Para resolver problemas de este tipo, lo primero es determinar qué distancia recorrería el hombre para atrapar el cerdo si ambos corrieran hacia adelante en línea recta. Súmese a esto la distancia que recorrería el hombre para atrapar el cerdo si corrieran uno hacia el otro en línea recta. Divídase el resultado por dos y se tendrá la distancia que recorre el hombre.
En este caso, el cerdo está a 250 yardas, y las velocidades del hombre y el cerdo conservan una proporción de 4 a 3. Así, si ambos corren hacia adelante en línea recta, el hombre recorrería 1.000 yardas para alcanzar al cerdo. Si van uno hacia el otro, el hombre recorrería 4/7 de 250, o 142 yardas y 6/7. Si se suman ambas distancias y se divide por 2 el resultado es 571 yardas y 3/7 para la distancia recorrida por el hombre. Como el cerdo corre a 3/4 de la velocidad del hombre, habrá recorrido las tres cuartas partes de la distancia recorrida por el hombre, es decir 428 yardas y 4/7.
Si el cerdo puede correr tanto o más rápido que el hombre, es fácil advertir, a partir de la regla de Loyd, que jamás será alcanzado. Pero si la velocidad del hombre excede a la del cerdo, el cerdo siempre podrá ser capturado. La ruta del hombre forma una de las más simples «curvas de persecución», cuyo estudio constituye una de las ramas más interesantes de lo que podríamos llamar «cálculo recreacional».
[M.G.]