área, hágamelo saber.
Hombre: ¿A qué edad usted cree que los humanos establecen el dominio de la mano?
No lo sé, ni tengo suposiciones al respecto. Los lingüistas dicen que ocurre más o menos alrededor de los cuatro y medio años de edad. No tengo ninguna base para sustentar aquello. El predominio de una mano o lateralidad es una dimensión de la experiencia que yo sé que existe en el mundo, pero jamás le he encontrado utilidad alguna con respecto a la comunicación.
Hay una cantidad infinita de experiencia sensorial disponible este momento aquí en la sala. Consistentemente hacemos iones inconscientes acerca de qué tomamos como muestras. Si lo hiciéramos seríamos todos unos «idiot savants» que no pueden olvidar nada; no pueden dejar de saber cosas. Cuando Ustedes les interrogan sobre algo, tienen que dejar caer toda la información que tienen sobre ese determinado tópico.
Gran parte de la terapia está basada en la presuposición de que si saben cómo llegaron las cosas a estar como están, las raíces de donde todo originó, eso le dará fundamento desde dónde producir el cambio. Yo creo que esa es una suposición precisa y limitante. Ciertamente ese es un modo de conseguir los cambios. Pero es únicamente uno de entre un número infinito de modos de entender la conducta. El cuándo la gente adquiere el dominio del uso de un lado u otro, o de una mano u otra, no tiene ninguna relevancia en el proceso de hacer terapia y comunicación, a menos que lo que realmente quieres hacer es enseñarle a los niños el uso de la otra mano.
La única oportunidad en que yo he usado la lateralidad es en el tartamudeo. Esa es la única vez que he tenido que usarlo cara a cara, experimentalmente con un chico, para ayudarlo a obtener más opciones. Lo que noté es que si se daba una tarea donde se especificaba con esta mano en oposición a esta otra —y no importaba cuál mano era— no teniendo que hablar al mismo tiempo, podía hacer la tarea y luego describirla. Si es que tenía que hablar al mismo tiempo o si la tarea involucraba ambas manos, de modo que había cierta conmutación entre los hemisferios, entonces presentaba la dificultad.
Los niños muestran que tienen las claves de acceso a muy temprana edad. Y eso es información relevante. Ahora está muy en boga algo nuevo que se le está imponiendo a los niños y que se llama «incapacidad de aprendizaje». Muchas de estas «incapacidades de aprendizaje» son realmente función del sistema educacional. Por ejemplo, se me encomendó a un grupo de niños que caía dentro de la clasificación «hemisferios cruzados», y se me dijo que esto era algo que realmente existía en el mundo. Querían que yo descubriera si había una diferencia entre estos niños y el resto de los niños, dadas las claves de acceso, etc. Lo que descubrí es que se trataba de niños que estaban tratando de deletrear auditivamente. Cuando les pregunté «¿Cómo deletreas la palabra gato?» se volvían hacia adentro y sus ojos se movían hacia abajo y a la izquierda. Les pregunté qué estaban haciendo y dijeron: «Estamos haciendo sonar la palabra», porque se les había enseñado a deletrear fonéticamente. No se puede ni siquiera deletrear la palabra «fonética», fonéticamente (esto es particularmente relevante en el idioma inglés, donde el sonido de la palabra no corresponde necesariamente a su ortografía. N. del T.).
¿Quién de los aquí presentes tiene buena ortografía? Veamos cómo escriben la palabra «fenómeno» («phenomena»).
Mujer: La leo.
Ella la ve, la lee, sea como fuere que lo describa. A medida que visualizabas la palabra «phenomena», sabías que eso era lo correcto. Ahora cambia la «ph» por una «f» y dime qué es lo que cambia en tu experiencia cuando la ves así escrita con una «f» en lugar de una «ph».
Mujer: Deja de ser una palabra.
Deja de ser una palabra. ¿Cómo sabes que deja de ser una palabra? ¿Qué experiencia tienes? ¿Qué es lo que vivencias?
Mujer: Hace que se deshaga todo el resto de la palabra en mí.
¿Las letras literalmente se caen?
Mujer: Sí, como que se desvanecen y desaparecen.
En el deletrear hay dos pasos. Uno es poder visualizar la palabra y otro es tener un sistema mediante el cual poder constatar la precisión. Veamos, ensaya esto. ¿Puedes ver la palabra «caught»? Bien, ahora déjala allá arriba y cambia el «au» por «eu» y dime qué es lo que ocurre.
Mujer: Se convierte en «cute» y ha cambiado su ortografía.
¿Alguien que estaba cerca de ella se dio cuenta cuál fue su respuesta? ¿Qué es lo que hizo?
Otra mujer: Hizo un gesto.
Yo le dije que cambiara «eu» y sus hombros se fueron hacia adelante, su cabeza se inclinó hacia atrás e hizo una especie de mueca. Hubo un cambio en sus sensaciones ahí mismo, en la línea media del torso. No importa en qué idioma hemos hablado, en qué país hemos estado, no importa cuál sea el idioma, los buenos deletreadores, o sea, la gente que tiene buena ortografía, tiene exactamente la misma estrategia formal. Lo que hacen es ver una imagen eidética, una imagen recordada de la palabra que quieren deletrear y saben si es o no, si está bien o mal escrita mediante un chequeo kinestésico en la línea media del cuerpo. Toda la gente que tiene mala ortografía no tiene esa estrategia. Algunos malos deletreadores hacen imágenes eidéticas, pero luego la comprueban auditivamente. Otros hacen imágenes visuales constructivas y resulta que tienen una ortografía creativa, que no es precisamente donde sirve la creatividad.
Sabiendo esto, la pregunta sería entonces: «¿Cómo es que algunos niños aprenden a deletrear visualmente con un chequeo kinestésico y otros aprenden a deletrear de otras maneras?». Para mí esa no es una pregunta muy interesante o tan interesante como sería «¿Cómo se hace con un niño que tiene mala ortografía y se le enseña a utilizar la misma estrategia de los niños que tienen buena ortografía?». Cuando hagan eso no tendrán que enseñarle al niño a deletrear palabra por palabra. Aprenderá automáticamente, si es que le enseñan el proceso adecuado en lugar del contenido.
Hombre: ¿Y qué hay de los adultos, se les puede enseñar a los adultos?
No, los adultos no tienen remedio (risas). Desde luego que sí. Voy a formular esa pregunta de un modo distinto. ¿Cuántos de los que hay aquí se dan cuenta ahora de que son personas orientadas visualmente? ¿Cuántas personas ven eso? ¿Cuántas personas sienten que son realmente orientadas kinestésicamente en sus procesos? ¿Y quién se dice a sí mismo que es auditivo? De hecho, todos ustedes están haciendo todas las cosas de que estamos hablando todo el tiempo. La única pregunta es cuál parte del complejo proceso interno están trayendo a la conciencia en un momento dado. Todos los canales están procesando información todo el tiempo, pero únicamente una parte estará en conciencia en un momento dado.
En seminarios como éste, la gente se va a almorzar tratando de descubrir «qué es lo que son», como si fueran únicamente una cosa, con lo cual estabilizaran todo, patológicamente. La gente trata de descubrir «qué es lo que son», en lugar de utilizar la información para darse cuenta que tienen otras alternativas. Alguno se me acerca y me dice «Estoy muy confundido con este asunto de los sistemas representacionales, porque me veo a mí mismo como una persona con muchos sentimientos». Si lo piensan un poco, es una profunda pamplina, y lo he escuchado unas ciento cincuenta veces. ¿Alguno de ustedes ya habrá escuchado algo así hoy? En lugar de pensar de sí mismo, como orientado visualmente u orientado kinestésicamente o auditivamente, tomen aquello que hacen mejor, únicamente como una afirmación sobre cuál sistema ya han desarrollado y refinado más.
Dense cuenta que podrían invertir algo de tiempo y energía en desarrollar los otros sistemas con el mismo refinamiento y la misma fluidez y creatividad que ya han colocado en su sistema más desarrollado. Los rótulos son trampas, y un modo seguro de estabilizar una conducta es ponerle un nombre. En lugar de eso podrían percatarse de que, ya que gran parte de su conducta ahora cae en la categoría X, podrían permitirse desarrollar sus destrezas en Y y en Z.
Quisiera, eso sí, precaverlos de otra cosa. En sicoterapia una de las cosas más importantes que Freud puso de moda, y que ha continuado inconscientemente como una presuposición en la conducta de la mayoría de los terapeutas, es el fenómeno llamado introspección. La introspección es cuando uno aprende algo acerca de la conducta y se la aplica a sí mismo. Yo les advierto que no traten de hacer esto con el material que estamos presentando, porque sencillamente se van a meter en un círculo vicioso. Por ejemplo, ¿cuántos de los que están aquí y que saben que pueden visualizar, saben cómo se verían si no estuvieran visualizando?…
Si lo hacen, van a tener la sensación de estar dando vueltas. ¿Cuántos de ustedes, durante los ejercicios, estaban prestando atención, de modo que sus propios ojos se movían hacia arriba y hacia abajo? Ese es un ejemplo de introspección y no es útil hacérselo a sí mismo en este contexto. Estas herramientas son fundamentalmente para extrospección, para obtener experiencia sensorial, para comunicarse con el otro. Son cosas para detectar en otras personas. Si lo usan en ustedes mismos, lo único que harán es confundirse.
