1.53. La propiedad de O’Shaugnessy

En el colmo de su alegría al enterarse de que se transformaría en feliz padre siendo un anciano, O’Shaugnessy prometió dar dos tercios de su propiedad al «niño» y un tercio a la madre, pero en caso de que el «niño» resultara niña, dos tercios de la propiedad serían para la madre y un tercio para la hija. Cuando se supo, no obstante, que el «niño» eran mellizos, lo que hizo necesario repartir entre un niño y una niña, la mente de O’Shaugnessy ya no estaba en condiciones de decidir cuál era la manera adecuada de cumplir los términos de su promesa.

Preguntamos a nuestros amigos, especialmente a aquellos que se dedican a las leyes, ¿cuál sería la manera más adecuada de dividir la propiedad de O’Shaugnessy?