7.19 La Antigua Orden de la Cruz de Hierro

Seccione la cruz en piezas que formen un cuadrado

Según la leyenda. César Augusto iba un día en su carruaje cuando vio a Tito Livio, el soldado manco, pidiendo limosna. César se detuvo para preguntarle al veterano por qué no había recibido la cruz de honor y la pensión que merecían los soldados que habían perdido un miembro en servicio.

«Gran César», replicó el soldado, «sólo fui un humilde soldado, y sin duda no repararon en mí».

César se quitó la condecoración de su propio pecho y se la puso al soldado. «Si hubieras perdido ambos brazos», le dijo, «serías el fundador de un nuevo orden».

Al oír esto, el soldado rápidamente extrajo su espada y con un diestro mandoble se cercenó el otro brazo. No entraremos en la discusión de los aspectos paradójicos de este acontecimiento, sino que nos ocuparemos exclusivamente de la forma de la cruz de San Andrés que Tito lleva sobre el pecho. El problema consiste en cortarla en el menor número posible de partes que puedan ensamblarse para formar un cuadrado.