Hombre: Estas pautas de clave de acceso ¿son válidas en otras culturas también?
Hay un solo grupo que conocemos que característicamente están organizados de otra forma: los vascos de los Pirineos del norte de España. Tienen una serie de pautas poco usuales, y eso parece ser más bien genético que cultural. En otras partes donde hemos estado, en las Américas, en Europa en Europa Oriental, en África, las mismas configuraciones existen en la mayoría de las personas. Puede que se trate de algo neurológico que está relacionado con el sistema nervioso como especie.
Mujer: ¿Las personas ambidiestras tienen pautas distintas?
Tendrán más variación en la generalización que nosotros les hemos ofrecido. Por ejemplo, alguna gente ambidiestra tiene invertida lateralmente la visualización y no así lo auditivo y kinestésico o viceversa.
Lo que me resulta realmente interesante es que el porcentaje de la gente zurda y de la gente ambidiestra que cae dentro de la categoría de «genio» en nuestra cultura es más alto que el de la población en general. Una persona con una organización cerebral diferente que la mayoría de la población, automáticamente va a tener resultados que son nuevos y diferentes que el resto de la población. Dado que tienen una organización cerebral diferente, tienen capacidades naturales que los «organizados normalmente», como es la gente que tiene preferencia por el uso de la mano derecha, no tiene automáticamente.
Mujer: Anteriormente habló de niños que tenían mala ortografía, porque lo hacían en forma auditiva y que se les podría enseñar a deletrear visualmente. Y ahora usted acaba de hablar de la gente auditiva o ambidiestra, que tiene algo distinto que los hace especiales. Mi pregunta es si al hacer que estos niños sean capaces de hacer lo que otra gente hace más fácilmente, se los está privando de otras cosas que podrían hacer.
Si yo le enseño a deletrear fácilmente a un niño, no le estoy privando de nada. Las opciones no son mutuamente excluyentes. La mayoría de las personas cierran sus ojos para estar en contacto con sus sensaciones, pero eso es únicamente una declaración de cómo están organizados. No es necesario hacerlo. Yo puedo tener todas las sensaciones que quiera con los ojos abiertos. Del mismo modo, si tengo una persona ambidiestra o zurda con una organización cerebral distinta, no tengo que destruir opciones que ya tiene en este momento para agregarle otras, y esa es nuestra función como modeladores. Asumimos que ya que todos ustedes han sido capaces de juntar el dinero para venir acá, son competentes, y que ya están teniendo éxito en cierta medida. Con respecto a todas esas alternativas y capacidades, estamos diciendo «Bien, agreguemos otras opciones a esas alternativas que ya tienen, de modo que tengan un repertorio más amplio», del mismo modo que un buen mecánico tiene muchas herramientas en su caja de herramientas.
Lo que afirmamos es que estamos usando todos los sistemas simultáneamente. En un contexto particular se darán cuenta de un sistema más que del otro. Asumo que cuando hacen atletismo o cuando hacen el amor están empleando mucha sensibilidad kinestésica. Cuando están leyendo o mirando una película tienen mucha conciencia visual y pueden pasar de un sistema al otro. Hay marcadores contextuales que les permiten trasladarse de una estrategia a otra y utilizar diferentes secuencias. No hay nada forzado en ello.
Incluso hay estrategias para ser creativo, dadas diferentes formas de creatividad. Nosotros trabajamos como consultores para una agencia de publicidad y lo que hacemos es «clonar» a su gente más creativa. Determinamos la estrategia que una determinada persona creativa utiliza para crear un aviso comercial y les enseñamos a las otras personas en la agencia a usar la misma estructura a un nivel inconsciente. Los comerciales que produjeron resultaron creativos de la misma forma, pero el contenido era totalmente individual. A medida que hacíamos el proceso, una de las personas incluso hizo un cambio en su estrategia mejorándola notablemente.
La mayoría de las personas no disponen de un gran número de estrategias para hacer cualquier cosa. Usan el mismo tipo de estrategia para todo, y lo que ocurre es que son buenos para algunas cosas y malos para otras. Hemos descubierto que la mayoría de las personas tiene únicamente tres o cuatro estrategias básicas. Una persona realmente flexible podrá tener hasta una docena. Ustedes podrán calcular que, aun restringiendo una estrategia a cuatro pasos, hay más de mil posibilidades de cómo organizaría.
Esta es una proclama bastante fuerte. Decimos que si cualquier humano puede hacer algo, entonces también tú puedes. Lo único que necesitas es la intervención de un modelador que tenga la experiencia sensorial requerida para observar qué es lo que la persona talentosa realmente hace —no necesariamente lo que dice que hace— y en seguida presentarlo de tal forma que tú puedas aprenderlo.
Hombre: Se me ocurre que en su trabajo el objetivo terapéutico de hacer conscientes a los clientes de sus cosas se reemplaza por darles una nueva configuración de respuestas que pueden optar a usar.
Si ustedes incluyen la opción inconsciente, entonces estoy de acuerdo. Hay varias presuposiciones en nuestro trabajo y una de ellas es pertinente a la respuesta: que la opción es mejor que la no-opción. Y por opción quiero decir tanto la opción inconsciente como consciente. Todo el mundo sabe, supongo, lo que es una opción consciente. La opción inconsciente es equivalente a la variabilidad de mi conducta, de tal modo que todas las variaciones logran el resultado deseado. Si varias veces me veo enfrentado a la misma situación del mundo real y me doy cuenta que mis respuestas varían, pero que con cada respuesta obtengo el resultado que quiero, entonces obtengo opciones inconscientes.
Sin embargo, si cada vez que uno entra a un contexto semejante y se encuentra respondiendo del mismo modo, probablemente disgusta la respuesta que no tiene alternativas. La pregunta importante para mí es cuál es la estructura —y hay muchas estructuras diferentes— que produce el estado en que uno no tiene una opción o alternativa, y luego, ¿cuáles son los pasos que uno puede dar para alterar esa estructura? Les estamos dando muchos modos diferentes para abordar ese problema.
Les estamos ofreciendo información que es universal a todos como especie, pero que para las demás personas es inconsciente. Las necesitan como herramientas en su repertorio, porque son los procesos inconscientes y las partes de las personas con que tienen que trabajar efectivamente para conseguir un cambio eficiente. La parte consciente de la persona ya ha hecho todo lo posible. Son más o menos útiles para pagar la cuenta, pero lo que necesitan para trabajar son las otras personas.
Ahora no se dejen atrapar por las palabras «conscientes» e «inconscientes», tampoco son verdaderas, son sencillamente modos de describir eventos que son útiles en el contexto denominado cambio terapéutico. Se define como «consciente» cualquier cosa de la cual se estén dando cuenta en un determinado momento. E «inconsciente» es todo lo demás. Desde luego que también pueden hacer distinciones más finas. Hay cierto tipo de información inconsciente que puede ponerse a disposición inmediatamente. Si yo digo «¿cómo está su oreja izquierda?», hasta que escucharon la frase probablemente no tenían ninguna conciencia de su oído izquierdo. Cuando me escuchan decir eso, pueden trasladar su conciencia a la kinestesia de su oído izquierdo. Eso es algo accesible fácilmente de inconsciente a consciente. Pero si yo digo «de qué color eran los zapatos de su profesora el primer día que fueron a la escuela cuando eran pequeñitos», eso está representado en alguna parte; sin embargo, el encontrar esa información les va a tomar más tiempo y energía. De modo que hay grados de accesibilidad al material inconsciente.
Típicamente llega una persona a la consulta y dice: «Auxilio, quiero cambiar algo aquí, estoy sufriendo, estoy en dificultades, quiero ser distinto a lo que soy ahora». Uds. pueden suponer que han tratado por todos los medios posibles de cambiar y que han fracasado rotundamente. Por lo tanto, uno de los tres requisitos para ser efectivos es tener pautas de comunicación que hagan un buen «contacto» con los recursos inconscientes de su cliente para ayudarlo a hacer esos cambios. El restringirse a sí mismo a los recursos conscientes de la persona que viene solicitando ayuda, les va a significar un proceso muy largo, tedioso y posiblemente ineficaz.
Incidentalmente, aquí en el seminario, no hay forma de mantenerse al día conscientemente, con nuestro rápido ritmo de verbalización. Ese es un intento sistemático y deliberado de parte nuestra por saturar sus recursos inconscientes. De modo que, de todas formas, esa es la parte a la que le estamos hablando. La parte del funcionamiento de ustedes, que es responsable del 95% de su aprendizaje y de su destreza, se denomina la mente inconsciente. Es todo aquello que está fuera de su conciencia en determinado momento. Quiero hacer un llamado directo a esa parte para que establezca un registro completo y útil de cualquier cosa que ocurra aquí, especialmente las cosas que no comentamos explícitamente y que creen que serían útiles para ustedes entender más aún y tal vez emplear como destreza en su trabajo como comunicador profesional, dejándole la libertad en cierto nivel para que se relajen y disfruten de su experiencia aquí.
