El poeta Longfellow, en su novela Kavanagh, presenta algunos interesantes problemas matemáticos de una antigua obra sánscrita. El siguiente es uno de ellos:
«Si un quinto de una colmena vuela hasta la flor de ladamba, un tercio de las abejas se dirigen a la flor slandbara, tres veces la diferencia entre esos dos números vuelan a un emparrado, y una sola abeja sigue volando, atraída alternativamente por el fragante ketaki y el malati, ¿cuál era el número de abejas?».