El punto en que estamos ahora es ¿«Y qué»? Todos ya han tenido una experiencia en identificar las claves de acceso y los sistemas representacionales. ¿Y para qué se usan?
Un modo en que yo uso esta información es para comunicarles a nivel inconsciente, sin que se den cuenta ustedes. Yo puedo usar palabras inespecificadas, como «entender» y «creer» e indicarles no verbalmente en qué canal sensorial quiero que «entiendan». Por ejemplo, podría decirles «Quiero asegurarles de que entiendan (haciendo un gesto hacia abajo y a la izquierda con el brazo) lo que hemos hecho hasta aquí». Mi gesto les indica inconscientemente que quiero que entiendan en forma auditiva.
También pueden utilizar esta información para interrumpir el acceso de una persona. Hagan todos una imagen visual y veamos qué ocurre cuando yo hago esto (mueve ambos brazos en amplio arco sobre su cabeza). Mi gesto hace desaparecer todas las imágenes del aire, ¿verdad?
Miles de veces durante sus vidas le han preguntado a alguien o han dicho algo y ellos han respondido: «Veamos», volviéndose hacia adentro para crear una imagen visual. Ahora bien, cuando uno se va para dentro, no puede al mismo tiempo prestar atención a lo que está llegando desde afuera. Ahora, digamos que usted y yo estamos en desacuerdo en algún asunto de la conferencia o en una reunión de la empresa. Yo empiezo a hablar y con bastante claridad presento mi material y mi sistema y espero que ustedes lo entiendan. Luego que les entregue cierta cantidad de información en un momento dado, usted va a comenzar a accesar su propio entendimiento interno de lo que está transcurriendo. Va a mirar para arriba y va a empezar a visualizar o va a mirar para abajo y va a empezar a hablarse a sí mismo o a prestar atención a cómo se siente. Cualquiera que sea el estado interno en que está es importante que yo haga una pausa y le dé tiempo para procesar esa información. Si mi ritmo es demasiado rápido y en ese momento continúo hablando, lo único que consigo es confundirlo e irritarlo.
Lo que muchas veces ocurre, es que cuando me doy cuenta que usted está mirando para otro lado, pienso que no me está prestando atención o que me está evitando. Mi respuesta típica, entonces, bajo la tensión en una conferencia, es aumentar el ritmo y el volumen de mi voz, porque lo voy a obligar a prestarme atención y a entender mi punto de vista. Usted va a responder como si lo estuvieran atacando, porque yo no le estoy dando bastante tiempo para que sepa de qué estoy hablando. Usted va a terminar bastante confuso e irritado, jamás va a entender el contenido. Si yo estoy coordinando la reunión, me puedo dar cuenta cada vez que alguien se vuelve hacia adentro para accesar algo y puedo interrumpir y distraer al hablante en esos momentos. Eso le da al que está escuchando un tiempo para procesar, de modo que pueda darle sentido a lo que está ocurriendo y decidir si es que está de acuerdo o no. Aquí hay otro ejemplo. Si pueden determinar cuál es el sistema guía y el sistema representacional preferido de una persona, pueden presentar la información de un modo que le resulte totalmente irresistible. «¿Puede verse usted mismo haciendo este ejercicio»; y a medida que se vea en este proceso teniendo esa sensación de realización y éxito, y diciéndose a sí mismo «Esto puede ser formidable?». Si ocurre que su secuencia típica o estrategia son imágenes construidas, seguidas de sensaciones, seguidas de un comentario auditivo, entonces eso le va a resultar sutilmente irresistible.
En una oportunidad yo enseñaba un curso de matemáticas de la Universidad de California a personas que no eran sofisticadas matemáticamente. Terminé enseñándoles como si fuera su segundo idioma. La clase estaba compuesta por un grupo de estudiantes de lingüística que entendían bien cómo funciona un sistema de lenguaje, pero que no tenían ningún entendimiento de los sistemas matemáticos. Sin embargo, existe un nivel de análisis donde son exactamente iguales. Así que en lugar de enseñarles como hablar y pensar como lo haría un matemático, simplemente utilicé lo que ya estaba a disposición en su modelo del mundo, la noción de traducción. Les enseñé que estos símbolos no eran más que palabras, y tal como hay cierta secuencia de palabras que son frases bien-formadas, en matemáticas también hay cierta secuencia de símbolos que son bien-formados. Hice que todo mi enfoque calzara con su modelo del mundo, en vez de exigirles que tuvieran la flexibilidad de venir ellos al mío. Ese es un modo de hacerlo.
Cuando ustedes hacen eso, les hacen un favor en el sentido que le presentan el material de modo que les sea fácil aprenderlo. Pero también les hacen un mal servicio en el sentido que están afirmando en ellos una configuración de aprendizaje rígida. Es importante para ustedes comprender el resultado de las diversas opciones que hacen al presentar el material. Si les quieren hacer un profundo favor, contribuiría más a su evolución ir al modelo de ellos y luego enseñarles a superponerlo a otro modelo, de modo que tengan más flexibilidad en sus modos de aprendizaje.
Si es que ustedes tienen ese tipo de sensibilidad y capacidad, ya son entonces profesores bastante extraordinarios. Si pueden enseñarles esa experiencia, entonces tendrían al final dos estrategias de aprendizaje. Podrán dirigirse ahora a otro profesor que no tiene esa sensibilidad en comunicación, y ya que son lo suficientemente flexibles, podrán también adaptarse al modo de enseñanza de él.
Hay muchos niños en edad escolar que tienen problemas de aprendizaje, sencillamente, porque hay un mal pareamiento entre el sistema representacional primario del alumno y del profesor. Si ocurriera que ninguno de los dos tiene flexibilidad para hacer el ajuste, entonces no hay aprendizaje. Conociendo lo que ya conocen acerca de sistemas representacionales, pueden entender entonces cómo es posible que un niño resulte un año con dificultades de aprendizaje y que le vaya muy bien al año siguiente con otro profesor. O cómo es posible que a un niño le vaya muy bien en ortografía y en matemáticas y le vaya mal en literatura e historia.
También pueden traducir entre sistemas representacionales con parejas. Digamos que el marido es muy kinestésico, llega a la casa luego de trabajar todo el día y quiere sentirse cómodo. Se sienta en el living, se saca las botas, enciende un cigarrillo, toma una cerveza, agarra el periódico y se arrellana sobre su sillón. Luego la esposa que es muy visual, entra. Ella también ha trabajado todo el día limpiando la casa para que se vea muy bonita, como un modo de mostrarle respeto a él. Ella de inmediato ve que todas sus cosas están desparramadas y se siente mal. Así que el reclamo de él es «No me da suficiente espacio para sentirme cómodo. Es mi casa y quiero sentirme cómodo». Y lo que ella dice en ese momento es «Eres tan desordenado. Dejas todas tus cosas tiradas y todo se ve horrible, y cuando todo se ve así, atosigado de cosas, es cuando yo sé que no me respetas».
Una de las cosas que hace Virginia Satir es encontrar la contrapartida kinestésica de su queja visual y viceversa, de modo que pueda dirigirse al marido y decirle:
«No entiende lo que ella dijo ¿verdad? En realidad no tiene ninguna idea de lo que ella está sintiendo. ¿Alguna vez ha tenido la experiencia de meterse bajo las frazadas, estando ella ya allí mirando la televisión y comiendo galletas y, entonces, sentir todas esas migas por las sábanas y por toda tu piel? Bueno, eso es lo mismo que ella experimenta cuando entra al living y ve todas tus cosas tiradas».
Así que no hay culpa, no hay culpa. Uno dice «Tú eres malo» o «Tú eres estúpido» o algo así. Lo que dice es «Aquí hay una contrapartida que puedes entender en tu sistema».
El dirá: «Bien, pero cuando estamos con gente y yo quiero mostrar afecto ella siempre está tratando de alejarse de mí». Y ella responde: «Siempre estás haciendo escenas en público, me estás manoseando todo el tiempo». Este es, sencillamente, su modo de ser afectuoso, pero ella tiene que ver lo que está ocurriendo. El se queja de que ella se aleja, y él entonces se siente muy mal. El la toma y nada ocurre, así que uno le encuentra la contrapartida y le dice a ella:
«¿Alguna vez has tenido la experiencia de querer ayuda y necesitarla de verdad? ¿Realmente estar viendo la necesidad de un compañero, de compañía y de ayuda, y como que estás parada ahí en medio del desierto y miras a todos lados y no hay nadie? No ves a nadie y estás sola. Bueno, eso es lo que él siente cuando se acerca a ti, te trata de tomar y tú te apartas».
El asunto no es si acaso estos son ejemplos reales o no. El asunto aquí es que ustedes pueden utilizar el principio de ordenar a la gente de acuerdo a sus sistemas representacionales y luego hacer una superposición para encontrar la contrapartida entre ellos. Eso establece algo que incluso en las grandes compañías de seguros de este país se ha adoptado, las pólizas «sin fallas». Los terapeutas de familia y de parejas deben por lo menos tener eso, y además un modo de demostrarlo.
Al ir retrocediendo e ir dejando espacio para ver lo que estoy diciendo, y me acerco a él, estableciendo un contacto sólido, la enseñanza a un meta-nivel inconsciente es ésta: Yo puedo obtener respuestas de ella que a él le encantaría obtener y puedo obtener respuestas de él que a ella le encantaría obtener. Desde luego que eso jamás se menciona, todo funciona a un nivel inconsciente. Así que ellos van a modelar y van a adoptar mis tipos de conducta para hacer su comunicación más efectiva. Ese es otro modo de establecer contacto entre miembros individuales y luego traducirlo a sistemas representacionales, como un modo de enseñarles a comunicarse más efectivamente.
Los sistemas referenciales también son importantes. ¿Qué ocurre si alguien viene y me dice: «No sé lo que quiero»? Lo único que me están diciendo es que no tienen un sistema referencial. Hace poco, en un seminario, una mujer nos dijo que había pasado por un momento muy difícil. No podía decidir qué es lo que quería del menú. No tenía ninguna base sobre la cual fundamentar su decisión. Dijo, además, que toda su vida era así; nunca podía decidir cosas y siempre estaba insatisfecha. Así que literalmente le inventamos una estrategia de decisión, Le dijimos: bien, cuando te veas abocada ante una decisión, métele adentro y di a ti misma qué es lo que tienes que decidir, sea lo que sea. Digamos que estás en un restaurante, di a ti misma «tienes que escoger alguna comida», luego sal de ti misma y devuélvete a la experiencia sensorial y ve cuáles son las opciones, en otras palabras, lee el menú. A medida que lees «hamburguesas» haz una imagen o una figura de la hamburguesa al frente tuyo, prueba cómo sería el sabor y chequea si lo sientes como algo positivo o no. Enseguida lee «huevo frito» y ve si los huevos fritos al frente tuyo tienen el sabor que te gustaría que tuvieran, y chequea si eso lo sientes positivo o no. Luego que repitió el proceso de ensayar unas pocas veces, tuvo una nueva manera de tomar decisiones y pudo tomarlas rápida e inconscientemente en todo tipo de cosas en su vida.
A medida que repitió el proceso unas cuantas veces, éste se fue depurando, del mismo modo que lo hace el aprender a conducir automóvil. Llega un momento en que sencillamente se hace inconsciente. La conciencia parece estar ocupada de cosas que no sabemos hacer muy bien. Cuando sabemos hacer cosas realmente bien, las hacemos automáticamente.
Hombre: Estuvimos preguntándonos acerca de accesos de olores. Estuvimos jugando con eso un poco y descubrimos que se tornaban visuales para ver el objeto y luego poder olerlo.
No necesariamente. Tú usaste la secuencia descrita. Dijiste «lo que descubrimos fue que ellos hacen…» y luego te describiste a ti mismo. Esa es una pauta bastante corriente en sicoterapia moderna. Thomas Szasz dijo: «Toda la sicología es biografía o bien autobiografía». La mayoría de la gente se está haciendo terapia a sí misma en lugar de a la otra gente. Para responder más específicamente a tu observación, la gente puede accesar a experiencias olfativas de muchos modos distintos. Una de las cosas que podrán notar, sin embargo, es que cuando las personas accesan olores, mueven discretamente la nariz. Esa es una señal directamente sensorial, tal como los movimientos de los ojos, de los que —hemos estado hablando, son señales directas sensitivas, para dejarnos saber qué experiencia está teniendo la persona. Puede que enseguida procedan con un acceso visual, kinestésico, auditivo o puede que no, pero de todas maneras pueden ver un pequeño movimiento que hacen en las ventanas de la nariz.
Ahora, pónganse frente a frente, uno va a ser A y el otro B. Voy a pedirle a A que observe a B responder la pregunta que le voy a formular. Lo que tiene que hacer A es despejar sus canales sensoriales y observar la nariz de su pareja B ¿Cuándo fue la última vez que oliste bien amoníaco? ¿Vieron? ¿Alguna duda sobre eso? Es una respuesta involuntaria. Generalmente la persona respira en el mismo momento que las ventanas de la nariz se abren un poquito.
Les voy a pedir que hagan otra cosa en la misma línea. Cuando niños tuvieron muchas experiencias, tal vez tenían una abuelita que vivía en una casa aparte y que tenía algunos olores especiales. Tal vez era alguna comida especial, alguna frazada, algún juguete o algo que era especial para ustedes. Escojan algún objeto de su infancia, siéntanlo, háblense a sí mismos acerca de él o véanlo ahí en sus manos. Cuando ya lo tengan en cualquiera de estos sistemas, respiren profundamente y permitan que los lleve a cualquier lugar donde los lleve. Ensáyenlo durante un minuto, es un modo de accesar olores.
Hay tantos modos de utilizar esta información, como su ingenio les permita. Si utilizan fantasías visuales guiadas, con sus clientes, habrá algunos clientes con los cuales les resultará muy fácil. Otros, en cambio, ni siquiera lo intentarán. ¿Qué criterio usan para decidir eso, lo saben? Si pueden visualizar fácilmente, utilizan entonces una fantasía dirigida visual, ¿verdad? Lo que estamos sugiriendo es que inviertan eso, porque para las personas que normalmente no visualizan en conciencia, las fantasías visuales guiadas van a ser una experiencia increíble, un cambio profundo en su experiencia. En cambio, para aquellos que visualizan todo el tiempo, será mucho menos útil. Lo único que tienen que hacer para que funcione con gente que normalmente no visualiza es unirse a su sistema, donde sea que esté su conciencia. Primero establezcan contacto y luego, lentamente, hagan una superposición para guiarlos al sistema en que ustedes quieran que tenga la fantasía. Será extremadamente efectivo, mucho más efectivo que con alguien que ya sea un buen visualizador.
Si cuentan únicamente con un trozo de la experiencia, un fragmento de ella, ya la tienen toda. Les voy a pedir que hagan lo siguiente: Echen sus hombros hacia adelante y cierren sus ojos, y sientan como si hubiera alguien o algo que está empujando sobre sus hombros. Ahora tomen esas sensaciones, intensifíquenlas y permitan que surja una imagen. ¿Quién o qué es lo que encuentran ahí? A medida que surja la imagen, quiero que se percaten de alguna dimensión de la imagen que está conectada con algún sonido que estuviera ocurriendo, como si realmente estuviera sucediendo. Ahora escuchen el sonido.
Ese es el principio de la superposición (overlap). Siempre podrán irse al estado de conciencia que la persona indica mediante sus predicados y acompañarla en ese sistema, desde ahí podrán superponer a cualquier otra dimensión de la experiencia y enseñarle a la persona a hacer esto.
Richard: Sí, lo sé. Yo mismo lo hice. Hace cuatro años no podía ver una imagen. De hecho ni siquiera sabía que la gente podía hacerlo. Yo pensaba que la gente se engañaba a sí misma cuando hacía fantasías visuales guiadas. No tenía idea que realmente estaban viendo imágenes. Y luego me di cuenta de lo que estaba ocurriendo, descubrí que había estas diferencias entre las personas, y ahí empecé yo mismo a intentar hacer imágenes. Desde luego que el modo como yo me obligaba a producir imágenes era hablándome a mí mismo y obteniendo sensaciones, que es el modo como lo hace la gente que tiene imágenes problemáticas. Se dicen a sí mismos «Puchas, esto tendría que usarlo incluso más intensamente», y luego se sienten frustrados. Desde luego que mientras más me hablaba y mientras más sensaciones tenía, menos imágenes producía. Tuve que aprender a hacerlo por superposición, tomando una sensación o un sonido y luego agregándole una dimensión visual.
Ustedes pueden usar la superposición para enseñarle a un cliente a utilizar todos sus sistemas, que creo que es beneficioso para todos los humanos. Ustedes mismos podrán darse cuenta cuál sistema representacional es el que utilizan con más refinamiento y sofisticación y con cuál tienen más dificultades. Luego podrán usar la superposición como modo de entrenarse a sí mismos a ser más sofisticados en cualquier sistema, al igual que en sus sistemas más avanzados o desarrollados.
Digamos que tienen buenas kinestésicas, pero que no pueden visualizar. Se pueden sentir a sí mismos, alcanzar algo y sentir la corteza de un árbol, pueden explorarla táctilmente hasta que obtienen una alucinación táctil realmente buena. Pueden hacer lo siguiente: visualicen su mano, y luego vean más allá de su mano, dentro del ojo de su mente y vean cómo se ve el árbol basado en esa sensación, a medida que sienten la textura, lo áspero, la temperatura de la corteza. Si visualizan fácilmente y quieren desarrollar lo auditivo, vean la imagen de un auto dando rápidamente la vuelta en una esquina y escuchen el chirrido de los neumáticos contra el pavimento.
Hombre: ¿Estaría en desventaja un terapeuta congénitamente ciego?
Las claves de acceso visual son únicamente uno de los modos de obtener información. Hay otras cosas que están transcurriendo y que son igualmente interesantes y eso les dará la misma información. Por ejemplo, el tono de voz es más alto durante el acceso visual y más bajo durante el acceso kinestésico. Lo mismo ocurre con el ritmo. El ritmo del discurso se acelera para lo visual y se retarda para lo kinestésico. La respiración ocurre más alta en el pecho en el acceso visual y más abajo, en el abdomen, para lo kinestésico. Hay muchas claves. Lo que estamos haciendo es darles un pedacito de información por vez. Recuerden que su conciencia está limitada a siete pedacitos de información —más menos dos— en un determinado momento. Lo que estamos haciendo es decirles: «Normalmente ustedes prestan atención a otra dimensión de la experiencia, aquí hay una clase experiencia que quisiéramos que le prestaran atención y percátense cómo la podrán usar de una manera muy efectiva».
Yo puedo obtener la misma información mediante el tono de voz, o un cambio de ritmo, mirando cómo respira una persona, observando el cambio de color en el dorso de su mano. Alguien que es ciego podrá obtener los mismos tipos de información, pero de otra forma. Los movimientos Oculares son la forma más fácil que hemos descubierto para que la gente pueda aprender a obtener acceso a esta clase de información denominada «sistemas representacionales». Una vez con eso es fácil enseñarles otra dimensión.
Podrán pensar que un terapeuta ciego está en desventaja. Sin embargo, la ceguera en todos nosotros es cosa de grados. La persona no vidente, que no tiene ninguna posibilidad de ver, tiene la ventaja sobre la mayoría de nosotros: él sabe que es ciego. Un año antes yo le había enseñado a este hombre a detectar los sistemas representacionales mediante otras modalidades. No sólo era capaz de hacerlo muy bien, sino que además era capaz de hacerlo tan bien o mejor que la mayoría de las personas videntes de la sala. La mayoría de la gente tiene limitaciones en su habilidad sensorial. Se pierde gran cantidad de experiencias porque están operando con algo que para mí es mucho más interno que las «nociones preconcebidas». Están operando a partir de su propio mundo interno, y tratando de descubrir qué calza con él.
Incidentalmente, esa es una excelente receta para sentirse decepcionado. Una de las mejores maneras para sentir desilusiones y decepciones en la vida, es construir una imagen de cómo a uno le gustaría que fueran las cosas y luego tratar de que todo eso sea así. Se sienten decepcionados toda vez que el mundo no calza con su imagen. Ese es uno de los mejores modos que conozco para permanecer en un estado de constante decepción y frustración, porque jamás van a conseguir que el mundo calce con su imagen que tienen de él.
Otra vasta fuente de información de procesos está en la observación de los programas motores accesados cuando una persona piensa acerca de una actividad. Por ejemplo, Ann ¿te sentarías por favor en una posición «normal», sin cruzar las piernas? Gracias. Ahora permíteme hacerte una pregunta preparatoria. ¿Tú sabes conducir un automóvil? (Sí). ¿Hay alguno en particular que tú manejas habitualmente? (Sí). Muy bien, ahora esta es una pregunta que no quiero que respondas verbalmente, sencillamente accesa la pregunta internamente ¿El automóvil que tú manejas tiene cambio automático o cambio de palanca?… ¿Alguna otra persona vio la respuesta? ¿Les gustaría hacer una adivinanza acerca de la respuesta y constatarla?
Hombre: Cambio de palanca.
Muy bien, ¿cómo supiste eso?
Hombre: Ella hizo un ademán de mover la palanca. La vi mover la mano derecha.
¿Y puedes decir, por el cambio que hizo, si es manual o automático?
Hombre: Es manual.
¿Eso es verdad, Ann? (No). No, es automático. Ahora bien, ¿alguna otra persona vio la respuesta?
Mujer: Sí, porque yo pensé que como ella es chica no querría manejar un auto con cambio de palanca.
Muy bien, ¿alguna otra persona utilizó experiencia sensorial para obtener la respuesta?… Bien, voy a responder la pregunta directamente. Si hubieran estado mirando los pies de Ann, habrían obtenido de inmediato la respuesta a la pregunta. Una de las diferencias en el programa motor que tiene una persona que conduce un automóvil automático o un automóvil con cambio manual, es si tienen que utilizar el pedal de embrague. Si hubieran estado observando habrían visto que ella hacía tensión en su pierna derecha y no en la izquierda, lo cual les hubiera dado la respuesta.
Si le hacen una pregunta a una persona cuya respuesta involucra un programa motor, pueden observar las partes del cuerpo que van a utilizar para accesar esa información. La información en los humanos no llega de la nada. Para que una persona pueda obtener información para responder una pregunta, tiene que accesar alguna representación de ella. Y aun cuando traigan solamente uno de estos sistemas a la conciencia, para juntar la información van a accesar todos los sistemas inconscientes.
Ann: Nosotros tenemos los dos tipos de auto y yo manejo ambos. Tú preguntaste: «¿Cuál manejas habitualmente?». Si hubieras preguntado: «¿Tienes un auto distinto?» y luego me hubieras preguntado acerca del auto específico ¿mis programas motores habrían sido distintos? Si hubiera estado pensando en que estaba manejando el otro auto ¿mis piernas se hubieran movido de distinta manera?
Si utilizas tu pie izquierdo, únicamente hay embrague. Ahora consideren cómo responden a cada pregunta. Todos ustedes tienen puerta de entrada en las casas o departamentos en que viven, sean estas casas antiguas o apartamentos. Cuando entran a su casa o departamento, ¿la primera puerta se abre a la izquierda o a la derecha? Ahora bien, ¿cómo deciden esas preguntas? Todas las manos se están moviendo.
Les voy a hacer otra pregunta. Cuando llegan a casa en la tarde y el pestillo está con llave. ¿Cuál mano usan realmente para abrir la puerta? Observen las manos.
Durante mucho tiempo la gente ha tratado de utilizar el lenguaje corporal como si fuera un vocabulario de contenido, como si el sostener la cabeza hacia atrás significara que son personas reservadas y mantener sus piernas cruzadas significara que estaban cerrados. Pero el lenguaje corporal no funciona como funcionan las palabras, funciona de modo distinto. Los movimientos oculares y los movimientos del cuerpo dan información acerca del proceso.
En nuestra opinión, el dominio propio de los comunicadores profesionales es el proceso. Si se meten en el contenido, inevitablemente van a imponer parte de su sistema de creencias y valores a la gente con las cuales se comunican.
Por lo general, los problemas de la gente no tienen nada que ver con el contenido, sino más bien con la estructura, con la forma de cómo organizan su experiencia. Una vez que hayan empezado a entender eso, la terapia se hace mucho más fácil. No tienen que escuchar el contenido, simplemente tienen que descubrir cómo funciona el proceso, lo que en realidad es mucho más sencillo.
Ahora les voy a hablar de otra pauta importante. Yo soy su cliente y usted me pregunta: «¿Bueno, y cómo le fue esta semana?». Y le respondo (suspirando profundamente, con la cabeza hacia abajo, tonalidad baja). «Ah, todo funcionó fantástico esta semana (suspirando y moviendo la cabeza como negando), sin problemas». Ahora bien, por sus risas me doy cuenta de que aquí hay una comunicación poco usual. El nombre que hemos adoptado para esto es incongruencia. Lo que yo indico con mi tono de voz y mis movimientos corporales y el movimiento de mi cabeza no calza con mis palabras. Ahora, ¿qué respuestas tienen a esto como comunicadores profesionales? ¿Qué alternativas tienen para responder a esta situación?
Mujer: Si yo te conociera muy bien diría: «No te creo» o podría decir también «Bueno, no te ves demasiado feliz, porque las cosas te están funcionando». De modo que tú harías un meta-comentario sobre la discrepancia que has podido observar y confrontarías a la persona con él. ¿Alguna otra persona tiene alguna otra respuestas?
Hombre: Yo la ayudaría a que expresara ambos mensajes, exagerando tal vez los componentes no verbales…
Muy bien, la técnica guestáltica: amplificar el mensaje no verbal hasta que se logra accesar a la experiencia adecuada, ¿verdad? Muy bien, esa es otra alternativa. ¿Todo el mundo aquí entiende las alternativas de que estamos hablando? Nuestra tarea son las opciones. La noción de la incongruencia es un punto de alternativa que se va a repetir en su experiencia si es que están en el oficio de la comunicación. Y es bastante sensato el que posean un repertorio variado, un rango de respuestas posibles, y entender —ojalá a un nivel inconsciente— cuál será el resultado cuando seleccionen una de estas maniobras o técnicas.
Una alternativa, desde luego, es el meta-comentario, y pienso que es una buena opción, sin embargo, es únicamente una opción. Cuando observo y escucho cómo se comunican los terapeutas, a veces me doy cuenta de que es la única opción que muchos tienen cuando se les presenta una incongruencia, que la gente que está en el negocio de la alternativa no tiene ninguna. A ustedes les conviene tener muchas opciones para responder a la incongruencia, quieren tener la alternativa de exagerar lo no verbal o de llamarlos mentirosos o desafiarlos, ignorarlos o sencillamente hacer de espejo, reflejando su conducta, diciendo al mismo tiempo incongruentemente: «me alegro mucho» (negando con la cabeza y con sonrisa forzada).
También les pueden «hacer cortocircuito», invirtiendo los mensajes verbales y no verbales: «qué lástima» (sonriendo y asintiendo con la cabeza). La respuesta que a veces se logra es fascinante, porque la mayoría de la gente no tiene idea qué fue lo que verbalizó. Ocurrirá que entrarán en un estado de confusión o van a empezar a verbalizar explícitamente en mensaje que previamente era no verbal. Es como si tomaran todo el material consciente y lo hacen inconsciente y viceversa.
O podrán optar por responder con una metáfora adecuada: «Eso me recuerda una historia que mi abuelito O’Mara me contó una vez. El era irlandés, pero me contó acerca de este país báltico en que había estado cuando viajó por Europa cuando joven, pobre, desterrado, pero sin embargo obteniendo experiencia. Y el duque que reinaba ese principado —eso era antes de la segunda guerra mundial, cuando había una serie de pequeños países-tenía un problema. El ministro del Interior no se comunicaba bien con el ministro del Exterior, veía que necesitaban ser atendidas para tener buenas negociaciones con otros países vecinos, entraban en conflicto con algunas cosas que el ministro del Interior sentía…».
Ahora bien, ¿cómo es que la gente aprende a ser incongruente? Piensen en el caso de un niño que llega a casa y le entrega a sus padres una tarea. Los padres miran la tarea y el padre dice (con cara de enojado y moviendo la cabeza haciendo un «no» y diciendo con una tonalidad áspera), «Oh, estoy tan contento de que trajeras tareas para la casa, hijo». ¿Qué es lo que hace entonces el chico? ¿Se echa para adelante y hace un meta-comentario? «Papy, te escucho decir que estás contento, pero me doy cuenta…». No, no hace eso si es un niño. Una de las cosas que los niños hacen es volverse hiperkinéticos. Un hemisferio está registrando la entrada visual y el tono de voz, mientras que el otro hemisferio está registrando las palabras y su significado digital, y no calzan. Y el no calzar se hace máximo donde los dos hemisferios se sobreponen máximamente, que es en la representación kinestésica. Si alguna vez observan a un niño hiperactivo, verán que el gatillo de la hiperactividad es la incongruencia. Y comienza en la línea media del torso, y luego se difunde a todos los demás tipos de conducta.
Ahora les voy a pedir que hagan algo. Quiero que levanten su mano derecha… ¿Alguien se dio cuenta de una incongruencia?
Hombre: Tú levantaste tu mano izquierda.
Levanté mi mano izquierda al igual que muchos de ustedes, ¡que también levantaron su mano izquierda! Algunos de ustedes levantaron su mano izquierda y algunos levantaron su mano derecha. Algunos ni se dieron cuenta de cuál mano levanté. Lo interesante es que cuando éramos niños tuvimos que descubrir algún modo de encarar las incongruencias. Típicamente lo que la gente hace es distorsionar su experiencia de modo que sea congruente. ¿Alguno de ustedes me escuchó decir «Levante su mano izquierda»? Varios levantaron su mano izquierda, incluso algunos levantaron su mano izquierda y probablemente pensaban que estaban levantando su mano derecha. Si no se dieron cuenta de la incongruencia fue porque de alguna manera eliminaron la relación entre su propia experiencia kinestésica y mis palabras, para que la experiencia fuera coherente.
Si lo que les está llegando es un mensaje mixto, un modo de resolver la dificultad es dejando fuera de conciencia una de las dimensiones, ya sea la entrada verbal, la entrada tonal, los movimientos corporales, el tacto o la entrada visual. Y podrán predecir que el niño hiperactivo que deja fuera de la conciencia al hemisferio derecho —y que desde luego sigue funcionando, pero fuera de la conciencia— será luego perseguido por imágenes visuales: bebés muertos saliendo de una hamburguesa sobre el escritorio del siquiatra. Aquel que elimina todos los kinestésicos, sentirá que hay todo tipo de insectos que le están caminando por encima, y realmente lo van a molestar, y se lo van a decir. Esto es una cita directa de un esquizofrénico. Aquellos que eliminan la parte auditiva, van a escuchar voces que salen de los enchufes de la pared, porque literalmente están suprimiendo la conciencia de ese sistema entero, y la información que tienen disponible a través de ese sistema, como modo de defenderse a sí mismos, en vista de las repetidas incongruencias.
En este país hemos ido a hospitales siquiátricos, hemos descubierto que la mayoría de las alucinaciones son auditivas porque la gente en esta cultura no pone gran atención a su sistema auditivo. En otras culturas las alucinaciones tenderán a agruparse alrededor de otros sistemas representacionales.
Mujer: Me gustaría que comentara más sobre esto, porque conversando con algunas personas acerca de los fenómenos alucinatorios, me tropecé con esto.
Los fenómenos alucinatorios, en mi opinión, son iguales a lo que han estado haciendo aquí todo el día. No hay una diferencia formal entre las alucinaciones y el proceso que usan. Si les pido, por ejemplo, que recuerden alguna cosa que ocurrió esta mañana o que ocurrió cuando dije «amoníaco» y todos ustedes hicieron «¡uhhhrhhh!». Lo que yo puedo decir es que hay algunas diferencias sutiles entre la gente que está dentro de un hospital siquiátrico y aquellos que no lo están. Una de ellas es que están en un edificio distinto. La otra es que muchos de ellos parece que no tienen una estrategia adecuada para saber qué constituye una realidad compartida y qué no constituye una realidad compartida.
¿Quién de ustedes tiene un perro regalón? ¿Pueden ver al perro sentado aquí en esta silla? (Sí). Muy bien, ahora ¿pueden hacer una distinción entre el animal que está aquí sentado y la silla sobre la cual está sentado? ¿Hay algo en su experiencia que les permita distinguir entre el hecho de que colocaron una imagen visual del animalito ahí y el hecho de que la imagen de la silla estaba ahí aun antes de que la colocaran deliberadamente ahí? ¿Hay alguna diferencia? Puede que no la haya.
Mujer: Sí que la hay.
Muy bien. ¿Cuál es la diferencia? ¿Cómo sabes que hay una silla real y que no hay un perro real?
Mujer: Puedo ver que esa silla está en mi realidad aquí y ahora, pero únicamente puedo hacer un cuadro del perro dentro de mi cabeza, en el ojo de la mente…
¿No ves al perro sentado ahí en la silla?
Mujer: Sí, pero únicamente en el ojo de mi mente.
¿Cuál es la diferencia entre la imagen de la silla en el ojo de tu mente y la imagen del perro en el ojo de tu mente? ¿Hay una diferencia?
Mujer: Bueno, uno está aquí y el otro no está.
Sí, pero ¿cómo sabes eso?
Mujer: Bueno, aún veo la silla cuando miro hacia otro lado y vuelvo a dirigir la mirada hacia allá. Pero dejo de pensar en el perro en la silla y el perro ya no está más en la silla.
Muy bien, tú puedes hablarte a ti misma, ¿verdad? Ahora métete hacia adentro y ve si hay una parte tuya a un nivel consciente que sea capaz de hacer que el perro esté ahí aun cuando dirijas la mirada de nuevo para allá. ¿Podrías hacer esos arreglos y veamos si aún puedes hacer la distinción? Porque mi suposición es que también hay otros modos, como sabes.
Mujer: La imagen del perro no es tan clara.
Muy bien, ese es un modo como chequeas la realidad. ¿Puedes volverte hacia adentro y preguntar si hay una parte tuya que te pueda hacer más clara la imagen del perro?
Mujer: No mientras estoy despierta.
Yo sé que tu mente consciente no lo puede hacer. No estoy preguntando eso. ¿Te puedes hablar a ti misma? ¿Puedes decir?: oye, Mary, ¿cómo estás?” ¿por dentro? (Sí). Muy bien, vuélvete hacia adentro y di: «¿Hay alguna parte mía, a un nivel consciente que sea capaz de hacer que la imagen del perro parezca tan clara como la de la silla?». Y sé sensible a la respuesta que vas a obtener, puede ser verbal, puede ser un sentimiento, puede ser algo visual. Mientras ella hace eso, ¿alguno de ustedes sabe cómo conocen cuál es la diferencia?
Hombre: Bueno, anteriormente, cuando golpeaste la silla escuchar un sonido, cuando golpeaste el perro no pude escuchar el ruido.
Así que esencialmente tu estrategia consiste en irte a otro sistema representacional y percatarte si hay una representación que corresponde en ese sistema a lo que detectaste en otro sistema.
Mujer: Yo sé que puse al perro ahí…
¿Cómo sabes eso?
Mujer: Porque pude recordar lo que hice. Muy bien, ¿cómo es que te acuerdas de haber puesto el perro ahí? ¿Es un proceso visual? ¿Te hablas a ti misma? Muy bien. Ahora quiero que hagas el mismo proceso para colocar la silla ahí. Quiero que pongas la silla acá, a pesar de que ya está acá. Quiero que hagas el mismo proceso que usaste para poner el perro acá, pero esta vez para colocar la silla acá, y dime cuál es la diferencia, si es que la hay.
¿Alguna persona se da cuenta a lo que voy?
Mujer: Que somos todos esquizofrénicos.
Desde luego que somos todos esquizofrénicos. De hecho R. D. Laing es demasiado conservador cuando dice que la esquizofrenia es una respuesta natural. Evolutivamente, el paso siguiente, en el que todos estamos comprometidos, es la personalidad múltiple. Todos ustedes son personalidades múltiples. Hay únicamente dos diferencias entre ustedes y una personalidad múltiple oficialmente diagnosticada:
Lo que estamos tratando de demostrar es que la diferencia entre alguien que no sabe que lo que está alucinando es una alucinación y ustedes, es únicamente que ustedes han desarrollado una estrategia mediante la cual saben qué es una realidad compartida y qué no lo es. Y si van a tener alucinaciones, posiblemente la tengan acerca de ideas y no de cosas.
Si uno de ustedes en el auditorio dijera: «Bueno, espera un minuto, ahí realmente hay un perro, todo el mundo lo puede ver»… Entonces probablemente lo internaríamos.
Ahora, hace un momento cuando Sally utilizó la palabra «pensativo», ella estaba alucinando con exactamente el mismo proceso formal que un esquizofrénico. Por ejemplo, hubo un paciente mental que nos miró y nos dijo: «¿Vio como me acabo de tomar esa taza de sangre?». Estaba haciendo exactamente lo mismo. Estaba tomando información del exterior y combinándola de una manera interesante con la respuesta que estaba generando internamente y asumiendo, luego, que todo provenía desde afuera.
Hay únicamente dos distinciones entre cualquiera persona en esta sala y un esquizofrénico institucionalizado: 1) si ustedes tienen una buena estrategia de realidad y pueden hacer esa distinción y 2) si el contenido de su alucinación es socialmente aceptable o no. Porque todos alucinamos. Todos alucinamos que alguien está en un buen estado de ánimo o en un mal estado de ánimo, por ejemplo. Suele ser una representación bastante precisa de lo que estamos recibiendo desde afuera, pero a veces es una respuesta a su propio estado interno.
Y si no pasa nada, a veces puede inducir un estado: «¿Te pasa algo?». «¿Qué te está molestando, algo te está molestando?». «No quiero que te preocupes de nada de lo que ocurrió mientras estuvimos fuera».
El beber sangre en esta cultura no es algo aceptable. Yo he vivido en culturas donde eso es perfectamente adecuado y corriente. Los Massai, en el este de África, se sientan y toman copas de sangre todo el tiempo. Ningún problema. Sería muy raro en su cultura si alguien dijera algo como: «Puedo ver que te estás sintiendo muy mal acerca de lo que acabas de decir». Empezarían a hacerse preguntas acerca de ti. Pero en esta cultura eso está invertido.
Cuando entrenábamos residentes en hospitales siquiátricos llegábamos temprano y pasábamos bastante tiempo en los pabellones, porque los pacientes ahí tenían problemas que jamás habíamos tenido la oportunidad de encontrar antes. Les dimos la tarea de determinar para ellos mismos cuáles partes de su experiencia podían ser válidas para otras personas y cuáles no. Por ejemplo, con el paciente de la copa de sangre, inmediatamente pudimos acercarnos a su realidad. «Sí, haz el favor de entibiarme ésta». Nos unimos tanto a su realidad que llegó a confiar en nosotros. Luego le dimos la tarea de descubrir cuál parte de su realidad podía ser válida para otras personas en el pabellón. Jamás dijimos que esto realmente estaba ahí y esto no, sino que sencillamente le pedimos que determinara cuál parte de su realidad podía compartir con las otras personas. Y entonces aprendió —como la mayoría de nosotros hemos aprendido de niños— a hablar acerca de las partes de la realidad que son alucinaciones socialmente aceptables o que otras personas también están dispuestas a ver, a escuchar, a sentir. Y eso es todo lo que necesitó para ser dado de alta del hospital. Ahora le va muy bien. Aún se toma sus copas de sangre, pero lo hace solo. La mayoría de los psicóticos sencillamente no tienen modos de distinguir entre qué es una realidad compartida y qué no lo es.
Hombre: Muchos siquiatras tampoco tienen eso cuando trabajan con las personas.
¡Muchos no lo tienen, por lo menos a lo que yo sé, punto! La única diferencia es que ellos tienen otros siquiatras que comparten esa realidad, así que por lo menos tienen una realidad compartida. Yo he hecho muchas bromas acerca de esto, de cómo los sicólogos humanistas se tratan unos a otros cuando se encuentran. Tienen una cantidad de rituales que no existían cuando yo trabajaba en una firma electrónica. En la firma la gente no se acercaba en las mañanas ni se tomaba de las manos, mirándose significativamente a los ojos durante cinco minutos y medio. Cuando alguien en la firma electrónica ve hacer eso, dice: «Qué extraño» y la gente en los círculos de sicología humanista piensa que los de la firma electrónica son fríos, insensibles e inhumanos. Para mí, ambas son realidades nicóticas, y no estoy seguro de cuál es más loca. En todo caso, con el criterio de realidades compartidas, la gente de la firma electrónica es mayoría.
Cuando ustedes realmente tienen una opción es cuando pueden irse de una realidad a otra, y también pueden tener una perspectiva de lo que está ocurriendo. Una de las cosas más locas que puede ocurrir es cuando un sicólogo humanista va a dar un seminario a una corporación y no altera su conducta. Esa incapacidad para ajustarse a una realidad compartida diferente es una demostración de sicosis.
Pareciera que los terapeutas sintieran las letras y las palabras. Y realmente no creo eso de que sea más extraño que beber copas de sangre. A todas partes donde voy la gente me dice que se siente O y K, eso es bastante extraño. O bien le preguntan a la gente: «¿Cómo te sientes?», y dicen: «No tan mal». Piensen en eso un momento. Es una afirmación muy profunda. «Me siento, no mal». Eso no es una sensación y tampoco lo es «OK».
Uno de los métodos eficaces para ustedes como comunicadores profesionales, es hacer la distinción entre percepción y alucinación. Si pueden distinguir claramente cuál parte de su experiencia en transcurso está siendo creada internamente y colocada fuera, oponiéndola a la experiencia que realmente están recibiendo a través de sus aparatos sensoriales, entonces no van a alucinar cuando no les convenga. De hecho no hay nada que necesite ser alucinado. No hay ningún resultado en terapia para lo cual sirvan las alucinaciones. Pueden quedarse estrictamente con las experiencias sensoriales y serán muy poderosos, eficientes, efectivos y creativos.
Para ser un comunicador excelente, necesitan solamente tres cosas. Hemos encontrado que hay tres pautas fundamentales en las conductas de cada uno de estos magos terapéuticos con quienes hemos hablado, y también en algunos ejecutivos y vendedores excelentes. Lo primero es saber cuál es el resultado que desean obtener. Lo segundo es que necesitan flexibilidad en su conducta. Tienen que ser capaces de tener una gran flexibilidad de conducta para descubrir qué respuestas obtienen. Y lo tercero es que necesitan tener suficiente experiencia sensorial para darse cuenta cuando hayan logrado el resultado deseado. Si tienen esas tres capacidades, entonces basta con alterar su conducta hasta que obtengan las respuestas que quieran.
Y eso es lo que estamos haciendo aquí. Sabemos cuáles son los resultados que deseamos, y nos ponemos en lo que denominamos «uptime[1]», en ese momento estamos en completa experiencia sensorial y sin «conciencia», no estamos pendientes de nuestras sensaciones internas, o de imágenes, voces o de ninguna otra cosa interna. Estamos en una relación de experiencia sensorial con ustedes y dándonos cuenta de cómo responden a nosotros y continuamos cambiando nuestra conducta hasta que ustedes respondan del modo que nosotros deseamos.
En este momento sé lo que estoy diciendo, porque me estoy escuchando desde afuera, externamente. Sé cuánto sentido están cobrando de lo que estoy diciendo, por sus respuestas conscientes e inconscientes. Y yo las veo. No estoy haciendo comentarios internos, sencillamente me percato de ellas y ajusto mi conducta. No tengo ninguna idea de qué es lo que siento internamente. Tengo una secuencia táctil kinestésica. Puedo sentir mi mano en mi chaqueta, por ejemplo. Es un estado alterado particular. Es uno de los tantos trances, y muy útil para conducir grupos.
Mujer: ¿Qué tipo de ajustes hace para llegar a «uptime»? Dijo que hacía ajustes hasta que obtenía la respuesta que deseaba. ¿Qué clase de ajustes está haciendo? ¿Explica más? ¿O habla más? O…
Bueno, yo ajusto todos los parámetros posibles. Para mí el más obvio es el tono de voz. También pueden ajustar su expresión facial. A veces pueden decir las mismas palabras y levantar las cejas y la gente súbitamente va a entender. A veces pueden empezar a mover las manos. Con alguna gente pueden dibujar una imagen. A veces puedo explicar algunas cosas una y Otra vez usando un conjunto de diferentes palabras. Esas son algunas de las posibilidades lógicas que están a disposición. Hay muchas posibilidades.
Mujer: Bueno, a medida que está cambiando su conducta ¿no tiene que estar dándose cuenta de lo que está ocurriendo dentro suyo?
No, pienso que la mayoría de la gente intenta hacerlo reflexivamente con una especie de darse cuenta de sí mismo consciente, y la mayoría de las estrategias de la conciencia reflexiva no funcionan. Y es por eso que la mayoría de la gente tiene relaciones personales tan malas. Si yo quiero actuar de determinada manera y la convierto a usted en la referencia de lo que estoy haciendo, lo único que tengo que hacer es seguir actuando de modos distintos hasta que usted se vea, diga las cosas y se conduzca del modo que yo quiero que lo haga. Si tengo que chequear conmigo para saber si está ocurriendo, entonces voy a estarle prestando atención a mis sentimientos y a mis voces internas, lo que no me va a indicar sí estoy obteniendo el resultado que deseo. La mayoría de los terapeutas tienen éxito con sus clientes muchas veces antes de percatarse de ello.
Mujer: Muy bien, yo puedo ver cómo se funcionaría en terapia siendo terapeuta. Pero en una relación interpersonal íntima, me parece que estar «uptime» no sería demasiado bueno para la intimidad.
Estoy en desacuerdo. Yo creo que se puede ser mucho más íntimo de esa manera. No creo que la intimidad se construya en base a hablarse a sí mismo y a hacer imágenes internas. Yo pienso que la intimidad se construye en base a suscitar respuestas. Y si yo estoy «uptime» cuando estoy interactuando con alguien, entonces voy a obtener respuestas en esa persona que son placenteras e íntimas y cualquier otra cosa que quiera.
Mujer: Si le estoy hablando a alguien acerca de algo que estoy sintiendo, y pienso que es algo importante, entonces estoy en «uptime», ¿verdad?
Si esa es tu definición de intimidad, entonces tenemos definiciones distintas de intimidad.
Lo que digo es que es parte de ser íntimo; es un modo de ser íntimo.
Muy bien, yo estoy en desacuerdo con eso.
Mujer: ¿Cómo puedes hacer eso si estás en «uptime»?
No puedes hacer eso cuando estás en «uptime». Puedes hablar acerca de las cosas que has pensado, que has sentido en otros momentos, pero entonces no estarías en «uptime». Estoy de acuerdo que «uptime» sería una pobre estrategia para hablar acerca de ventas, pero no considero que eso deba ocurrir en la intimidad. Para lo que tú describes, el «uptime» no es una buena estrategia. «Uptime» es la única estrategia que conozco que es generalmente efectiva para interactuar con gente en términos de obtener respuestas.
Para lo que tú estás hablando, yo diseñaría una estrategia completamente distinta, porque vas a tener que saber qué es lo que estás pensando y sintiendo para poder hablar de ello, pero no creo que eso va a producirte contacto con otro ser humano. Porque si haces eso, no le estás prestando atención a él, estás simplemente poniendo atención a ti misma. Y no digo que eso sea malo, lo único que digo es que no te va hacer sentirte más conectada con la otra persona. No vas a tener más contacto con la persona que está sentada a tu lado si estás haciendo imágenes internas, hablándote a ti misma y sintiendo cosas, y luego contándole a ella cuáles son. Eso no te va a poner a ti en contacto con ella. Lo único que va a hacer eso es relatarle a su mente consciente muchas cosas que están ocurriendo dentro tuyo, cuando tú no estás prestándole atención a ella.
Conozco un abogado que tiene una gran estrategia para resolver problemas legales. Lo primero que hace es una construcción visual dentro de su cabeza de cuál es el problema que tiene que ser resuelto. En seguida se va a auditivo interno A y chequea con un visual eidético A, auditivo interno B y chequea con un visual eidético B, y así, hasta que todos sus eidéticos auditivos y visuales se suman a esa construcción visual. Entonces sabe que ya ha resuelto el problema. Es una estrategia estupenda para problemas legales, pero es una pésima estrategia para relaciones interpersonales y, desgraciadamente, la usa para eso también. Construye una imagen de cómo quiere interactuar con alguien y luego busca imágenes de cuando lo ha hecho antes. Nunca puede hacer nada nuevo con alguien, a menos que anteriormente haya hecho todos los pasos. No es una estrategia muy buena para esa tarea, y mientras está usando esa estrategia, está ido, está en otra parte.
Hace poco vi en televisión a una sicóloga que estaba instruyendo a las personas en cómo comunicarse mejor. Esencialmente decía: «Fórmense una imagen de cómo quieren ser, y luego compórtense así». Pero no decía nada acerca de tomar en Cuenta la retroalimentación que proviniera de otras personas. Tenía a todas estas personas de cartón cerca de ella, sus alumnos, que repetían: «Sí, somos muy felices y podemos comunicarnos y ha sido un placer conocerlo, sí». Ni siquiera sabían si acaso se daban las manos o movían las cabezas. No tenían ningún contacto, porque estaban dentro haciendo imágenes. Todos tenían sonrisas en sus caras y tal vez eran felices, pero no es una buena estrategia para comunicarse.
En una oportunidad almorzamos con un coronel de Ejército retirado que había decidido convertirse en comunicador. Tiene básicamente dos estrategias. Una es dar órdenes y la otra está diseñada para obtener acuerdo. Ninguna de sus estrategias tiene una etapa de obtención de información, su estrategia sencillamente termina cuando hay un acuerdo. De modo que no importa lo que ustedes digan, porque basta con que digan: «Estoy de acuerdo con usted» y ya no puede funcionar más. Es el tipo de persona con la cual uno nunca estará de acuerdo, porque tiene un tono de voz que lo obliga a uno a responder negativamente.
Cuando nos sentamos todos juntos, fue una locura, porque seguían diciendo: «Bueno, yo no lo pondría así» y originando discusiones con él. Finalmente los detuve a todos, y Leslie y yo al Unísono dijimos: «Estamos de acuerdo con usted». Y cuando nosotros decíamos eso, él ya no podía generar ninguna conducta. Simplemente dejó de funcionar. Se quedaba sentado ahí calladamente durante diez o quince minutos hasta que se agarraba nuevamente a algo que nosotros estábamos hablando, y bastaba que nosotros dijéramos: «Estamos de acuerdo con usted» y ¡puff!, se iba otra vez. Su estrategia para decidir lo que quería del menú era conseguir que todo el mundo ordenara cualquier cosa. Su estrategia no estaba diseñada para obtener comida que fuera agradable a su paladar. Estaba diseñada para que los demás pidieran lo mismo que él. Supongo que esta es una buena estrategia para un coronel de Ejército, pero es una pésima estrategia para pedir un buen plato en un restaurante, o para elegir un restaurante, o para hacerse de amigos, que es algo que él no tenía.
El tener experiencia sensorial total es un proyecto para toda la vida y, que yo sepa, no hay limitación. En este momento, por ejemplo, yo veo cosas, escucho cosas y obtengo información táctil que hace dos años me hubieran parecido percepciones extrasensoriales (PES). Eso es algo que yo digo en favor de mi disposición a comprometer parte de mi tiempo y energía a entrenarme para refinar las distinciones que hago entre realidades internas y externas, refinamiento que puedo hacer ahora en todos los canales sensoriales y en cada uno de los sistemas representacionales internos.
Gran parte de nuestra capacidad para hacer distinciones visuales la obtuvimos de Milton Erickson. Es uno de los detectores visuales más exquisitos y refinados del mundo. Puede ver cosas que son realmente «extrasensoriales» para otra gente, pero están ahí, están llegando de los mismos sentidos. En el ejercicio que hicimos, muchos de ustedes me llamaron para pedirme ayuda, y me decían: «Esta persona no mueve los ojos», y finalmente admitieron: «Bueno, hay un discreto movimiento de los ojos». Cuando ustedes dicen que algo es discreto, es una afirmación acerca de su capacidad para detectarlo y no acerca de lo que está ocurriendo con la otra persona.
Es como el concepto «resistencia». Si los terapeutas consideran la «resistencia» como un comentario acerca de sí mismos en lugar de sus clientes, pienso que el campo de la sicoterapia se desarrollaría a un ritmo más rápido. Cada vez que un cliente se «resiste», es una afirmación acerca de lo que ustedes están haciendo, y no acerca de lo que ellos están haciendo. De todos los modos que han intentado para establecer contacto y rapport, aún no han descubierto uno que funcione y a eso lo llaman resistencia, o paciente resistente o cliente resistente. Necesitan ser flexibles en el modo como se presentan, hasta que obtengan la respuesta de contacto que desean.
Lo que quisiéramos hacer en seguida, es ofrecerles un ejercicio que les va a incrementar su experiencia sensorial y les va a ayudar a distinguir entre experiencia sensorial y alucinación. Este ejercicio consta de cuatro partes: